Doscientos kilómetros de miseria. La caravana de la muerte. Así definieron la masacre de la carretera de Málaga a Almería conocida popularmente como la Desbandá, uno de los episodios más dramáticos de la Guerra Civil. La caída de Málaga en manos del bando sublevado el 7 de febrero de 1937 provocó la huida a la desesperada de 150.000 personas en un trayecto a pie por la carretera en el que miles de personas, entre ellos mujeres, niños y ancianos, fueron aniquilados desde tierra, mar y aire.
Madrid ha restituido recientemente la calle Crucero de Baleares, el buque de guerra que sembró el terror en la carretera de Málaga a Almería y el principal responsable del bombardeo a la población civil allí. Su alcalde, José Luis Martínez-Almeida, lo ha hecho efectivo después de que el Tribunal Superior de Justicia decidiera este año impugnar los cambios en el callejero durante el Gobierno de Manuela Carmena.
El Consistorio madrileño ha cambiado ya el nombre de la calle Barco Sinaia, que se encuentra en la zona del Puente de Vallecas, por la del Crucero Baleares. El buque Sinaia transportó a los primeros republicanos españoles que huían de la Guerra Civil. "Un barco que transportó refugiados españoles para salvar su vida por un barco de guerra franquista", han señalado en Twitter. La polémica está servida en los pasillos del Ayuntamiento de Madrid y en las redes sociales.
El portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Málaga, Daniel Pérez, informó este miércoles que su grupo presentará una petición de reprobación de Almeida "por la dignidad de las víctimas de la Desbandá", después de que el alcalde popular haya nominado una de las calles de la capital como Crucero de Baleares, "barco que bombardeó a la población civil en Málaga durante la huida a Almería, protagonizando unos de los capítulos más negros de la historia de nuestro país".
Una acción de castigo
Gorka Zamarreño, licenciado en Geografía e Historia por la Universidad del País Vasco, no entiende la decisión del Ayuntamiento de Almeida. "Fue utilizado por las tropas sublevadas para bombardear a la población civil. Es conocido por una acción no militar, de hostigamiento y castigo a civiles", reprocha. El régimen de Franco trató de ocultar el trágico suceso. Sin embargo, el New York Times publicó un artículo con la ayuda del médico canadiense Norman Bethune.
El Doctor en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga habla del Crucero Baleares como el principal navío de la flota del bando sublevado (que tuvo un gemelo, el Canarias. "Fue nombrado buque insignia cuando se votó en Ferrol su construcción. El barco se mandó hacer en la dictadura de Primo de Rivera. Los trabajos se retrasaron", aclara el experto a EL ESPAÑOL de Málaga durante una conversación telefónica.
Tanto tardaron en hacerlo que el navío tuvo que zarpar a toda velocidad para ser utilizado en la Guerra Civil. "Al barco le faltaban cosas tan importantes como la dirección de tiro, algo indispensable. Su eficacia militar fue regular, pero para el Ejército de Tierra era excelente. Tenía unos cañones de 203 milímetros. Que para su época eran unos cañones importantes", reconoce Zamarreño.
El Crucero Baleares disparó, junto a los buques Canarias y Almirante Cervera, en dirección a la carretera de Málaga a Almería el 8 de febrero. También se sumó al bombardeo la fuerza aérea y los tanques y la artillería del bando sublevado. "Dispararon salvas de artillería con obuses de 203 milímetros, una cosa muy grande, para poder disparar a 20 kilómetros de distancia. Imagínate el pepinazo", señala. El bando sublevado trató con esto de sembrar el pánico entre la población civil que huía.
La guerra del miedo
En la capital cundió el pánico por miedo a la represión y muchos civiles y milicianos republicanos desesperados huyeron a pie por la carretera de Almería. "El ruido y el temblor de una salva de artillería de un buque así es alucinante. Te tienes que tirar al suelo", asegura el profesor de la UMA, que menciona que "no sólo se trata del daño directo que infringe, sino del terror psicológico que impone" en la población una acción militar de esas dimensiones. "Las tropas sublevadas utilizaron el terror como un arma habitual", afirma.
Este navío es un barco de diseño británico pero con modificaciones. "Era un barco bastante avanzado para su época. Lo que salió posteriormente no tenía nada que ver como el Tirpitz, el segundo de los dos acorazados de la clase Bismarck construidos para la Kriegsmarine alemana durante la Segunda Guerra Mundial", precisa Zamarreño.
El Crucero Baleares desempeñó un papel importante durante la Guerra Civil al ser un barco bien diseñado. Se hundió en la batalla del cabo del Palos, en marzo de 1938, dejando 788 muertos. "Murieron casi 800 marineros que estaban dentro, una tumba. Pero carece de sensibilidad ponerle a una calle el nombre de un arma que se utilizó contra la población civil", insiste el licenciado en Geografía e Historia.
La batalla de Cabo de Palos tuvo lugar en la madrugada del 5 al 6 de marzo de 1938, y llegó a ser el enfrentamiento naval más importante de la Guerra Civil entre nacionales y republicanos. Las Flotas de ambos bandos lucharon a 70 millas del Cabo de Palos en un encuentro casual. "Le metieron siete torpedos. La armada republicana era más numerosa, pero no tenía la potencia de fuego que tenía la sublevada. El navío tenía deficiencias terribles porque estaba sin terminar", explica.
Zamarreño reconoce que todavía existe en España "un grupúsculo de gente que se educó bajo familias muy franquistas con todos los beneficios del mundo, a las cuales les ha costado mucho asimilar la democracia". "Quizás les gusta honrar aquellos que los educaron. El error ha sido cerrar en falso la cuestión del franquismo. La democracia no logró eliminar ese problema, esas oligarquías", advierte.
El profesor universitario cree que podrían dedicarle la calle a la flota de la batalla de Lepanto o la de Trafalgar; a los caídos en el desastre de Annual. "Esa fue gente que se batió el cobre por nuestro país. Lucharon por su patria de una manera desinteresada con unos resultados aciagos", recalca.
También opina que "no deberíamos ahondar en cuestiones relacionados con la Guerra Civil cuando sabemos que todavía es tan doloroso". Respecto a la calle Crucero de Baleares, el profesor lo compara con ponerle una calle a La Pasionaria, "una señora que si hubiera podido, hubiera erigido en España un régimen comunista del terror"; o a Durruti, "una mala bestia que se dedicó a asesinar sin escrúpulos a monjas y curas que no habían hecho nada". La polémica, por ahora, está servida.
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