El padre que denunció a un niño de 4 años por agresión sexual a su hija: “Le mete la mano bajo la ropa interior”
- Los padres de la menor acusan al colegio de admitir primero los tocamientos y después cambiar la versión a que el niño solo le hacía "cosquillas".
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José Murillo recuerda perfectamente cómo su hija de cuatro años salió con miedo del comedor de su colegio en Mejorada del Campo. Ese 22 de noviembre les dijo que un compañero de clase le había tocado sus partes íntimas. Ahora el padre de 43 años acusa a la maestra y al colegio de inacción y afirma que como "último remedio" ha interpuesto una denuncia contra el niño por agresión sexual.
Los niños han estado juntos desde la guardería. Este año era su segundo en el colegio, al que volvieron en septiembre, y fue a finales de noviembre cuando, según el padre, su hija le relató que durante una actividad de rincones el niño le metió la mano en la ropa interior y le tocó el culo y sus genitales. "Insistentemente, a pesar de que ella le decía que no, que no le gustaba", detalla Murillo.
"La primera intención era resolverlo de una manera civilizada, incluso amistosa", explica Murillo en llamada telefónica. A su hija le quedan muchos años en ese colegio de la localidad del este de Madrid, de 24.000 habitantes, y quería que el problema entre dos niños de cuatro años siguiera un curso normal.
El padre le envió un correo electrónico a la tutora, que era la misma maestra que estaba en la actividad de rincones. "Me responde que sí, que ya tenía constancia, pero que ese día en concreto le extrañaba porque no se había quejado nadie", explica el padre sobre un mensaje que ha adjuntado con la denuncia de agresión sexual, a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL. El abogado del padre, Enmanuel Oliva, también corrobora que la tutora “reconoció inicialmente los hechos”.
Con la confirmación de la maestra, Murillo se dirigió a la directora para exigir medidas. "La respuesta que recibimos al filo de la noche era que iban a investigar que había ocurrido", explica el padre.
La directora cita a los padres de la niña seis días después de que les contara los tocamientos. En la sala estaban la directora, la tutora, la jefa de estudios, la orientadora del centro y el trabajador social, según la denuncia.
"En esa reunión la tutora cambia la versión, dijo que eso no había pasado en su aula y que lo que se había producido eran cosquillas", relata Murillo. Y añade: "Todos dijeron que mi hija mentía y que no iban a hacer nada al respecto".
Murillo amenaza entonces con denunciar ante la Guardia Civil y es cuando le dicen "que van a separar a los niños dentro del mismo grupo e intentar evitar que tengan contacto". Algo que, según Murillo, no ocurrió antes de las vacaciones de Navidad. "La realidad es que mi hija se ha seguido quejando días después".
Al salir de la reunión, Murillo se encuentra con la madre del niño y su acompañante. Un hombre que, según él, lo amenazó con una navaja. “Se fue hacia mí diciendo 'hijo de puta, te voy a matar, gordo, enfermo”, explica el padre de la niña, que tuvo que ser hospitalizado por una crisis de hipertensión y también puso una denuncia por este conflicto.
Unos días después la niña se vuelve a quejar. "Nos dicen que ellos no van a activar ningún protocolo y les exijo que inicien el protocolo por agresión sexual", recuerda Murillo.
Declara que fue él quien finalmente rellenó un formulario que le pasaron desde el colegio para que quedara constancia de que el padre era el que lo estaba iniciando. El abogado Oliva explica que a pesar del reconocimiento inicial, luego el colegio no "hace nada" para no tener que reconocer que en su centro “ha pasado algo”.
Elevar la denuncia
La negativa del colegio que relata Murillo lo lleva a elevar la queja por los tocamientos a su hijo. "Yo quería agotar todas las vías antes de tener que acudir a la policía", explica el hombre. Es entonces cuando se reúne con una inspectora de la Consejería de Educación de Madrid para tratar de buscar una solución.
"Me explica que va a respetar la autonomía del centro y que no va a hacer nada", recuerda Murillo. El abogado dice que esto fue "la gota que colmó el vaso", sobre todo porque los padres afirman que se mostró con actitud “soberbia” y “pasota”.
Murillo declara que el "último recurso" que le quedó fue denunciar al niño el día 12 de diciembre ante la Policía Nacional de Coslada. En la denuncia consta que el padre presentó un parte de lesiones hecho en el Centro de Salud de Mejorada del Campo.
La niña también le contó a sus padres que los tocamientos habían ocurrido con otras niñas. "Nadie más se ha atrevido a denunciar", afirma Murillo.
"Evidentemente, son niños de cuatro años y ese niño no va a ser responsable penalmente de nada. No tengo nada que decir contra él. Pero sí en cuanto a la actuación de la tutora y del equipo directivo del colegio", puntualiza el padre de la niña.
"Lo único que pedimos es que se separe a esos dos niños y que, evidentemente, se les dé el apoyo que necesitan cada uno", añade Murillo. Su hija lleva desde finales de noviembre yendo a unpsicólogo especializado en agresiones sexuales que ellos han pagado: "Nos ha dicho que si le falla el apoyo por parte de los adultos en el colegio puede ser grave y generar desconfianza hacia los mayores. Además del trauma que le puede generar".
Fuentes de la Consejería de Educación explicaron a EFE que la inspección educativa ya supervisa las medidas que ha tomado el centro, con especial atención al protocolo que se abrió para investigar los tocamientos. El caso también está en la mesa de la Fiscalía de Menores, que deberá decidir si lo investiga.
"A día de hoy, la única constancia que tengo de que ese protocolo siga abierto es por la prensa. Pero no me consta ninguna medida. Mi hija y el niño siguen yendo al mismo aula", sentencia Murillo.