Desde el pasado 14 de enero la familia de Francisca Cecilia Córdoba desconoce su paradero. La última vez que la vieron fue en un centro de desintoxicación de la capital, donde se encontraba recuperándose de su adicción al alcohol. La última pista que tienen sobre ella es que el pasado miércoles 19 de enero sacó diez euros de la oficina de la Caixa de la Alameda de Colón, en pleno centro de Málaga, a las 8.35 horas.
Los últimos años no han sido sencillos para Francisca Cecilia. El poco tiempo entre la muerte de su hermana por leucemia en diciembre de 2020 y la de su tío y su suegra en enero de 2021 no ayudaron a sus problemas psicológicos y su adicción al alcohol, que ya venían de tiempo atrás. "Tenía un gran problema de autoestima, depresión y ansiedad. Llegó a tener intentos suicidas, de ahí las cicatrices que tiene en su muñeca", narra su hermana Nazaret, a la que los días se le hacen eternos sin saber nada de ella.
Han sido varias las ocasiones en las que Francisca Cecilia ha optado por pedir ayuda contra su adicción y, sobre todo, por el bien de su salud mental. Hace tan solo unos años estuvo en Madrid, donde recibió tratamiento psiquiátrico, pero al final dejó de ir. En agosto de 2019, después de un intento suicida, ingresó de nuevo en un centro de desintoxicación, pero volvió a marcharse de forma voluntaria.
"Volvió a recaer y recurrió a sus demonios. Necesitaba ayuda urgente, por lo que ingresó en el centro de desintoxicación de Málaga en mayo del año pasado para buscar ayuda", narra su hermana.
Desde aquel 31 de mayo, parece que la adicción de Francisca Cecilia iba a mejor. Allí, cada persona tiene una labor diaria que les hace distraerse de su propia realidad. Los sábados, su familia podía hablar con ella. "Algunos días estaba bien, contenta con los logros que estaba consiguiendo. Otros, estaba más decaída por la depresión que está sufriendo. La convivencia también afectaba bastante a su humor. Tenía días mejores y peores con sus compañeras".
El pasado 20 diciembre salió del centro y se marchó con su madre a Córdoba, con el objetivo de pasar las fiestas navideñas en familia. "Vino porque el 25 de diciembre precisamente es el cumpleaños de nuestra madre y, además, para ver a nuestro padre, que tiene problemas de salud e iba a ser ingresado esa misma semana, el día 22", explica Nazaret.
Sin embargo, el 27 de diciembre, sin avisar a nadie y, aparentemente sin motivo, Francisca Cecilia vuelve a Málaga sola en autobús. Al día siguiente, la familia recibe una llamada que deja sin palabras a la familia. El centro había encontrado a Francisca Cecilia en un parque de la ciudad de Málaga ebria tras pasar toda la noche bebiendo.
Tras este episodio, la vuelven a ingresar en el centro estando quince días incomunicada de su familia. "Mi madre llamaba todos los días y la responsable le comentó que se estaba recuperando poco a poco, que el sábado 15 de enero ya podría hablar con ella", expresa Nazaret.
El 14 de enero, día de la desaparición, como hacían rutinariamente, Francisca Cecilia y sus compañeras se trasladan desde su residencia hasta el centro. "Llegaron al centro, cada una hizo una oración y se pusieron a hacer sus tareas. Sin embargo, en un descuido, mi hermana aprovechó para salir de allí", cuenta Nazaret, desanimada.
Francisca Cecilia se marchó sin teléfono, ya que lo tienen prohibido. Tampoco se llevó ropa, más allá de lo que llevaba puesto en ese momento. No llevaba dinero, pero sí que la familia sabe que sacó diez euros en efectivo los días 17 y 19 de enero, como decíamos. Lo hizo con el DNI, por lo que todo apunta a que la mujer va identificada.
Lo sacó de la cuenta que tenía con el hombre con el que estaba en los últimos meses, donde la mujer estaba autorizada. "Es él el que le ha suministrado el dinero que le ha ido haciendo falta. De hecho, ahora le ha metido otros diez euros por ver si los vuelve a sacar. Es nuestra forma de saber que está bien", comenta la familia.
El 18 de enero a las ocho y media de la tarde fue cuando la familia interpone la denuncia por la desaparición, preocupados de que pueda estar en una situación de peligro. "No sabemos cómo se encuentra, si está sola o con alguien, o durmiendo en la calle", relata Emilia, su madre, que reconoce estar preocupada también por sus antecedentes suicidas.
Emilia no da crédito a lo ocurrido ni sabe ya qué pensar. Cuenta que, cuando Francisca Cecilia se enfadaba y se agobiaba, alguna vez se fue unas horas o, si acaso, unos días. Sin embargo, en esta ocasión lleva ya prácticamente 10 días en la calle. "Cuando se iba, nos pedía perdón y volvía muy arrepentida, pero esto es distinto. Por más que patrullan por la zona del centro, no dan con ella", dice resignada.
"El dinero que ha sacado no sabemos en qué ha podido gastárselo, pero nos preocupa que haya sido en alcohol. Si le llegan pensamientos suicidas, sumados a los efectos del alcohol y sus problemas de depresión, personalidad y ansiedad, no sabemos lo que puede llegar a pasar", reconoce Nazaret.
Por todo ello, la familia hace un llamamiento a los malagueños y piden colaboración ciudadana por la salud física y mental de Francisca Cecilia. No pueden aportar detalles concretos de la ropa que llevaba, pero su madre cree que llevará pantalón y sudadera de tonos oscuros, zapatillas y un colgante dorado en forma de estrella.
Además, la familia aporta datos sobre varios tatuajes que tiene. En el brazo derecho lleva uno muy característico donde se puede leer 'Cada muro tiene una puerta' junto a una pequeña estrella. En la muñeca derecha lleva tatuado un pequeño lazo celta y, en el brazo izquierdo, tiene un tatuaje de un bebé con alas y el año 2019. En un lateral de la espalda tiene también un hada.
En cuanto a rasgos generales, es cordobesa, tiene 40 años y mide 1,74 cm. Es de complexión fuerte, pesa unos 90 kilogramos. Así, su pelo es corto, negro y liso y sus ojos son verdes. En la muñeca izquierda también tiene algunas marcas y cicatrices de autolesiones en el pasado. Si tienes alguna pista o la has visto, no dudes en contactar con los teléfonos de asistencia 24 horas de SOS Desaparecidos: 642650775 o 649952957.