Tienen los términos de moda, y transformación digital es sin duda una expresión de moda, la curiosa y no muy satisfactoria propiedad de volverse confusos y perder significado a medida que se viralizan. Pero en lo que a Transformación Digital se refiere, es tan importante el mensaje, es tan acuciante la necesidad, que no nos podemos permitir dejar que la idea de Transformación Digital se mueva en ese limbo de confusión, puesto que de nuestro acierto para impulsarla y gestionarla puede depender nuestra propia supervivencia como empresa. ¿De qué hablamos entonces cuando hablamos de Transformación Digital?
La tecnología digital abre todo un inmenso abanico de nuevas posibilidades. Nos habilita para crear productos y servicios completamente novedosos, para automatizar hasta el extremo nuestra operación y alcanzar niveles nunca vistos de eficiencia, para conocer hasta el máximo detalle a nuestro cliente y personalizar nuestra relación comercial con él… y para más, mucho más.
Todo un mundo de oportunidades… para quien sea capaz de aprovecharlas.
Y también, todo un mundo de riesgos y amenazas para quien se quede al margen.
Porque el impacto de lo digital no es superficial, no es anecdótico. Puede cambiar la estructura competitiva de sectores enteros. Puede derribar a operadores incumbentes de muy alto prestigio y saneados resultados hasta ese momento. Sin ánimo de entrar en polémicas ni insinuar predicciones: ¿qué pensarán los propietarios de taxis ante los servicios de conductores apoyados en plataformas digitales? ¿Y los dueños de hoteles ante las plataformas de alojamientos turísticos? ¿Qué piensan las librerías físicas ante la llegada, no sólo del eBook, sino de los canales digitales para su distribución y la formidable y alargada sombra de Amazon? ¿Qué pasó con Kodak cuando se popularizó la fotografía digital? ¿Qué puede ocurrir con los puestos de trabajo cuando se generalice la robotización?
"Ante la revolución digital no es posible quedarse quieto porque, tenlo por seguro, no se va a detener y tu competencia tampoco"
La revolución digital es un formidable avance para la sociedad y la economía en su conjunto, pero si pensamos sector a sector y, sobre todo, empresa a empresa, hay tanto luces como sombras, aparecen tanto oportunidades como amenazas.
Y ante ese panorama no ha lugar a quedarse quieto porque, tenlo por seguro, la revolución digital no se va a detener y tu competencia tampoco.
Y, por tanto, sólo cabe reaccionar. Sólo cabe analizar la realidad y las tendencias tecnológicas, el contexto competitivo y tu propia realidad. Y hecho ese análisis de forma rigurosa y concienzuda, trazar un plan. Un plan ambicioso y profundo de implantación de soluciones digitales para modificar en todo o en parte tu modelo de negocio y mejorar con ello tu posición competitiva, aprovechando las oportunidades y respondiendo a las amenazas que trae consigo el mundo digital.
Y la Transformación Digital es la ejecución de ese plan ambicioso y profundo de cambio apoyado en la implantación de soluciones digitales que conlleva cambios en el modelo de negocio e impacta en la posición competitiva.
Fíjate, en primer lugar, que hablo de ejecución y hablo de implantación. La Transformación Digital no va de bonitos discursos y trabajados artículos, aunque abunden y puede que no siempre sobren. Y tampoco va de grandes planes en abstracto. La Transformación Digital, como tal transformación, implica acción, resultados, tangibles y medibles.
"Hablo de cambios profundos. Abrir una cuenta en Twitter o una página en Facebook no es transformación digital"
Fíjate, además, que hablo de implantar soluciones digitales, es decir, tecnología digital. Si haces otro tipo de cambios, por ejemplo, organizativos, culturales, procedimentales, etc, pueden ser cambios muy interesantes y muy estratégicos, pero no son transformación digital. Puede que sean transformación, pero no digital.
Y fíjate, finalmente, que hablo de cambios profundos que afectan al modelo de negocio y la posición competitiva. No, abrir una cuenta en Twitter o una página de empresa en Facebook y poner un mensaje de vez en cuando, no es transformación digital. Implica el uso de tecnología digital, sí, y puede que sea un cambio, sí, puede que incluso sea un cambio en la buena dirección, pero es tan superficial que el término transformación digital le viene grande, demasiado grande.
Cuando pienses en Transformación Digital, piensa en ella como una iniciativa estratégica. Piensa en cómo puede tu empresa aprovechar en su favor lo que el mundo digital trae consigo y en cómo vas a usar la tecnología digital en tu compañía para metamorfosearla profundamente y con ello mejorar tanto sus resultados como sus expectativas de negocio.
Piensa en estrategia y modelo de negocio. Piensa en tecnología y piensa en proyectos de ejecución. Piensa en presupuestos, esfuerzo, tenacidad, gestión del cambio… y brillantes resultados como premio al final del camino.
Porque de ambición, estrategia, tecnología, cambio y resultados es de lo que hablamos cuando hablamos de Transformación Digital.
* Ignacio Gavilán es fundador y CEO de Reingeniería Digital. Ingeniero Industrial, MBA y PMP