¿Tiene sentido afrontar la construcción de una infraestructura cuya rentabilidad es nula o negativa? ¿Tienen los poderes públicos las herramientas necesarias para priorizar los proyectos más necesarios? Para ambas preguntas pueden encontrarse respuestas en el Plan de Transporte Metropolitano de Málaga que acaba de abrir a información pública la Junta de Andalucía.
El amplio documento, con el que se pretenden sentar las bases de una apuesta por la movilidad sostenible, incrementando de manera apreciable el peso del transporte público, incluye un anexo dedicado exclusivamente a estudiar el coste-beneficio de un largo listado de operaciones. Muchas de ellas bien conocidas por los malagueños, que llevan años escuchando hablar de extensiones de Metro hacia la zona Este, hacia el PTA…
Para alcanzar los resultados recogidos, los técnicos emplean dos dimensiones. De un lado, el Valor Actual Neto (VAN), un criterio de inversión que consiste, grosso modo, en los cobros y pagos de un proyecto para conocer cuánto se va a ganar o perder con esa actuación; de otro, la Tasa Interna de Retorno (TIR), que es la tasa de interés o rentabilidad que ofrece una inversión.
Aplicando estas realidades, el análisis de los números permite aproximarse hasta qué punto una determinada intervención sería una ruina o, por el contrario, su materialización, tendría todo el sentido del mundo.
En este último caso, el protagonista en materia de movilidad sostenible es la construcción de un BRT (Bus Rapid Transit), que viene a ser como un tranvía pero sobre ruedas, hasta El Palo. Con 5,9 kilómetros y una inversión de 25 millones, ofrece un Valor Actual Neto positivo de 153,6 millones de euros. Esta iniciativa ofrece además un TIR del 41%.
Se da la circunstancia de que la implantación de este BRT fue recientemente descartada por el Ayuntamiento de Málaga, pese a disponer de financiación europea (Fondos Edusi) para impulsar su materialización.
Otra operación ferroviaria de evidente impacto positivo sería la prolongación de las líneas de Cercanías, C1 y C2 hasta la plaza de la Marina (a lo que sumar trayecto hasta La Malagueta en bus/a pie), con un VAN de 147,1 millones y un TIR del 28%.
Los datos quedan algo rebajados si la apuesta fuese la de llevar el Cercanías directamente hasta La Malagueta. En ese caso, con una inversión de casi 53 millones, el VAN sería de 126,6 millones y el TIR del 17%.
También obtienen datos positivos proyectos de menor envergadura como mejorar las conexiones entre el Hospital Civil, donde quedarán implantado el tercer hospital, y Ciudad Jardín. Para ello, se analizan tres opciones: con ampliación del Metro soterrado, que ofrece una VAN de 31,4 millones; este mismo trazado tranviario, con un VAN de 29,1 millones, o mediante un BRT, con un resultado positivo de 55,4 millones (TIR del 30%).
En el caso de los proyectos ruinosos aparece de manera destacada la extensión del Metro soterrado hasta Rincón de la Victoria, asunto que formó parte en su día de los esquemas de las Administraciones públicas.
Según los datos, el VAN que resulta de estudiar esta actuación es de -344,4 millones de euros. En este caso se maneja una inversión de unos 494 millones para un trazado de 13 kilómetros. Dejar esta misma línea en El Palo rebaja el dato negativo a -18,9 millones. Por el contrario, la extensión del Metro en superficie hasta la zona Este tiene un VAN favorable de 111 millones.
En materia de ferrocarril urbano tampoco sale bien parada de este análisis la idea que sigue vigente de llevar el Metro hasta el PTA. De acuerdo con los valores expuestos la construcción del ramal de 5,3 kilómetros hasta la tecnópolis, con una inversión de 58 millones de euros, ofrece un VAN adverso de 145,9 millones de euros.
Más allá del análisis de infraestructuras ferroviarias o de movilidad sostenible, también se presta atención a proyectos viarios. En este apartado, la que obtiene unos resultados más favorables es la conexión directa de Alhaurín de la Torre con la Autovía de la Costa a la altura de Benalmádena. Esta obra, con una inversión de casi 88 millones, ofrece una VAN de 876 millones y un TIR del 53%.
El estudio respalda también la apuesta que viene haciendo desde hace años el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, por sentar las bases de una nueva vía perimetral. Según los análisis de coste y beneficio, el resultado de su construcción y funcionamiento es favorable, con un VAN de 309 millones de euros y un TIR del 11%.
Bien es cierto que este detalle se corresponde con un tramo de casi 28 kilómetros, con una inversión de 255 millones. Es decir, con una parte del trazado completo previsto, que incluye una extensión hacia la zona de la Axarquía.
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