Manuel, María José, Ada y Cloe jamás olvidarán un día como el de ayer. Su casa está situada en la urbanización Lauro Golf de Alhaurín el Grande, a muy poca distancia del corazón del incendio en la Sierra de Mijas declarado este viernes. La familia fue desalojada junto a un millar de personas del municipio malagueño tras iniciarse el fuego y extenderse rápidamente por la zona.
A 300 metros de la casa de Manuel Jiménez, profesor universitario, había viviendas en llamas. "El sonido del fuego en plena expansión sin control es aterrador y muy impactante. No sabría decirte a qué suena. Es como si algo estuviera soltándose de forma fulminante", relata el investigador del Ibima tras una noche casi sin dormir donde pudo instalarse en la casa de unos vecinos del pueblo.
Jiménez reconoce que lo más impresionante de tener un incendio tan cerca es "el sonido del fuego en plena efervescencia". "Sientes mucha impotencia. Si viene para acá no puedes hacer nada y te puedes quedar sin nada. Si no llega a cambiar el viento, el fuego se nos hubiera metido en casa en 20 o 30 minutos", señala. El incendio llegó a estar a 500 metros de su puerta.
El incendio en la Sierra de Mijas fue declarado el viernes a las 12:30. Manuel salió a tender ropa como hace habitualmente. "Nada más salir me encontré una gran columna de humo. La sensación era como si hubiera calima de nuevo. Al salir dije: "¿Otra vez calima?". Y levanté la mirada hacia la montaña y ya vi la columna de humo y el incendio que acababa de pasar a nuestra zona", cuenta.
Las llamas avanzaron a "una velocidad increíble, de 60 metros o 70 metros cada diez u ocho minutos", precisa. "En principio fue la zona de las cañadas de Jarapalo. Es la zona más explosiva. Se comió toda la montaña en cosa de 20 minutos. Me dije: "No lo va a parar nadie. Se va a comer toda la sierra". Los helicópteros tardaron en llegar 35 minutos y actuaron rápido", recuerda.
La Policía Local les dio a la familia unos 50 minutos para hacer la maleta y recoger las cosas más importantes. "Muchos vecinos aprovecharon para llevarse las cosas de valor. Nosotros cogimos los dispositivos electrónicos y un par de maletas. Mi mujer y mis hijas abandonaron primero la casa. Era lo más importante", señala. Manuel se quedó, cogió la manguera y empezó a refrescar toda la zona de alrededores mientras el fuego avanzaba hacia su urbanización.
Su vecino y él estaban bastante preocupados porque veíamos que el viento iba en su dirección. En ese momento el fuego estaba completamente descontrolado. "Mi suegra me llamó angustiada y me dijo que saliera de ahí. "Yo no me voy. Es mi casa. La voy a defender hasta el último segundo", le contesté. Cuando llegó la Guardia Civil nos echó", reconoce.
Una vez salió de casa, el viento cambió y empezó a subir hacia la loma, en dirección contraria. "Esa fue nuestra suerte. Empezó a quemarse pino de reforestación de la zona. Con las temperaturas altas producen mucha resina. De la resina del pino se extrae el aguarrás. Eso es una bomba. Las llamas alcanzaban 20 metros de altura. Quizá me quedo corto", hace memoria. De hecho, Manuel se encontró hojas de encina completamente carbonizadas y enteras. "Se ve que han sido levantadas por el fuego e incineradas en el aire", insiste.
El profesor universitario también ayudó a los vecinos a desalojar animales. "Hay muchas casas de extranjeros que vienen aquí a pasar una temporada. Había animales abandonados. Si nos los sacas están listos. Hemos hecho lo que hemos podido", reconoce mientras recuerda que sacaron unos caballos a pie junto a sus propietarios.
Por ahora hay tres focos activos: uno está en la zona de las cañadas de Jarapalo, que se ha extendido hacia Alhaurín de la Torre y se ha metido en los pinos de . Ese es el foco que están intentando controlar. Y el tercero está en la cañada de la Paloma, en la zona urbana del pueblo de Alhaurín el Grande. "Está controlado. Anoche sobre las 21:00 ya estábamos tranquilos y se veía que la situación estaba bajo control", celebra.
Antes de colgar, Manuel agradece la labor de los efectivos del Plan Infoca. "Si no es por ellos esto hubiera sido una catástrofe descomunal. Han actuado de forma rápida, precisa y muy profesional. Tenemos que estar orgullosos de nuestro sistema de prevención de incendios forestales. Funciona muy bien", destaca.
Para esta familia la noche ha sido muy larga y casi no han podido conciliar el sueño. María José, Ada y Cloe se quedaron en Fuengirola y Manuel en casa de unos amigos del pueblo. "La sierra de es nuestro patrimonio más querido por toda la gente del pueblo", afirma. Todos esperan que el incendio se controle lo antes posible y puedan regresar a su hogar.