Saray considera que quitarle la custodia de sus hijos responde a una conspiración orquestada por fuerzas oscuras como "el presidente proxeneta satánico y pedófilo Pedro Sánchez", el alcalde que "come carne humana" y la "magia negra de Soros". En ningún momento alude a sus graves problemas de toxicomanía.

Saray y su pareja fueron detenidos el pasado martes por sustracción de menores y atentado contra la autoridad en una rocambolesca operación policial en el distrito de Carabanchel. Los agentes -tanto de Policía Nacional como Municipal- tuvieron que entrar con un ariete en la vivienda después de que los padres tuvieran un mes secuestrados a sus tres hijos.

Ambos habían perdido la tutela de los menores meses atrás. Saray, además, tenía prohibido visitarlos. El secuestro se produjo a finales de agosto, cuando los niños -de nueve, cuatro y dos años- fueron recogidos por su padre del centro de tutela. La situación se resolvió el pasado martes de forma violenta. 

En todo este tiempo, Saray narró en su perfil de Facebook la supuesta persecución de la que estaba siendo víctima. "El estado español roba niños para venderlos a mafias de negros satanistas para que con las tripas les salgan alas", se puede leer en una publicación del 3 de septiembre.

"Pido a todos los grupos y asociaciones del menor tutelado que se pongan en contacto conmigo y este pendientes de mi perfil porque los asesinos pedófilos que violaron a mi hija me están persiguiendo a mí y a mi familia amenazándonos de muerte diciendo que nos van a matar y van a hacer un aquelarre satánico como han hecho con tantas familias que huyendo de ellos han muerto", publicó dos días más tarde.

Dos semanas después

Los niños vivían bajo la tutela de la Comunidad de Madrid en el Centro de Residencia Infantil Isabel de Castilla. El 26 de agosto su padre los recogió para pasar dos días con ellos, una escapada autorizada por el centro. Sin embargo, el día 27 no volvieron.

La ausencia de los menores alertó a los servicios sociales, que avisaron de la desaparición el pasado día 14, cuando ya habían pasado más de dos semanas. En todo este tiempo estuvieron con sus padres. 

"No sólo os tengo denunciados por secuestradores de mierda y pedófilos, sino también por corrupción y por acoso y maltrato a mí y a mis hijos", escribió la madre en Facebook. "Acercaos a mí antes del juicio, que es en octubre, y os mato, asesinos". En otro mensaje es mucho más concisa: "Me vais a tener que tirotear, hijos de perra". 

Fuego en Carabanchel

Tras la alarma por parte del centro, arrancaron las pesquisas de manera conjunta entre las policías Nacional y Municipal. El paradero de los niños fue descubierto por los agentes tutores de la Policía Municipal, que solicitaron a la madre la entrega voluntaria de los menores. Saray se negó.

Así llega esta historia al martes 19 de septiembre. Los efectivos policiales se personaron en el número 11 de la calle Antonio Antoranz, en Carabanchel, con una orden judicial para acceder a la vivienda.

La Policía Nacional tuvo que echar la puerta abajo con un ariete, pero el interior estaba bloqueado por colchones y muebles. Una vez la puerta cedió, los padres prendieron fuego a estos enseres. "¡Un extintor, un extintor!", se puede oír exclamar a uno de los agentes en el vídeo de la intervención. Fue necesaria la intervención de los bomberos.

"Hoy va a salir en las noticias como a mi familia la han matado. Han venido a mi casa diciendo que les dé a los niños, que están tutelados por la Comunidad de Madrid. Les habrán matado ellos y querrán poner los cadáveres en mi casa", publicó Saray ese mismo día.

Finalmente, los agentes consiguieron entrar en el inmueble y detener a ambos progenitores. Estaban todos: padre, madre, los tres hijos secuestrados y hasta el perro. Los niños estaban escondidos en un armario. A causa del incendio tuvieron que ser atendidos por el Samur por inhalación de humo.

Los niños ya han vuelto al centro de tutela y sus padres han sido detenidos. Se les acusa de sustracción de menores y atentado contra la autoridad. Saray, finalmente, no ha sido tiroteada, como preveía ella que iba a ocurrir.