No es de ahora. Es desde hace meses que Renfe ha vuelto a ser un servicio no fiable. Un artículo mío en primavera lo denunciaba.
Por tanto, que ahora el ministerio eche las culpas a Talgo es una excusa poco creíble y, en todo caso, una decisión tardía y frívola. Algo a lo que nos tiene acostumbrados el ministro Óscar Puente.
Los AVES de Madrid-Sevilla llevan meses sufriendo retrasos, demoras y deterioro del servicio. Esta semana el AVLO Benicasim-Madrid no tenía disponible el bar. Se había roto el frigorífico. La odisea de las cercanías Madrid es de libro. La rebelión de los usuarios fue épica. Hasta rompieron las ventanas para poder respirar.
Es tan consciente la compañía de sus errores que ha “flexibilizado” las normas de indemnización por retrasos ¿recuerdan cuando bastaban 5’ de demora para recibir el total del billete? Pues ahora no.
Mientras eso ocurre el ministro Puente, titular de transportes, distrae al personal con declaraciones en las redes. Incluso en temas que no son de su competencia.
Que ahora el ministerio eche las culpas a Talgo es una excusa poco creíble y, en todo caso, una decisión tardía y frívola
Es algo normal en este Gobierno. Son “ministros pancarta”, salvo excepciones loables como en defensa o agricultura.
A los “ministros pancarta” no les interesa la eficacia ni la eficiencia de los servicios públicos. Lo que buscan es el relumbrón personal en la calle, las redes o los medios de comunicación.
Un relumbrón personal especialmente ante aquel a quien deben la silla ministerial. En este caso el presidente Sánchez.
A los “ministros pancarta” tampoco les interesa la verdad. Están de acuerdo con el viejo aforismo comunicativo de que “no hay que dejar que la verdad y la realidad estropeen un excelente eslogan”. Viven de ello y, por eso “buscan y buscan” frases cortas y llamativas para ocultar esa verdad.
A los “ministros pancarta” les encanta que los medios de comunicación los saquen en todo tipo de manifestaciones callejeras. Tienen alergia a la normalidad de los despachos.
A los “ministros pancarta” les encanta que los medios de comunicación los saquen en todo tipo de manifestaciones callejeras
Por eso los “ministros pancarta” tienen más notoriedad que los gestores eficientes. Podría decirse que la mayor virtud de un ministro es que su nombre no sea muy conocido. Eso es porque su gestión transcurre sin dificultades, ni problemas para los ciudadanos,
Los “ministros pancarta” suelen tener un equipo más político que técnico. Eligen sus asesores en función de su capacidad de influir en el partido al que pertenecen. Porque su objetivo es poder seguir en el sillón aunque no tengan más proyecto que ese.
El Sr. Óscar Puente tiene todas las características de “ministro pancarta”. Para él su trabajo está en las redes. Su notoriedad en insultar a los adversarios, especialmente al PP.
Ahora, cuando ha visto que la realidad destapa su incompetencia ha buscado a Talgo para escurrir el bulto. Falta que convoque una manifestación ante las instalaciones de la empresa. Él llevaría la pancarta.
Pero dado que Talgo es una empresa puntera con ventas en el extranjero, flaco favor está haciendo a nuestra industria el ministro Puente. En cualquier concurso internacional los competidores de Talgo pueden mostrar las declaraciones del propio ministro español para descalificar a nuestra empresa. Así que el “ministro pancarta”, Sr. Puente, mejor haría en tener la boca cerrada”. En todo caso, si los hubiera, “los trapos sucios se lavan en casa”. Es una norma de buen administrador.
Mientras tanto Renfe no puede circular en Francia, lo mismo que la empresa ferroviaria de esa nacionalidad lo hace en España. El Sr. Puente, de acuerdo con sus forma de hacer, podría convocar una manifestación ante el Eliseo, o en Bruselas, para reivindicar un trato igualitario.
Aunque añora los franceses pueden alegar, con cierta razón, que el Sr. Puente mejor haría en arreglar su casa antes de salir al extranjero y buscar más pancartas.
Desgraciadamente no es el único “ministro pancarta” del Gobierno. Para empezar el presidente Sánchez es un maestro en ese campo, empezando por las “pancartas epistolares”.
** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.