El pasado 9 de octubre, tras un ultimátum de Pedro Sánchez a Isabel Díaz Ayuso, el Gobierno de España intervinió la Comunidad de Madrid y cerró la capital y otras nueves ciudades con el objetivo de evitar la propagación del coronavirus y frenar una evolución preocupante de la pandemia. Ese día, la región registraba una incidencia acumulada de 540,64 casos por cada 100.000 habitantes (la segunda más elevada tras Navarra); un mes y 11 días después, es casi la mitad: 285,52. La menor de las registradas en la Península.
El punto de inflexión en la comunidad se produjo el 18 de septiembre, tras nueve semanas en las que todos los indicadores de la pandemia ascendieron a un ritmo constante y con un récord diario de contagios: 6.935. Ese día, con una incidencia de 682,57, Díaz Ayuso compareció para anunciar el confinamiento de nueve municipios de la región.
Tras ello llegaron los choque entre los dos ejecutivos: Díaz Ayuso presumía de que la medida funcionaba pero Sanidad no la veía suficiente y aseguraba que en la región había transmisión comunitaria y su Gobierno no estaba "tomado el control de la pandemia".
Por ello, llegó el estado de alarma, primero regional y después nacional, y las sucesivas restricciones para sus habitantes, que se han dilatado hasta la actualidad. También por ello, los datos en la actualidad son radicalemente diferentes a los de entonces.
Según la última actualización de datos publicada por el departamento de Salvador Illa, la comunidad ha registrado en las últimas 24 horas 1.131 contagios, 8.519 en la última semana y 19.025 en 14 días. Las misma cifras en el informe del 9 de octubre están cerca de duplicar todos los valores: 2.256 el día previo, 15.323 en los últimos siete días y 36.025 en los 14.
La diferencia no es tal en lo que se refiere a hospitalizados: en la última semana hubo 236 ingresos, frene a los 377 de los días previos al 9 de octubre, cuando se registraron las mismas entradas en UCI en sendos lapsos temporales: 11. La presión ha pasado del 20,61% al 13,23% en planta y del 39,33% al 30,76% en UCI. En cuanto a los fallecidos, que también se contabilizan tomando como referencia los últimos siete días, han pasado de 134 a 105.
La mejora en las cifras es palpable, aunque ya se ha señado la influencia que tiene en ello el menor número de pruebas diagnósticas que en los últimos días se está realizando.
La Comunidad de Madrid está confiando por completo en los tests de antígenos, relegando las PCR a casos excepcionales. Al hacer los cribados con antígenos -para lo que, en principio, no están indicados-, la positividad baja pero hay serias dudas sobre la cantidad de asintomáticos que quedan por detectar. El número de pruebas PCR realizadas por semana ha bajado, entre los dos informes analizados, de 115.000 a 58.738.
"Es cierto que los datos de Madrid son muy elocuentes, que las medidas han dado resultado", reconoció Salvador Illa hace dos semanas, poniendo énfasis en que, aunque está mejor que otras comunidades, tiene "un entorno muy denso de población, con una movilidad muy importante intracomunitaria y con el resto de España". "Esto exige tener más precaución que en otras partes de España", dijo.
Consciente de ello, Díaz Ayuso ha decidido cerrar perimetralmente la región durante 10 días y continuar con las restricciones por zonas sanitarias. Pese a las cifras "relativamente buenas" de contagios, ha dicho la presidenta, el Gobierno regional ha tomado esta medida para "colaborar con el resto de administraciones" y evitar desplazamientos masivos.
IA estable
Más allá de Madrid, la transmisión del coronavirus va en descenso en el conjunto del país. Según el último informe de Sanidad, este viernes la incidencia acumulada nacional baja por undécimo día consecutivo hasta los 419 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días.
De acuerdo con este documento, los datos confirman una tendencia favorable en todas las regiones, aunque Castilla y León aún está por encima de los 700 casos por cada 100.000 habitantes (769); y Aragón (606), Asturias (623), Ceuta y País Vasco (690) y La Rioja (609) más allá de los 600.
Según los baremos establecidos, cualquier dato por encima de los 250 casos por 100.000 habitantes se considera de riesgo muy alto.
"Vamos mejorando, pero estamos mal", resumió este viernes el ministro de Sanidad, subrayando que la situación sigue siendo "muy preocupante", sobre todo, en previsión a las "fechas delicadas" que se avecinan, en las que se suele dar "un incremento importante de la movilidad".