D. Pedro Sánchez ha inaugurado el curso económico con una rotunda declaración: “España vive uno de los mejores momentos de las últimas décadas (…) donde hubo crisis económica, desempleo y precariedad, hoy hay crecimiento, empleo y dignidad laboral y salarial”. Según el jefe socialista, sus afirmaciones son incontestables. Y, tras decir se ha hecho la luz, anuncia, justiciero, una nueva alza fiscal para “quienes tienen en el banco suficiente dinero para vivir 100 vidas”.
Esas proclamas triunfales recuerdan las realizadas por el NODO franquista aderezadas con el tufillo social de la Falange junto al de otras recientes con acento venezolano. De ahí, la necesidad de recordar cuál es la realidad socioeconómica española sin vestirla con ropajes ni cantatas imperiales, sino mediante una sencilla y estilizada comparativa con el panorama existente en el entorno cercano, en concreto, en la Unión Europea y en la Eurozona.
En el plano macroeconómico, la progresiva desaceleración del crecimiento de la inflación es una noticia positiva. En agosto, conforme al avance realizado por el INE se habrá colocado, como en la eurozona, en el 2,2% en términos interanuales.
Ahora bien, la trayectoria declinante del ritmo de incremento del nivel general de precios no es resultado de la política del Gobierno ni imputable a ella, sino de quien es responsable de la política monetaria, el BCE, que se volvió restrictiva a partir de julio de 2022.
Sin embargo, los indicadores macro cuya evolución sí depende del gabinete social comunista ofrecen un escenario menos rosáceo. Al cierre de 2023, España anotó el séptimo mayor déficit de la UE-27, 3,6% del PIB sólo superado por Italia (7,4%), Hungría (6,7%), Francia (5,5%), Polonia (5,1%), Eslovaquia y Malta (con el 4,9%). Si el ejercicio comparativo se efectúa con los 20 países miembros de la zona del euro, España es el sexto estado con un desequilibrio presupuestario más elevado y sin plan alguno para corregirlo.
El BCE ha señalado a España, Francia e Italia como los candidatos favoritos a sufrir una crisis de deuda
La ratio deuda pública/ PIB es la cuarta más alta de la UE-27 y de la eurozona, un 107,7% del PIB versus la de Italia (137,3%), Francia (110,9%) y Grecia (161,9%).
Sin embargo, la frágil posición de las finanzas públicas griegas se ve compensada por una estrategia de consolidación presupuestaria que se está traduciendo en una severa reducción del déficit. Por eso, el BCE ha señalado a España, Francia e Italia como los candidatos favoritos a sufrir una crisis de deuda si no ponen en marcha rigurosos planes de ajuste.
España lidera el desempleo europeo y concentra el 25% de los parados de la zona euro. La tasa de paro española está en el 11,5% versus el 6,4% en el área de la unión monetaria y el 6% en la UE. Y esto sin tener en cuenta el secuestro estadístico de un muy abultado volumen de desempleados, los acogidos a la tipología de fijos discontinuos, hecho desaparecer por las artes mágicas del singular grupo de alquimistas formado por la Sra. Díaz y sus camaradas.
El PIB per cápita español no ha recuperado los niveles alcanzados antes de la pandemia. Está 11 puntos por debajo del promedio UE (89 versus UE-27=100) y 15 del de la zona euro (85 versus eurozona=100). En los últimos años, Malta, Chipre, Chequia, Eslovenia y Lituania han sobrepasado a España.
España lidera el desempleo europeo y concentra el 25% de los parados de la zona euro
Y la convergencia real de la Vieja Piel de Toro con la media de ambas áreas es imposible con una productividad por ocupado y por hora trabajada inferiores en un 19,4% y en un 25,5%, respectivamente, a las anotadas por la Unión Económica y Monetaria.
Cuando el presidente del Gobierno y sus acólitos claman contra el injusto reparto de la riqueza en España y amenazan con saquear aún más a sus propietarios, olvidan, ignoran o quieren ignorar que España e Italia son, de las cuatro grandes economías de la UE, las que tienen una menor desigualdad de riqueza en concordancia con los resultados del Global Wealth Data Report 2023. Son Alemania y los nórdicos, los países europeos con una mayor desigualdad de riqueza.
La política gubernamental es incapaz de mejorar las condiciones de las capas más desfavorecidas de la sociedad
A pesar de su retórica, la política gubernamental es incapaz de mejorar las condiciones de las capas más desfavorecidas de la sociedad. El porcentaje de la población española en riesgo de pobreza o exclusión social ha aumentado en 2023 respecto a 2022 situándose en el 26,5%, 5,1 puntos por encima del existente en la UE y sólo por detrás de Rumanía y Bulgaria. Y el de las personas ubicadas en posición de Carencia Material y Social Severa aumentó hasta el 9% el pasado año, sólo superado por rumanos y búlgaros.
La estrategia de protección social gubernamental es un fracaso. Según Eurostat, el riesgo de pobreza antes de transferencias sociales en España se encuentra algo por encima de la media europea, 2 puntos.
Después de realizadas aquellas, la brecha se amplía a 4 puntos. Este gabinete tan amigo de los pobres, con el corazón partido ante su sufrimiento, no hace llegar las ayudas a quienes las necesitan a pesar de emplear un volumen de fondos similar al de los demás estados europeos y de haber realizado 71 subidas de impuestos desde 2019. Obviamente nunca hemos estado mejor…