Joaquín Villanova es alcalde de Alhaurín de la Torre desde hace más de dos décadas. Es uno de los munícipes más relevantes dentro del PP provincial y con proyección en instituciones nacionales, habiendo ocupado un puesto en el Senado y en el Congreso de los Diputados en diferentes periodos.
Ahora, tras su primera elección en Pleno en octubre de 1996, cumple sus 25 años al mando de Alhaurín, una localidad que en los últimos veinte años ha aumentado su población de 17.000 a 40.000 habitantes. Su cercanía al aeropuerto o al PTA, pero también a la costa, le convierten en un destino en alza.
Comenzamos centrándonos en su figura política. Es cada vez menos común encontrarse con alcaldes que en localidades de gran población como es el caso de Alhaurín lleven muchos años en el cargo. En el caso de Málaga nos encontramos con dos ejemplos muy cercanos, Villanova, 25 años, y De la Torre, 21.
¿Qué le ha llevado a estar y querer seguir en la política municipal habiendo podido conseguir puestos más cómodos o mejor retribuidos?
Yo llegué a la Alcaldía por un gobierno de salvación. Era concejal por un partido independiente y trabajaba en la empresa privada. Dejé mi trabajo después de 22 años y decidí trabajar por mi pueblo. El pueblo en aquel momento me necesitaba, hacía falta un gestor. Para hacerse una idea, en 1996 había una deuda de más de 400 millones de pesetas por una expropiación mal hecha y más de 1.200 millones de pesetas de déficit. En un año dupliqué el presupuesto, y al año siguiente también. La cuestión fue sencilla: gestionar lo que había.
Yo he estado en el Senado (2000-2004) y en el Congreso de los Diputados (2011-2015) y he seguido siendo alcalde porque a mí lo que me gusta es la gestión municipal. De hecho, creo que muchos de los problemas de la política nacional vienen porque hay políticos que no han tenido contacto con el municipalismo.
En los pueblos, en los Ayuntamientos, es donde está la democracia real. Donde más se trabaja por hacer participar a los ciudadanos de las decisiones que tienen que adoptar está en los pueblos. Cuando atendemos a los ciudadanos nos dan igual los colores, lo que nos importa es atender sus necesidades.
Es una democracia real porque los ciudadanos gestionan directamente. Un ejemplo claro de ello es el resultado del PP en Alhaurín de la Torre en las municipales (casi 9.000 votos) y en las Europeas (4.200 votos) celebrándose el mismo día.
Yo creo que la mejor y más cercana democracia está en los alcaldes. Para ser presidente del Gobierno hay que ser concejal primero. Creo que tiene que hacerse valer a los alcaldes y a los concejales.
Económicamente, el Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre es ejemplar: un presupuesto en crecimiento y con superávit. ¿Cuáles son las claves de esa política?
Mi lema es ingresar 100 y gastar 95. Esto es algo que en su momento decía Mariano Rajoy. Pero esto es algo que viene, precisamente, de haber trabajado mucho en la empresa privada. Tenemos un Ayuntamiento con 38 millones de euros de remanente: llevamos 25 años de superávit. Yo veo esto como la economía doméstica: gastar menos de lo que se ingresa.
Cuando un político no conoce la realidad de la empresa privada y tiene que gestionar presupuestos y dinero público acaba tirando con pólvora ajena. Yo he sido director económico y financiero y jefe de administración durante 22 años. Eso me ha ayudado a que el patrimonio de Alhaurín sea de más de 500 millones de euros.
Esta es una pregunta obligada: 25 años como alcalde. En este tiempo ha sido, además, senador o miembro del consejo municipalista de la FAMP. En 18 meses habrá de nuevo elecciones municipales, ¿volverá a presentarse?
El 27 de noviembre se celebrará el congreso del PP de Alhaurín de la Torre. Hoy por hoy te puedo confirmar que me voy a presentar de nuevo a presidente del PP. Creo que el partido me necesita, pero más me necesita Alhaurín de la Torre.
