Tal descubrimiento habría sido usado por los laboratorios para avanzar en las investigaciones científicas que tratan de curar enfermedades humanas o anteponerse a ellas. Eso, al menos, señaló su dueño y fundador. También, para aumentar, mediante selección genómina, la producción de huevos de gallina en Brasil, donde el grupo mercantil tiene parte de su negocio, basado en la venta de estos productos a grandes multinacionales, como BRF y JBS.

El pasado diciembre, el fondo Eureka presentó en la Audiencia Nacional una denuncia por los supuestos delitos de organización criminal, falsedad en documento privado, estafa, insolvencia punible, falseamiento de cuentas anuales, apropiación indebida, blanqueo de capitales y contra la Hacienda pública.

La denuncia se dirigía, entre otras personas, contra José Larrasa, el pacense que encabeza esta compañía, y contra uno pariente suyo, que dirige un área del negocio.

No obstante, tal y como consta en una resolución a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL-Invertia, el Juzgado Central de Instrucción 1 de la Audiencia Nacional ha optado por derivar esta denuncia a los juzgados de Badajoz, al ser los competentes para estudiar su hipotética admisión a trámite. La Fiscalía se había mostrado a favor de esta decisión.

De admitirse a trámite en Badajoz, esta causa judicial se sumaría a las ya iniciadas en un juzgado pacense y en otro sevillano contra los Laboratorios Larrasa, ubicados en un polígono industrial de una pequeña localidad pacense, La Albuera.

La denuncia de Eureka, consultada por este medio, narra que la firma fue contratada por el grupo tecnológico para obtener inversiones de capital para sus empresas. De esta forma, Larrasa podría romper el contrato que tenía formado desde 2019 con Pemberton Strategic Credit Holdings SARL, por valor de 100 millones de euros.

Por ello, según relata la denuncia de Eureka, Larrasa presentó una auditoría atribuida a Deloitte. Contaba con el sello de esta auditora, aparecía firmada por un miembro de la famosa big four y presentaba al grupo tecnológico como un conglomerado que facturaba 113 millones de euros por año mediante sus dos actividades principales (la ingeniería genética para la producción masiva de millones de huevos y la investigación científica sobre el genoma humano).

Ahora bien, aquella auditoría habría resultado ser falsa. Deloitte, de hecho, se querelló contra Larrasa por esta supuesta falsificación.

Y ahora un juzgado de Badajoz estudiará la denuncia interpuesta por Javier Saavedra, responsable de Eureka, que asegura que presentó a Larrasa a posibles inversores para conseguirle ofertas de financiación. Finalmente, se planteó una: la de 115.000.000 euros de Cargill Trade & Capital Markets, la filial financiera de la multinacional Cargill.

En el marco de este acuerdo —siempre según la denuncia—, Larrasa decisión "apartarse de la operación" y no aportó los datos de sus contratos con BRF y JBS.

"Dado el perjuicio que ha sufrido Eureka, puesto que ha avalado la credibilidad del grupo Larrasa, que ha aportado documentación presuntamente falsa, inicia una due diligence, en el que se investiga la veracidad de la documentación que obra en su poder entregada por parte de Larrasa. Del anterior trabajo de investigación resulta que (...) los querellados, en los últimos 10 años, han creado y/o participan en un entramado de sociedades instrumentales, con una unidad de propósito y dirección, dando como resultado una estructura organizada, de carácter permanente, cuyo objetivo final es la comisión de diversos fraudes", reza la denuncia.

El escrito, que deberá analizar ahora un juzgado pacense, acusa a José Larrasa de "dar apariencia [al grupo] de [ser] una estructura societaria con fines legítimos, se ha simulado un volumen de negocio superior a 100.000.000 euros anuales", procedentes de la facturación de los análisis genómicos y de la facturación de venta de millones de huevos.

La denuncia también narra ciertas "ayudas e incentivos", tanto públicos como privados, de los que Larrasa se habría valido para, supuestamente, maniobrar para "simular" una actividad comercial real. "Toda la estructura es una falacia, ya que todas las operaciones de financiación obtenidas están basadas en contratos multimillonarios de venta que son falsos", relata el escrito.

EL ESPAÑOL-Invertia ha tratado de ponerse en contacto por teléfono con José Larrasa. Por el momento, no ha sido posible recabar su versión de estos hechos que la denuncia le atribuye.