Los colegios podrán excluir a los alumnos con "necesidades educativas especiales" de la 'reválida' del 6 y 7 de mayo

El objetivo último es obtener un mapa de cómo es el nivel educativo en cada centro de Madrid, aunque la propia consejería de Educación ha propiciado que no sea un mapa real. Y es que, el sindicato CCOO denuncia que los colegios tienen el permiso de la Comunidad de excluir a los alumnos con mayores problemas de aprendizaje de las pruebas. 

Tal y como consta en el documento base que han remitido a los centros, el director tendrá potestad de eximir de realizar la prueba a aquellos alumnos con "necesidades educativas especiales".

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Es decir, se tomará la misma decisión si la necesidad educativa va ligada a discapacidad visual, marcada por un informe psicopedagógico, discapacidad auditiva o con algún tipo de dificultad asociada al aprendizaje. Todos estos alumnos, sólo por decisión el director del centro, podrán ser excluidos de la prueba que, para el resto de compañeros, sí será obligatoria. 

Pero, ¿qué significa todo esto? El sindicato CCOO denuncia dos vertientes. Por un lado, el hecho de 'ocultar' los malos resultados que podrían propiciar estos niños, "ligados a que no se les da un refuerzo suficiente", y, por el otro, el "papelón" en el que ponen a los directores a la hora de dirimir quién sí y quién no hace la prueba. 

Es cierto que cada una de las materias a evaluar (inglés, matemáticas, lengua y ciencias sociales o historia y geografía) tienen un programa especial para alumnos con necesidades formativas. En todo el planning de exámenes, está contemplado que se les dé 15 minutos más. 

La orden

En la resolución del 16 de abril elaborada por la Consejería de Educación sobre la realización de esta prueba, se especifica que las pruebas deberán ser realizadas por todos los alumnos de cuarto y sexto curso de Educación Primaria, así como de segundo y cuarto curso de Educación Secundaria Obligatoria. De hecho, si el alumno no puede acudir, deberá de estar "debidamente justificado". 

Ahora, bien, a la hora de hablar de alumnos con necesidades educativas especiales, la Comunidad deja en manos del director del centro, si "considera oportuno" que el joven celebre la prueba, "oído al equipo docente". 

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Si el director decide que la prueba no se hace, la Comunidad se ampara en los principios de atención educativa establecidos en el artículo 2 del Decreto 23/2023, de 22 de marzo, del Consejo de Gobierno, por el que se regula la atención educativa a las diferencias individuales del alumnado de la Comunidad de Madrid, para dejar al niño "exento de realizarlas".

"Esta exención no computará en los casos de absentismo, pero sí deberá quedar reflejada documentalmente por el centro y ser comunicada con anterioridad a la aplicación de la prueba a la Dirección General de Bilingüismo y Calidad de la Enseñanza mediante la plataforma establecida al efecto", añaden. 

Para alumnos con algún tipo de discapacidad visual, los exámenes se adaptarán al braille. Algo que no pasará con los que tengan algún tipo de discapacidad auditiva. 

A esos niños, se les quitará el dictado en la prueba de evaluación de la competencia clave en comunicación lingüística (área o materia de Lengua Castellana y Literatura), así como de las actividades asociadas a la comprensión oral en la prueba de evaluación de la competencia plurilingüe (área o materia de Lengua Extranjera: Inglés). 

Las pruebas también se adaptarán a aquellos niños que padezcan algún trastorno del desarrollo del lenguaje y la comunicación, "trastorno de atención o trastorno de aprendizaje". Para ellos habrá un tiempo adicional y, además, se realizará una "prueba específica establecida en las órdenes de organización y funcionamiento de las respectivas enseñanzas, en función de las necesidades individuales de los alumnos".

El "papelón" del director 

Fuentes de varios sindicatos de educación denuncian que, durante años, muchos centros excluían a los alumnos más retrasados de forma voluntaria para sacar mejores notas en los ránkings que encargaba la Comunidad de Madrid basándose en estas notas. Sobre todo en la época de Esperanza Aguirre. 

Ahora, si pueden dejar fuera a los que tengan necesidades educativas "determinadas por el informe psicopedagógico", no tendrán que falsear la asistencia. Pero, aun así, las notas no serán reales ni cumplirán con el propósito de las mismas: poner refuerzos donde se necesiten. 

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Como ya explicó este diario, esa era una de las principales denuncias de los docentes: tras realizar los exámenes y obtener los resultados, la Consejería de Educación no refuerza los centros en los que se "detectan deficiencia". 

Desde CCOO denuncian que, además de las trampas que supone no hacer la prueba, la Comunidad de Madrid está actuando contra la ley nacional. La LOMLOE "prescribe" que estas pruebas diagnósticas (por lo menos las de cuarto de Primaria y segundo de la ESO) deben de ser de cumplimiento obligatorio. Sin excepciones. 

Así, Madrid debería de adaptar las mismas, como hace con el braille o los que tienen deficiencias específicas del aprendizaje, pero no lo hace. "Los directores, por regla general, dirán al alumnado que no haga las pruebas", aseguran. 

Además, denuncian el "papelón" en el que se pone a los directivos de los colegios. 

"Les quieren esconder para que no se vea el bajo rendimiento que tienen porque no tienen los apoyos necesarios", denuncian. Y es que, CCOO denuncia que en el fondo de todo este oscurantismo, lo que verdaderamente no quiere ver la Comunidad de Madrid, o por lo menos que no quede latente, es la falta de programas para "igualar" a los jóvenes con deficiencias educativas al resto de compañeros. "Es una falta de inversión", lamentan.