Entonces si se presenta a presidente es que volverá a presentarse a alcalde, ¿cierto?
Es muy probable, sí.
Actualmente tiene un cargo relevante en la FAMP, ¿aporta más de lo que resta el tiempo que dedica a la federación? ¿Por qué?
La FAMP me tiene cada vez más absorbido, prácticamente un 20% de mi tiempo. La gestión en la FAMP es la mejor de los últimos 25 años, sin duda. Nunca antes una federación ha tenido tantos ayuntamientos pagando la cuota, tanta actividad en general en la defensa de los intereses de los ayuntamientos.
En 1996, Alhaurín de la Torre tuvo la mejor vacuna para darse cuenta de que un gobierno multicolor, un cuatripartito, no era la solución a nada. Sin embargo, en la FAMP nos hemos puesto de acuerdo varios partidos. Somos cinco vicepresidentes con Villalobos, el presidente socialista de la Diputación de Sevilla.
Estamos demostrando que trabajamos mejor que en el Congreso de los Diputados o en el Parlamento de Andalucía. Eso ocurre porque se demuestra que en la FAMP trabajamos alcaldes que piensan en los intereses de los ciudadanos.
El despegue de Alhaurín
Centrándonos en su gestión en Alhaurín, nos encontramos con que en estos 25 años de gestión ha pasado de 17.000 a más de 43.000 personas censadas, ¿cuál es el secreto de ese éxito?
Todo el mundo quiere vivir en Alhaurín. En 1996, cuando llegué a la alcaldía, esto era un pueblo muerto, sin ninguna infraestructura, sin cultura ni deporte. Y yo empecé por el principio: la travesía urbana, que sirvió de escaparate. Convertí la A366 en una verdadera travesía agradable.
Si miramos el Alhaurín de la Torre de los 90 y lo comparas con este, no se parece en nada. Ahora hay nueve kilómetros de carril bici con aceras y unas palmeras que unen el pueblo viejo con el nuevo: el centro con las urbanizaciones. Esa era una cuestión prioritaria: vivían de espaldas. Lo primero que hice, por tanto, fue unir, cohesionar y vertebrar. Fue un esfuerzo de siete años para convertir una carretera en la mejor travesía de un pueblo de toda España.
Hoy tenemos 75 m2 de zonas verdes por habitantes: superamos a Vitoria, Oviedo, Logroño... Tenemos un sistema de calidad de vida que no lo tiene una ciudad de 300.000 habitantes. Hemos atraído a muchísima gente a vivir a un sitio ciertamente paradisíaco. Nosotros vendemos una calidad de vida que se ve y que se disfruta.
Alhaurín de la Torre lleva años mejorando su renta per cápita y actualmente es uno de los municipios más ricos de Andalucía, ¿qué responsabilidad tiene un alcalde en un dato como este?
A Alhaurín ha llegado gente que realmente contribuye a la renta. Ocurre en otros municipios que salen como de los más pobres en las estadísticas, pero esa pobreza no se ve porque no es cierta. En Alhaurín de la Torre tenemos gente que paga sus impuestos y eso se nota.
Todo el mundo quiere vivir aquí, porque además es barato. Llevamos siete años con los impuestos congelados y ahora hemos bajado la tasa por licencia de apertura de negocios y vamos a bajar el IBI a las empresas un 20%.
La ciudad aeroportuaria es el gran proyecto que nunca llega...
La ciudad aeroportuaria de Alhaurín de la Torre verá la luz con Juanma Moreno. Durante los gobiernos socialistas nos pusieron toda clase de trabas y zancadillas. Ahora tenemos el apoyo y la comprensión de la Junta de Andalucía. En su momento me costó mucho trabajo conseguir la aceptación del PSOE en el POTAUM.
Estamos ante una inversión preferente, es área de oportunidad y somos nosotros, los alhaurinos, los que vamos a aportar para el desarrollo aeroportuario. Esta es una iniciativa que nace en 2002. El proyecto inicial ya ha caducado, pero vamos a volver a aprobar el proyecto. En dos años podría estar todo preparado para empezar a trabajar con las grúas.
