Son 400 millones de euros los que va a repartir el conocido como Bono Joven al Alquiler entre 2022 y 2023. Esto será posible tras haber pasado por el Consejo de Ministros y por la Conferencia Sectorial de Vivienda.
Básicamente, serán los jóvenes de entre 18 y 35 años (ya sean españoles, europeos o de terceros países con residencia legal) los que tendrán derecho a la ayuda. Una ayuda de 250 euros al mes durante dos años. Eso sí, deberán tener un contrato de trabajo que no le genere más de 24.318,84 euros anuales.
Otro matiz: el bono se aplicará a cada joven y a cada vivienda. La cuantía máxima de la renta será de 600 euros mensuales. En algunas comunidades autónomas, podría ser de hasta 900 euros. Si se habla de habitaciones, y no de vivienda habitual, la renta será de 300 euros. Aunque hay supuestos hasta los 450 euros.
“Se trata de una solución que, si bien es eficaz en su ejecución, parece estar algo alejada de la realidad que vive el mercado”, afirma Alejandro Bermúdez, CEO de Atlas Real Estate Analytics. Porque, en un estudio previo que llevaron a cabo a través de su plataforma de análisis Fragua, vieron que solo el 1,4% de las viviendas de alquiler en Madrid, y el 0,95% de Barcelona, se situaban por debajo de los 600 euros.
Si se ampliaba la búsqueda hasta los 900 euros, el límite para las denominadas como zonas tensionadas en la nueva ley de vivienda, el porcentaje aumentaría. En concreto, sería de hasta el 18% en Madrid, y el 29% en Barcelona. Pero en Atlas Real Estate Analytics han querido dar un paso más. Y han ampliado el espectro hasta 40 municipios en los que se concentra un tercio de los jóvenes de entre 20 y 35 años. ¿Resultado? Solo un 6,27% de la oferta concentrada en los mismos tiene un precio inferior a 600 euros al mes.
Por debajo del 5%
Si se revisan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) a enero de 2021 (último dato disponible), el 35,42% de la población de entre 20 y 35 años vive en tan solo 40 municipios de España. En concreto, hablamos de 2.733.315 personas.
De esa cantidad, la mitad residía en Madrid (618.192). De entre las grandes ciudades, Barcelona tiene 325.370 jóvenes en ese espectro de edad; Valencia, 132.373; Sevilla, 112.763; Zaragoza, 104.082; Málaga, 98.877; y Palma, 82,328. Esa cuarentena de municipios incluye otros como Getafe, Hospitalet de Llobregat, Badalona o Marbella.
A 4 de marzo de 2022, esos 40 municipios (según Atlas Real Estate Analytics) tan solo cuentan con 49.729 viviendas en alquiler. Por tanto, un 26,97% del total de viviendas ofrecidas en alquiler en España. Pero es que, de ese porcentaje, únicamente 7.928 tienen un precio inferior a 600 euros al mes. Por tanto, un 6,27% de la oferta concentrada en estos 40 municipios.
Una situación que se vuelve más cruda conforme más grande es el núcleo urbano. Así, Madrid acumula el 8,01% de los jóvenes (618.192). Su oferta es de 11.235 viviendas en alquiler. Pero solo 318 tienen un precio inferior a 600 euros al mes.
En el caso de Barcelona, su población joven es un 4,22% del total (325.370). Su oferta es de 7.668 viviendas de alquiler. Únicamente tienen un precio menor a 600 euros al mes 125. Si hablamos de Valencia, Palma, Bilbao, Vitoria, Móstoles o Pamplona, la oferta de viviendas en alquiler por debajo de los 600 euros no representa más del 5% de la oferta total.
“La dificultad en el acceso a la vivienda y, en concreto, al alquiler, no tiene tanto que ver con los precios sino con la ausencia de oferta. En este sentido, podemos prever que el bono joven no tendrá una gran eficacia en aquellas zonas que concentran el grueso de los jóvenes”, remarca Bermúdez.
Y propone: “El mercado necesita aliviar la demanda con una mayor entrada de oferta, con medidas enfocadas en potenciar la disponibilidad de suelo para el desarrollo de nuevas viviendas o la rehabilitación, como alternativa”.