Con la llegada del verano, las cofradías de Málaga comienzan a celebrar sus cabildos de elecciones. Un proceso que tiene lugar cada cuatro años y que, en ocasiones, se ve magnificado por la externalización que se produce de los mismos.
Como si fueran hongos, comienzan a aparecer de la nada perfiles de las candidaturas que optan a presidir los designios de cada corporación: logos, eslóganes, fotografías y, en ocasiones, críticas que acaban afectado de manera directa a la imagen de la entidad.
¿Realmente tiene sentido este tipo de prácticas? José Luis Pérez Cerón, periodista y experto en protocolo cofrade, explica cómo la era digital ha permitido que estos proyectos adquieran una visibilidad mayor a través de las redes sociales.
El formato online se ha impuesto a las tradicionales comunicaciones con los hermanos, reducidas en el pasado al correo postal: “Es un sinsentido seguir haciendo esto último”, especialmente ahora que los programas electorales son “libros muy atractivos”.
Pese a la extensión que puedan alcanzar estos documentos, no siempre son determinantes. De hecho, subraya que pocas veces inclinan el sentido del voto: “Es tu línea de trabajo, y por tanto hay que tenerla, pero las elecciones en una hermandad se ganan de otra forma”.
En concreto, se refiere al contacto directo de tú a tú con los miembros de la corporación: “Pedir el voto puerta a puerta es mucho más importante, aunque también hay que valorar el mercadeo de cargos o el intercambio de favores. Nadie te va a votar por haberte visto en internet, sobre todo porque la mayoría de personas solo siguen a la candidatura que le gusta”, destaca.
Así, defiende que hacer campaña “como si fuéramos un partido político” no resulta lógico. La presencia de cuentas en Twitter y Facebook no siempre producen el efecto deseado: "Es contraproducente; llegas quemado”.
Pérez Cerón sostiene que hay formatos más interesantes para dirigirse a los hermanos, sin necesidad de externalizar una cuestión tan interna como puede ser la gestión de la cofradía: “Las reuniones con los congregantes son una buena idea. Encontrarte con ellos y explicarles tus ideas. Las cuentas en Twitter son una pérdida de tiempo, porque la gente solo sigue al que apoya”, insiste.
Críticas
Por su parte, Andrea Luque, profesional del marketing y las rrss, se muestra más tajante: “No debería haber perfiles de candidaturas porque quienes van a votar son los hermanos y ya existen vías internas para hacer llegar el mensaje”.
Apuesta decididamente porque sea cada cofradía la encargada de compartir los dosieres correspondientes de las candidaturas a través de la web: “No hay que involucrar al resto de cofrades”.
Asimismo, explica que recientemente se ha visto el caso de un equipo que “ha gestionado fatal el proceso, sacando los trapos sucios fuera de casa". Pero el problema no está solo en la actitud mostrada durante la campaña, sino que han “contestado a la gente que les criticaba”.
“Al final estás creando una bola. No hay necesidad de todo esto, porque puedes levantar rechazo. Lamentablemente, de quien se habla mal es de la cofradía, por lo que no estás ayudando”
Pérez Cerón añade que el hecho de opinar libremente está bien, pero a veces aparecen casos en los que se ataca directamente a la otra candidatura: “Lo único que consigues es generar controversia fuera y una mala imagen de tu hermandad, que siempre sale perdiendo”, explica.
Tal y como expone, aunque el perfil de la cuenta lleve el nombre de la candidatura, lo cierto es que la entidad sigue estando presente. Sobre este tema, defiende la necesidad de desvincular los usuarios de imágenes corporativas o de los propios titulares: “No deberían utilizarse; es de muy mal gusto”.
También critica que se utilicen logos y eslóganes, ya que acaban muriendo en la orilla: “Nacen por 15 o 20 días y luego no se mantienen el tiempo. Puedes plantear muy bien el programa, con una correcta campaña, generando ambiente de ilusión y participación, pero hay mucha gente desconectada de las redes. Además, el voto de los indecisos es muy pequeño”.
Medidas
La entrada en vigor de las nuevas normas diocesanas incluyó distintos cambios, especialmente en lo relativo a los procesos electorales. Así, se estipuló que los candidatos a hermano mayor tienen que haber realizado un curso formativo y se creó la figura de la comisión electoral, encargada del buen cumplimiento del proceso. Sin embargo, la regulación de las campañas en medios externos no ha sido un tema a tratar.
Pérez Cerón argumenta la importancia de poder transmitir por redes los proyectos de la hermandad, aunque con matices: “Debería ser a través de la propia hermandad, para mantener la neutralidad. El mando único podría recaer en manos de la comisión, para que si se produce algún abuso, vaya al Obispado y sancione, que es lo que tiene que hacer”.
Visión similar de la de Luque, quien incide en que Palacio se tendría que haber metido “para poner orden”: “Se está haciendo daño a la cofradía y por tanto a una entidad religiosa”.