Estamos hablando de 400 millones de inversión directa inicial y hasta 4.000 de inversión final. La ciudad aeroportuaria incluye hoteles, una city financiera, centros comerciales... Son casi 100.000 empleos inducidos y 25.000 directos los que dependerían de esta iniciativa.
Alhaurín de la Torre es un ejemplo de ciudad que ha ido acogiendo parte de la población que necesitaba respirar fuera de Málaga. ¿Es compatible ser una ciudad dormitorio con mantener la vida y las tradiciones de la localidad?
¡Alhaurín no es una ciudad dormitorio! Tenemos más de 160 colectivos activos, ¿qué hacen esos colectivos? demandan más deporte, más cultura, más instalaciones. El Alhaurín de la Torre muerto no existe, es cosas del pasado. Hace mucho que no somos una ciudad triste. Alhaurín de la Torre es verde, ecológico y se disfruta. ¿Una ciudad dormitorio? Aquí hay cada día varios eventos de diferentes colectivos.
En cuanto a las tradiciones, no sólo las hemos mantenido, sino que hemos revitalizado algunas. Cuando yo llegué a la Alcaldía había sólo un libro de historia del pueblo, ahora hay más de 50.
En el caso de las cofradías, que tienen más de 400 años de historia, las hemos revitalizado y otras tradiciones, como el día de San Sebastián, las hemos recuperado. Somos un pueblo con cultura, historia y tradiciones y eso hace que seamos un pueblo vivo. Alhaurín de la Torre es una localidad de interior en la que no se cumple eso de la España vacía: ahora mismo somos receptores. Actualmente tenemos a más de 90 nacionalidades censadas en el pueblo.
Durante sus mandatos han pasado muchas personas por sus equipos, ¿cuál es la clave para que siga usted al frente?
Rodearme de gente joven y de gente mejor que yo. Eso sí, soy muy exigente, el más exigente. Soy el primero en llegar al Ayuntamiento y el último en irme, pero es que me rodeo de gente muy buena. A veces me veo como en las galeras de Ben-Hur, dando al tambor para que no baje el ritmo, pero es verdad que aquí no baja.
Soy una persona muy temperamental, muy directo, a veces demasiado: soy bronco, duro, más duro con la gente a la que más quiero y aprecio. En esos casos me siento con el derecho a exigir, porque soy el más exigente conmigo mismo. Por ejemplo, no puedo con los vagos. La clave es estar rodeado de gente trabajadora, humilde y buena, lo que me ayuda a mí a ser más trabajador y mejor cada día.
¿Qué cree que recordarán los alhaurinos de su alcalde el día que deje de serlo? ¿Qué es lo que le gustaría?
Que fui un currante y que fui sensible, cercano. Insisto, la democracia real está en el municipalismo
¿Está de moda el municipalismo? Juanma Moreno o Juan Espadas lo repiten constantemente ahora.
Bueno, es que Juanma es muy municipalista, mucho más de lo que pueda transmitir ahora que lo vemos con el traje de presidente. Espadas es alcalde y Juanma fue concejal. No creo que esté de moda, sino que es donde se ve la verdadera gestión de las necesidades de los ciudadanos.
A quien hay que ponerle un cero es a Susana Díaz, que prohibió que los alcaldes pudiéramos ser diputados regionales. Eso es un error.
¿Ha buscado alguna vez crecer en cargos orgánicos dentro del PP?
Yo nunca he querido tener cargo orgánico. Si el partido me lo da, lo acepto, como ahora, que soy miembro del comité de dirección provincial. Todo lo que me ha encomendado el PP lo he hecho. Cuando me ha puesto de presidente del consejo de alcaldes del partido, nos reuníamos todos los alcaldes periódicamente.
Por ejemplo, sí me gustaría terminar mi carrera política en el senado. Creo que ahí puedo aportar mucho. Me gusta mucho el parlamentarismo. Eso sí, si me dan a elegir entre ser parlamentario o alcalde y no lo dudo: alcalde.