El Gobierno central parece tomárselo con calma. 39 días después de que el Consejo de Ministros aprobase dar su apoyo a la candidatura de Málaga para organizar la Expo Internacional de 2027, la confirmación oficial sigue sin producirse. El paso que sí han formalizado Estados Unidos y Tailandia, los dos únicos estados que por el momento se postulan para el evento, sigue sin darlo España.
Y eso cuando apenas quedan seis días para que quede cerrado el plazo dado por el Bureau International des Expositions (BIE), responsable de la elección final. La cuenta atrás de seis meses, que puede seguirse minuto a minuto en la web del organismo internacional, con sede en París, quedó activada en el mismo momento en que el Gobierno de Joe Biden entregó el 29 de julio del año pasado ante el BIE la carta de apoyo a la ciudad Bloomington, del estado de Minnesota.
Un movimiento que fue secundado el 11 de enero pasado por Tailandia, que postula a Phuket. En el caso de España y Málaga, que van de la mano en esta iniciativa, tienen hasta las 17:00 horas del 28 de enero.
No parece, en cualquier caso, que en el seno del Ayuntamiento de Málaga salten las alarmas. Según han informado desde la Casona del Parque, existe la certeza de que la citada comunicación va a tener lugar en los próximos días, tal y como han trasladado desde el Ministerio de Asuntos Exteriores en las últimas conversaciones.
Una de las razones que puede estar detrás de la demora por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez es que no fue hasta el pasado martes cuando el Ayuntamiento envió el borrador de dossier de la candidatura en la que se viene trabajando desde hace varios meses.
La apuesta de la capital de la Costa del Sol lleva por título La Era Urbana: hacia la ciudad sostenible. Es una propuesta de reflexión en torno a uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la sociedad contemporánea a medio y largo plazo: hacer compatibles el crecimiento demográfico y el desarrollo urbanístico con la protección del medioambiente y la adopción de soluciones innovadoras que garanticen una mejora de la calidad de vida de los residentes en las ciudades.
Superada la presentación formal de la candidatura, se abrirá el proceso de examen al proyecto. Y ello incluye la entrega de expediente de candidatura detallado, que servirá de base para el trabajo de las misiones de investigación de la BIE que se llevarán a cabo en los países candidatos.
Habrá tantas misiones como países candidatos. Las mismas estarán compuestas por uno de los vicepresidentes de la BIE, uno o más delegados de los Estados Miembros de la BIE o expertos, así como el secretario general de la BIE. Estos equipos evaluarán la factibilidad y viabilidad del proyecto de la Expo, el clima político y social del país y la ciudad candidatos y el apoyo que la propuesta tiene por parte de los gobiernos, autoridades locales y ciudadanos.
Detalles a considerar
Dentro de la evaluación se tendrán los aspectos como las fechas de apertura propuestas de la Expo (máximo 3 meses); el tema propuesto y su desarrollo; los objetivos generales y los resultados previstos; el nivel de apoyo entre la ciudadanía, los grupos de intereses especiales, los grupos políticos y las empresas; las medidas legislativas, organizativas, operativas y financieras adoptadas por las autoridades; el sitio propuesto para la Expo (con un área de exhibición máxima de 25 ha) y su ubicación, así como la ciudad y la región; el contenido previsto en cuanto a pabellones y programación, y los planes de desarrollo y post-uso para el sitio de la Expo.
Esta última es una de las cuestiones a las que Málaga quiere prestar especial atención. De hecho, el propio alcalde ya ha anunciado su intención de reutilizar las instalaciones para el desarrollo de iniciativas vinculadas a la formación y la docencia, a la investigación y a la innovación. El regidor apunta a que el techo a edificar sobre las 25 hectáreas requeridas para el evento internacional será de entre 80.000 y 90.000 metros cuadrados.
Los estudios económicos hasta ahora conocidos, elaborados por Analistas Económicos, cifran el impacto de la Expo en unos 3.000 millones de euros. Una estimación en la que se toman en consideración factores como la inversión que requerirá y los gastos de los visitantes.