Málaga

Nadie debería morir con sólo 10 años de vida. Pero la muerte no hace distingos. Por eso ha tocado son su negra mano al niño Miguel Ángel. Hasta el pasado mes de noviembre era, sobre todo y únicamente, el hijo de sus padres. Pero su nombre cobró dimensión nacional cuando se supo que Álvaro Morata le había dedicado el gol marcado ante Suecia que llevó a la Selección Española de Fútbol al Mundial de Catar.

Una cita que Miguel Ángel no podrá seguir. El pequeño ha muerto, incapaz de vencer al cáncer contra el que luchaba. La noticia ha provocado la consternación en su localidad natal, Alhaurín el Grande. 

Una muestra de ello es el mensaje lanzado por el Club Deportivo Alhaurino, del que era seguidor. "Queremos dar un gran abrazo a la familia en estos devastadores momentos. Descansa, pequeño. Aunque tu estrella se ha apagado en la Tierra, seguirá brillando desde el cielo", dice la entidad deportiva en su cuenta de Twitter.

En su pelea tuvo el apoyo de la Fundación Pequeño Deseo, que se hizo eco de su situación cuando estaba ingresado en el Hospital Materno Infantil. El colectivo se interesó en conocer sus grandes aficiones. Cuando reveló su pasión por el fútbol, los voluntarios de la asociación se pusieron manos a la obra para hacer realidad su deseo.

Y vaya si lo hicieron. Consiguieron que Miguel Ángel conociese a algunos de sus ídolos, como Morata, Unai Simón y Pablo Sarabia. Cuentan que los recibió emocionado y les contó la estrategia que debían seguir para ganar el partido. Se atrevió incluso a pronosticar que el delantero marcaría.

La fundación Pequeño Deseo cumple los deseos de niños que padecen enfermedades graves o crónicas, con el objetivo de mejorar sus ánimos y mejorar su situación en la lucha contra la enfermedad. Recorren los hospitales pediátricos de España para intentar regalarles momentos de felicidad a estos pequeños pacientes.

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