Instalación de paneles solares en Jaén.

Instalación de paneles solares en Jaén. Ayuntamiento de Jaén / EP

La tribuna

Europa debe adoptar un enfoque global para salvaguardar su futuro energético sostenible

12 junio, 2023 02:49

Resulta alentador ver cómo Europa se centra en invertir en política industrial y asegurar las cadenas de suministro de energías limpias. Además de sentar las bases para la seguridad del suministro energético y de tecnologías limpias a largo plazo, Europa también está siguiendo la trayectoria de otras grandes democracias, como India y Estados Unidos, a la hora de abordar la malsana sobreconcentración de la energía solar y otras cadenas de suministro de energías limpias en China.

Pensemos en esto: Europa depende casi exclusivamente de China para los paneles solares. En un pico no visto desde 2012, la UE importó 9.800 millones de euros de paneles solares en 2021, la mayor parte de los cuales procedían de China, que domina las cadenas mundiales de suministro de silicio solar cristalino.

Los informes preliminares indican que los fabricantes chinos exportaron hasta 60 gigavatios de paneles solares a Europa en los ocho primeros meses de 2022. El hecho de que esta cifra supere con creces los 39,1 gigavatios de instalaciones previstas en Europa para 2022 apunta a una acumulación de existencias por diversos motivos, como la anticipación de una nueva ley europea sobre trabajo forzado que podría afectar a las cadenas de suministro de energía solar chinas.

Este escenario no se limita a la energía solar. China también domina la cadena mundial de suministro de baterías de iones de litio, y albergará el 75% de la capacidad mundial de fabricación de células de baterías y el 90% de la producción de ánodos y electrolitos en 2022.

Las importaciones chinas y el comportamiento anticompetitivo están erosionando el prolongado liderazgo europeo en tecnología de turbinas eólicas. Además, el país parece dispuesto a replicar su dominio de otras industrias de energías limpias a medida que invierte en capacidad para fabricar tecnología de electrolizadores, e incluso está desafiando a los fabricantes europeos de vehículos eléctricos de batería en su mercado doméstico.

Europa depende casi exclusivamente de China para los paneles solares

En este contexto, está claro de dónde procede realmente el desafío para Europa. Y es crucial que la Unión Europea no renuncie a adoptar un enfoque global y múltiple si quiere conseguir que su era del "cero neto" se alimente de la tecnología y la innovación nacionales.

Sencillamente, la exhaustividad del Plan Industrial Green Deal definirá si ofrece el rendimiento adecuado a las inversiones de los contribuyentes europeos en cadenas de suministro de energía limpia, al tiempo que crea una solución política y económicamente sostenible.

¿Cómo sería una legislación exhaustiva?

En primer lugar, como hemos visto en EEUU y la India, unos incentivos inteligentes pueden servir de catalizador para la fabricación nacional. Para que Europa no se convierta en un centro de ensamblaje de bajo valor, mientras el verdadero valor de fabricación se crea en otros lugares, se deben maximizar los incentivos a la integración vertical con el objetivo de atraer a toda la cadena de valor.

En este modelo, una empresa que ensamble paneles solares utilizando componentes importados será la que menos gane, mientras que los fabricantes totalmente integrados verticalmente serán los más beneficiados.

Además, Europa debería considerar replicar la IRA (Inflation Reduction Act) estructurando los incentivos basados en créditos fiscales como una herramienta para reducir los costes operativos de los fabricantes, en lugar de ofrecer un incentivo a los gastos de capital.

Este enfoque no sólo ofrecería una mayor transparencia y un rendimiento sostenido de la inversión europea, sino que en Estados Unidos estamos viendo que libera recursos para que los fabricantes amplíen sus esfuerzos de fabricación e investigación y desarrollo.

Una empresa que ensamble paneles solares utilizando componentes importados será la que menos gane

En segundo lugar, los incentivos a la oferta deben ir acompañados de estímulos a la demanda. Mientras la UE delibera sobre sus opciones para el plan industrial Green Deal, debe recordar que China no se quedará de brazos cruzados mientras Europa trabaja para construir su autosuficiencia a costa del dominio chino. Aunque el bloque ya ha intentado y fracasado utilizar la política comercial para nivelar el terreno de juego, existen otros mecanismos.

Por ejemplo, Europa debe utilizar sus poderes reguladores para garantizar que la tecnología de energías limpias que impulsa su transición a una era cero neta se produce de forma responsable, con menores huellas de carbono, reciclabilidad y cero exposición a problemas de derechos humanos, como el trabajo forzado.

En tercer lugar, la rapidez es esencial. Fue alentador oír que los procesos de concesión de permisos en Europa son un obstáculo importante para sus ambiciones. Mientras que en EEUU y la India las instalaciones de fabricación de varios gigavatios integradas verticalmente se ponen en marcha entre 18 y 24 meses después de su anuncio, el proceso de concesión de permisos en muchos Estados europeos puede llevar 12 meses o más.

Y aunque la regulación y la responsabilidad son vitales, Europa necesita demostrar el mismo sentido de urgencia y agilidad que le permitió crear la infraestructura necesaria para dejar de depender del suministro de gas ruso.

Por último, los legisladores no deben perder de vista el antiguo papel de Europa como centro neurálgico de la innovación en energías limpias y adoptar una visión estratégica a largo plazo. Deben considerar que el uso más sostenible del dinero de los contribuyentes será incluir incentivos para la próxima generación de tecnologías de energías limpias con la vista puesta en el liderazgo a largo plazo.

Ahora que Europa se encuentra en este momento crucial, su toma de decisiones debe ser deliberada y previsora, y estar respaldada por la agilidad. Iniciativas legislativas como la Ley sobre la industria de cero emisiones netas de la UE y el Marco Temporal de Crisis y Transición son sin duda puntos de partida sobre los que habrá que seguir trabajando. Oportunidades como ésta son infrecuentes y la dirección que tomen hoy los legisladores europeos tendrá repercusiones para las generaciones venideras.

*** Anja Lange es directora para Iberia y Europa de First Solar.

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