La rentabilidad bruta del alquiler en España supera los niveles prepandemia. En el periodo octubre-diciembre fue del 6,38%, según pisos.com. Este es el rédito anual que un propietario de una vivienda consiguió al ponerla en alquiler tras su adquisición.
Si tenemos en cuenta que el precio medio de compra de una residencia tipo de 90 metros cuadrados en España en el cuarto trimestre fue de 169.020 euros (1.878 euros el metro cuadrado) y que la renta media mensual fue de 898 euros, el propietario obtuvo un total de 10.778 euros brutos anuales.
Por tanto, consiguió una rentabilidad bruta por el activo del 6,38%. Se trata de una caída de una centésima respecto al cierre de 2020 (6,39%) y un aumento de siete centésimas con relación al tercer trimestre de 2021 (6,31%).
En el caso concreto de Madrid y Barcelona, ambas ciudades están por debajo de la media. En concreto, Madrid tuvo una rentabilidad del 4,66%, y Barcelona, del 4,80%. “Mientras que Madrid sufrió una caída de prácticamente un punto respecto al cierre de 2020, Barcelona experimentó un aumento de once centésimas en relación con el mismo periodo”, indica Ferran Font, director de Estudios de pisos.com.
La rentabilidad más elevada se dio en Murcia, con un 7,67%. Tras ella se situaron Zaragoza (6,56%), Sevilla (6,44%), Las Palmas (6,14%) y Valencia (5,92%). En el extremo opuesto, Palma de Mallorca (4,31%), A Coruña (4,39%), Girona (4,61%) y Vitoria (4,64%).
De Castilla-La Mancha a Baleares
Por comunidades autónomas, la horquilla varía entre la rentabilidad del 7,82% registrada en Castilla-La Mancha al 4,23% de Baleares. Los precios más competitivos para la compra de residencias en autonomías se encontró en Castilla-La Mancha, Aragón (7,58%), Extremadura (7,57%) y Navarra (6,51%). En el ranking de rentabilidad las comunidades menos beneficiosas fueron Baleares, Castilla y León (4,68%), País Vasco (4,72%) y Madrid (4,81%).
“A lo largo del 2021, el impacto de la Covid-19 en el sector inmobiliario, junto con la bajada de los tipos de interés de los productos financieros, han provocado que los inversores apuesten por bienes refugio como los que constituyen el mercado inmobiliario”, señala Ferran Font. Y concluye: “Los inmuebles se han convertido en un activo rentable, seguro y que se revaloriza con el paso del tiempo”.
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