Málaga

Tras prácticamente dos años herido por el impacto de la pandemia de la Covid, el sector hostelero de Málaga mira con optimismo la temporada alta de este 2022. Cerrada una Semana Santa toca por una cierta normalidad en el funcionamiento de bares y restaurantes, las previsiones de estos empresarios dibujan un verano "bastante bueno", en el que se puedan recuperar los picos de 100.000-105.000 empleos. Datos propios de la etapa previa al coronavirus.

Así lo ha explicado el presidente de la principal asociación de hosteleros, Mahos, Javier Frutos, en el marco del Ciclo de Cultura Alimentaria que La Carta Malacitana. En su intervención en este evento, que se viene celebrando desde hace 14 años de manera ininterrumpida, ha descrito el momento en el que se encuentra uno de los grandes motores de la economía malagueña y andaluza.

En el caso de Málaga, ha informado de que la cifra de trabajadores dados de alta es de 86.000, lo que supone una mejoría incluso respecto a las estadísticas de pre pandemia. "Empezamos la temporada alta con la necesidad de cubrir los picos de 100.000-105.000 personas", ha valorado.

Siendo un detalle positivo, Frutos ha puesto el acento en el "reto" que el sector tiene en la búsqueda de mano de obra cualificada. "Nos cuesta mucho encontrar trabajadores; uno de los objetivos de la hostelería es hacer atractiva la hostelería", ha destacado, admitiendo que las mayores dificultades se encuentran en el personal de sala.

Para desmitificar la idea de que la hostelería se vincula a empleos precarios, ha recordado que un camarero auxiliar "le cuesta a la empresa unos 2.100 euros; se lleva unos 1.400 euros". "Eso es algo que hay que trasladar", defiende, si bien admite el retraimiento que puede generar el que se trata de empleos con turnos partidos y que incluyen los fines de semanas.

Incluso, ha señalado el perjuicio que genera a los bares y restaurantes la apertura de hoteles en la ciudad en lo que a personal se refiere. "Nos vemos perjudicados porque desde el punto de vista de las condiciones que se ofrecen al personal somos menos atractivos; a eso hay que darle una vuelta", ha señalado.

En cuanto a las taras que siguen afectando a la hostelería, lo que va a impedir una recuperación plena hasta dentro de varios años, Frutos ha apuntado de manera directa al impacto de la inflación y de la guerra de Ucrania.

Pero también ha incidido en la devolución de los préstamos ICO solicitados por el 63% de los hosteleros y por el efecto de la reforma laboral. Con todo, confía en que 2022 sea el año de la recuperación, mientras que 2023 permitirá la consolidación. 

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