Las dudas de los inversores por el ruido político generado en torno a Sareb la fuerzan a frenar la venta de su promotora
- Deolitte ha recomendado a la directiva del 'banco malo' suspender la operación ante las incertidumbres que general al creación de la empresa pública de vivienda.
- Más información: Sareb decide suspender "temporalmente" el proceso de venta de su promotora Arqura
Finalmente, una de las operaciones inmobiliarias más importantes en los últimos años en España se ha caído. Al menos, temporalmente. Las tensiones políticas, la incertidumbre que genera la creación de la empresa pública de vivienda y el papel que pueda jugar la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) en ella han empujado al banco malo a suspender la venta de su promotora, Árqura.
La decisión está impulsada por Deloitte, asesor financiero de Sareb en la venta. Según fuentes cercanas a la operación, había mucha inquietud entre los inversores que querían acceder a la operación de la promotora.
Cabe recordar que Árqura cuenta con suelos para levantar unas 16.000 viviendas (también en el mercado internacional) y cuyo valor ronda los 800 millones de euros.
Pese al interés que despierta la cartera de suelo de la promotora (había más de 20 inversores preparando sus ofertas), los acontecimientos las últimas semanas estaban generando un "contexto de incertidumbre".
¿De qué acontecimientos se trata? La reconsideración que el Gobierno ha hecho de la venta y los movimientos que se están haciendo en torno a la creación de la empresa pública de vivienda, que a buen seguro afectarán a Sareb.
En esta situación, y ante la recomendación de Deloitte, los órganos de gobierno de Sareb han decidido esperar a que se clarifique la situación.
En cualquier caso, según ha podido saber este medio, ningún ministerio o autoridad del Gobierno se ha puesto en contacto con la cúpula del banco malo para sugerir este movimiento, aunque voces de su entorno admiten estar satisfechos con esta determinación.
Escenarios
Tras esta decisión, se abren tres escenarios para Sareb, según indican fuentes del sector. La primera es retomar la venta de la Árqura tal y como se había diseñado. La segunda, vender una parte de los suelos de la promotora y a la otra darle un uso social. Y, finalmente, la tercera: quedar a expensas de la futura empresa pública de vivienda y que Sareb y Áqura cedan viviendas y suelos.
Sin embargo, la tercera opción genera ciertas complicaciones. Regalar casas o suelos va contra el mandato que tiene Sareb: hacer una desinversión ordenada de sus activos para recuperar el máximo capital posible tras el rescate de cajas de ahorros quebradas por el pinchazo de burbuja inmobiliaria y financiera de hace 10 años. De hecho, la entidad tendría que disolverse en 2027, algo harto difícil con más de 29.000 millones de euros de deuda.
De esta manera, sería necesario cambiar el mandato de Sareb por la vía legal, una iniciativa que entraña más riesgos de lo que parece y que, según indican las fuentes consultadas, tendría que se aprobado en el Congreso de los Diputados.
Todo ello mientras, en paralelo, el Gobierno va disponiendo las piezas para construir a la empresa pública de vivienda.
El se ha reclasificado a la Entidad Pública Empresarial de Suelo (Sepes) al grupo 1 de entidades públicas empresariales, se han ampliado sus capacidades y se le han dado nuevas responsabilidades en el ámbito de vivienda asequible.