La valentía, a veces, tiene premio. Ana Carmona Ruiz Nita, la primera futbolista de España en los misóginos y atrasados años 20, tendrá una calle en Málaga. La comisión encargada de estos asuntos en el Ayuntamiento decidía dedicar una vía a la intrépida pionera del deporte rey, nacida el 16 de mayo de 1908 en el malagueño barrio de Capuchinos, en su última reunión.
La Comisión de Calles del Consistorio gestiona desde entonces la petición junto a unas 200 más (aún en lista de espera desde el año pasado). El ente descarta la posibilidad de modificar el nombre de algunas de las vías para poner en su lugar la de la malagueña, apodada Veleta. Los interesados en verla hecha realidad deberán esperar a la construcción de nuevos barrios para ello.
El ente municipal decidió aprobar esta calle tras la respuesta aplastante de la gente a una petición de Change. Simona Frabotta, profesora en el centro de idiomas de la Fundación General de la Universidad de Málaga, lanzó la propuesta el año pasado en la reconocida plataforma online y alcanzó las 30.000 firmas en pocas semanas.
"Fue un personaje singular que, indiferente a las normas de género típicas de su época, demostrando una singular tenacidad, llegó a ser una pionera en un ámbito tan masculinizado como el fútbol", argumenta Frabotta en su petición donde defiende que "su historia forma parte de la historia no contada y describe la lucha histórica de las mujeres por ocupar los espacios públicos, por vivir vidas propias, poder desarrollar sus proyectos vitales y perseguir sus sueños".
Nuestras calles, continúa, "son nuestra memoria y, a través de la elección de los nombres de estas, en cierta medida decidimos a quien consagrar a la historia y quien al olvido". "Esta ausencia cultural tiene repercusión en quien se acerca a la historia local y piensa que las mujeres no han realizado nada que valga la pena recordar", sostiene.
Según la profesora, hay razones sobradas para que Málaga le dedique una calle o una plaza. "Si fuera posible en Capuchinos, el barrio donde nació y dónde hizo realidad su sueño de ser futbolista", se despide. Veleta se enamoró de la pelota cuando aún no levantaba un palmo del suelo. Su padre trabajaba de vez en cuando como estibador en el Puerto. Allí, en sus amplias explanadas, veía jugar al football a los ingleses.
Anita, apodada Veleta, cambiada de forma porque entraba como mujer al campo y salía al césped como futbolista. Mucha gente iba para ver al partido y otros para abroncarla. Incluso le tiraban piedras, la perseguían y le daban patadas cuando descubrían su identidad femenina. Finalmente, dejó de jugar con el Sporting de Málaga en casa, pero sí en otros pueblo y barrios donde no sabían mucho de ella.
A lo largo de la historia siempre hubo mujeres valientes capaces de romper con todo de la forma más radical posible: disfrazándose de varón para que su obra o profesión pudiera salir a flote. Ocurrió con médicas, botánicas, exploradoras y universitarias (como es el caso de Concepción Arenal, que tenía que ir vestida como un hombre para estudiar Derecho en la universidad). Y también con Nita. Ahora sólo queda que Málaga honre su memoria bautizando una nueva calle con su nombre.