La voz de alarma que vienen lanzando desde hace meses empresarios hosteleros y hoteleros adquiere mayor dimensión conforme se acerca la temporada alta en la Costa del Sol y el resto de la provincia de Málaga. "Faltan camareros", repiten una y otra vez. Y lo peor de todo es que, por lo que exponen estas mismas fuentes, el asunto lejos de ser de fácil solución parece enconado y sin una salida clara.
En este escenario, cabe lanzar la pregunta: ¿por qué nadie o muy pocos quieren ser camareros? La respuesta tiene, seguro múltiples variables, pero una de las de más peso se relaciona con las condiciones laborales del sector y con el hecho constatado de que en muchos negocios el cumplimiento del convenio laboral suena a chino.
"No todos cumplen con lo que está pactado; no se pagan horas extras ni los festivos. Muchos sitios son una auténtica selva. Ese es un problema importante que hace que la gente joven acabe optando por buscar trabajo en otros sectores, como la construcción o el comercio", explica Lola Villaba, secretaria general de Servicios de Comisiones Obreras.
Para Villalba, hay muchos que "quieren conciliar la vida familiar y laboral, tener los fines de semana libres y poder descansar los festivos y eso es algo que no encuentran en la hostelería". Pese a ello, para la responsable sindical, al menos sobre la letra, las condiciones que fija el convenio del sector son "bastante dignas". El mismo recoge el derecho a un descanso semanal de "dos días ininterrumpidos".
Según los números, un camarero puede percibir en torno a 1.500 o 1.600 euros al mes con las pagas extras incorporadas. Por ello, se muestra convencida de que la renuencia de muchos a aceptar trabajar o formarse como camarero variaría si hubiera una disposición de las empresas a introducir ciertas mejoras.
La realidad, en cualquier caso, es que sobre este campo de actividad, una de las más importantes de la provincia, con 12.600 negocios hosteleros y medio millar de hoteleros, existe una imagen ciertamente negativa en lo que a las condiciones laborales se refiere.
Aunque es evidente que no todos los empresarios se comportan del mismo modo, Villalba advierte de la existencia de negocios que hacen contratos de dos o cuatro horas cuando la jornada del trabajador se extiende a 12. "Eso lo encontramos todos los días", añade.
Sirva de ejemplo el testimonio de un antiguo empleado de la hostelería al que han ofrecido volver para trabajar en una conocida hamburguesería. "Me han llamado para ofrecerme la oportunidad de mi vida, supuestamente", explica esta persona, que guarda el anonimato. Según precisa, le ofrecen 1.000 euros por trabajar 48 horas a la semana.
Punto de vista de los empresarios
Las estimaciones que maneja el sector apuntan para verano será necesario aumentar con creces el personal, hasta alcanzar unos 100.000 empleos. ¿Cuántas faltan? Unas 15.000 y buena parte de ellas son de camarero.
"No es que nadie quiera trabajar como camarero, pero cuesta encontrar más personal para llegar al pico que la industria turística malagueña puede alcanzar", explica el presidente de la principal asociación de la hostelería en Málaga, Javier Frutos.
¿Por qué ocurre eso en una provincia con casi 146.000 parados? "Las razones son variadas y ahí reside la anomalía. El tema del turno partido sin duda influye; también los trabajos de fin de semana", argumenta Frutos, quien insiste en el reto es "hacer más atractivo el trabajo".
"Es responsabilidad de la hostelería venderse como un sector atractivo, en el que poder desarrollar una carrera profesional", defiende, recordando que la provincia tiene uno de los mejores convenios colectivos del país. El presidente de Mahos asegura que se cumple y apunta que las jornadas se controlan por ley.
Otro factor que pone sobre la mesa para explicar la dificultad de contratar tiene que ver con la formación o la falta de la misma "y el menor atractivo de la sala en beneficio de la cocina". "Ser chef está muy bien visto y considerado, y ser camarero no tanto", admite.
Lo que afecta a los bares y restaurantes también afecta a los hoteles. Desde la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Javier Hernández, insiste en que la búsqueda de personal para bar, cocina, pisos es "un problema generalizado". No sólo por la cantidad, sino por la calidad del mismo.
Para Hernández, en el proceso de formación ha sido clave la pandemia, que ha impedido afianzar los conocimientos online mediante su puesta en práctica en un restaurante, en la planificación de cocina o en la preparación de las habitaciones.
A esto añade la dificultad de contratar a personal de fuera de la provincia. "No puede venir porque el alquiler de una vivienda en la Costa del Sol se ha convertido en algo insostenible para personal base", subraya. Aehcos apunta que los mayores problemas se detectan en zonas como Nerja, Estepona, Marbella y la Axarquía, reduciéndose en la capital y el entorno de la misma.