
Sector seguros.
El año 2025 se perfila como un periodo crítico para el sector asegurador, donde se consolidarán tendencias que han adquirido relevancia en los últimos años. La transformación de este sector no solo responde a la evolución tecnológica, sino también a desafíos globales como las catástrofes naturales y el envejecimiento demográfico. A continuación, se analizan los principales ejes de transformación que dibujarán el futuro de la industria aseguradora en los próximos años.
La digitalización y la automatización se han convertido en componentes esenciales del sector asegurador. La implementación de inteligencia artificial y big data permitirá la personalización de productos, la optimización de la gestión de siniestros y la mejora de la eficiencia operativa.
Según un informe de ICEA, esta tendencia no solo transformará las operaciones de las aseguradoras, sino que también proporcionará a los clientes una experiencia más adaptada a sus necesidades específicas. Con el incremento de la digitalización, la ciberseguridad se ha convertido en una prioridad estratégica.
Las aseguradoras deberán alinearse con normativas como DORA, que buscan fortalecer la resiliencia ante ataques cibernéticos y mejorar la seguridad digital del sector. Este enfoque en la ciberseguridad no solo protegerá a las entidades, sino que también fomentará la confianza entre los consumidores.
Las normativas como Solvencia II y DORA seguirán impactando la estructura del sector asegurador. Las compañías deberán adaptarse a las nuevas regulaciones en inteligencia artificial y evaluación de riesgos, lo que exigirá un mayor control en el cumplimiento normativo.
La digitalización y la automatización se han convertido en componentes esenciales del sector asegurador
Se prevé un crecimiento en pólizas de responsabilidad civil y cumplimiento normativo, con especial atención a las normativas ESG. Esta diversificación permitirá a las empresas aseguradoras ofrecer soluciones más completas y adaptadas a las necesidades de sus clientes.
Los desastres naturales representan otro factor determinante que influirá en el sector asegurador. Se anticipa un crecimiento en productos diseñados para mitigar riesgos climáticos, incorporando modelos predictivos más precisos para una tarificación eficiente. Este enfoque permitirá a las aseguradoras ofrecer soluciones más adecuadas a los desafíos que plantea el entorno medioambiental.
El envejecimiento de la población plantea un reto significativo para los sistemas de pensiones. En este contexto, se prevé una mayor colaboración entre los sectores público y privado para abordar este desafío. La promoción del ahorro para la jubilación en diversas modalidades será clave para garantizar la sostenibilidad de los sistemas de pensiones en el futuro, tal como señala UNESPA.
La creciente conciencia de los consumidores sobre la importancia de la protección financiera y la planificación de la jubilación está llevando a un aumento en la contratación de seguros de vida. A medida que la población envejece, la necesidad de soluciones que aseguren ingresos estables durante la jubilación se vuelve cada vez más crítica.
Esto presenta una oportunidad significativa para las aseguradoras que pueden ofrecer productos adaptados a estas necesidades, adquiriendo un peso más significativo aquellas partidas vinculadas a productos de tipo unit linked, lo cual refleja un cambio en la composición tradicional de las carteras de vida.
El envejecimiento de la población plantea un reto significativo para los sistemas de pensiones
Se espera un mayor protagonismo de productos híbridos que combinan rentabilidad y protección ante la volatilidad financiera. Esta tendencia responde a la necesidad de los consumidores de contar con soluciones que se adapten a un entorno económico incierto. La volatilidad en los tipos de interés seguirá influyendo en la demanda de seguros de vida ahorro. Este ajuste en la oferta permitirá a las compañías adaptarse a las necesidades cambiantes del mercado.
El ramo de No Vida continuará en expansión, con los seguros multirriesgos y de salud como motores principales. Sin embargo, se anticipa una desaceleración en el sector de automóviles debido a la evolución del mercado. Este cambio en la dinámica del mercado asegurador requerirá que las compañías se adapten a las nuevas realidades y demandas de los consumidores.
El seguro de salud también está en plena expansión, con un crecimiento en coberturas específicas en bienestar y salud mental. Las aseguradoras están poniendo un énfasis particular en la medicina preventiva y en la oferta de servicios digitales personalizados, lo que refleja un cambio en la percepción de la salud y el bienestar.
El mercado de seguros multirriesgos continuará ajustando sus coberturas para eventos climáticos extremos. Las aseguradoras deberán prestar especial atención a la protección de viviendas antiguas, que son más vulnerables a estos fenómenos.
Finalmente, la evolución positiva de los márgenes técnicos en No Vida y el incremento de las ratios de solvencia reflejan un sector más sólido financieramente. Este refuerzo de márgenes y solvencia es un indicativo de la resiliencia del sector ante los desafíos futuros.
En conclusión, el sector asegurador se enfrenta a un futuro lleno de oportunidades y desafíos. La digitalización, la ciberseguridad, el cambio climático y la evolución de los productos son solo algunas de las tendencias que marcarán el rumbo de esta industria en 2025. Las aseguradoras que se adapten a estas transformaciones estarán mejor posicionadas para prosperar en un entorno en constante cambio.
*** Enrique García-Hidalgo, socio de socio responsable del área de Servicios Actuariales de EY y Carlos Martín, socio responsable del sector Seguros de EY.