Ni Somosierra ni Navacerrada: el pueblo medieval más frío de España está a 2 horas de Madrid y es ideal para viajar en Navidad
- Un lugar perfecto para una escapada de invierno en el que podremos disfrutar del esplendor de la nieve y de la tranquilidad de su bonito entorno.
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Madrid, y toda su región, son una zona de contrastes. Incrustados en el centro de España, desde esa posición privilegiada reciben las influencias de los diferentes puntos que dan forma al país y que consagran la idiosincrasia tan singular de un territorio como es España. Por ello, se podría decir que la capital es un pequeño reflejo de todas las Españas, también la que conoce el frío más impactante y penetrante.
Y es que Madrid, también en lo que a termómetros se refiere, es una región donde podemos encontrar de todo, perfecta para experimentar los dos extremos. Del calor sofocante del verano al intenso frío que empieza a hacer ya este invierno. Y es que en los últimos días, la capital y muchos de sus municipios han empezado a ver cómo el mercurio caía por debajo de los cero grados, con madrugadas y mañanas heladoras donde los coches amanecían con una importante capa de hielo.
Además, hace no mucho, caían los primeros copos de nieve en una sierra que espera estar cubierta de blanco durante las próximas Navidades. Municipios como Navacerrada o Somosierra debido a su altitud están acostumbrados a vivir en esta situación gélida, más propia de otros territorios más nórdicos. Y es que como decíamos, Madrid tiene absolutamente de todo.
Por ello, muchos pueblos cercanos a la capital viven durante el invierno situaciones algo complicadas. Y uno de ellos es Molina de Aragón, un pueblo que ni pertenece a la Comunidad de Madrid ni tampoco a Aragón, pero que se encuentra a mitad de camino de ambas. De hecho, desde la capital podemos llegar en apenas dos horas de viaje.
Este pueblo de la provincia de Guadalajara, y que recibe a muchos visitantes procedentes de la gran urbe, es conocido por ser el más frío de España. Y es que a pocos kilómetros de una ciudad tan viva como Madrid tenemos este pequeño municipio que es ideal para una escapada invernal y navideña donde experimentaremos el frío en otra dimensión sin tener que viajar al norte de Europa.
¿Cuál es el pueblo más frío de España?
Si nos preguntamos cuál es el pueblo más frío de España, la respuesta está clara. Molina de Aragón es el municipio que se lleva este honor, ya que de manera habitual registra mínimas que desafían todos los límites históricos en nuestro país. Este pequeño municipio enclavado en el corazón del Señorío de Molina se sitúa a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar y constituye el entorno habitado que más sucumbe al frío.
Sin embargo, Molina de Aragón, perfecto para una excursión desde Madrid, es mucho más que frío, ya que se trata de un pueblo con tintes de aldea medieval que tiene un gran encanto en su interior. Está situado en una meseta rodeada de sierras, lo que permite crear un microclima que le ha valido para ganarse el sobrenombre de 'la Siberia española'.
Su clima, además de frío, es seco. Por lo que pasar allí ciertos momentos de los meses de diciembre, enero y febrero es todo un desafío. Sin embargo, es esta particular situación la que lo dota de un encanto especial, ya que es el pueblo perfecto para disfrutar del encanto de la nieve, la cual suele cubrir con frecuencia todo su territorio, empezando por su bonito castillo medieval.
Molina de Aragón es ejemplo de frío extremo. Su récord de temperatura más baja se registró en 1952, cuando el mercurio cayó hasta los -28,2 grados. Una marca que, eso sí, contrasta con los veranos en los que supera holgadamente los 35 grados e incluso roza los 40. Como Madrid, tierra de contrastes.
La vida en este pueblo de poco más de 3.200 habitantes se adapta al frío y al clima gélido. Y en invierno se debate entre la tradición y la supervivencia entre sus calles nevadas y sus rincones repletos de escarcha. Allí donde no da el sol, jamás se quita el hielo, pudiendo perdurar incluso meses de manera continuada.
No obstante, se trata de uno de esos pueblos que merece la pena visitar al menos una vez en la vida. Aunque muchos de los que van, repiten. Los paseos en invierno por sus entornos medievales y por sus calles estrechas y empedradas son experiencias únicas y muy recomendables. Además, está rodeado de un entorno natural idílico y precioso.
Factores que lo convierten en un gran destino para visitar en estas fechas, perfecto para huir del ruido, del estrés y de las aglomeraciones de ciudades como Madrid, buscando la paz, la tranquilidad y el aislamiento de un paseo en calma o de una buena cena al calor del fuego mientras se disfruta de pequeños placeres como una buena copa de vino.