La gestión del consumo y la emisión de residuos contaminantes son cuestiones primordiales para cualquier empresa. La ley de la eficacia y la eficiencia tiene una aplicación directa en las cuestiones medioambientales; el Metro de Málaga no es una excepción. La búsqueda de mecanismos que contribuyan a la sostenibilidad ha sido uno de los objetivos definidos por la empresa encargada de explotar esta infraestructura.
Prueba de ello es la reducción de casi el 22% del gasto de electricidad que la compañía ha experimentado desde 2014, fecha en la que comenzaron con la administración de las líneas 1 y 2 del ferrocarril metropolitano. El dato se encuentra recogido en la Memoria de sostenibilidad 19/21 presentada por la propia sociedad.
En el documento, en el que se definen las principales fuentes de procedencia de la energía, se explican cuáles han sido aquellas acciones acometidas a lo largo de estos daños para conseguir implementar un modo de trabajo ecofriendly. Esto ha permitido que el consumo energético haya disminuido un 17,4% en los últimos tres años y un 21,8% desde 2014.
Además, desde principios de 2018, la energía procede exclusivamente de fuentes renovables, con certificado de garantía de origen. Hay que recordar que los combustibles fósiles están muy limitados dentro de la organización, suponiendo menos de un 1% del total de la energía utilizada. ¿Cuál es el principal destino de estos carburantes? Por un lado se encuentran el gasoil y la gasolina, requeridos para poner en funcionamiento los vehículos de empresa. Por el otro, el gas propano, usado para la calefacción de la cabina de pintura en el taller de mantenimiento.
Para conseguir restar esta cantidad, desde Metro Málaga se ha llevado a cabo una "sustitución progresiva" de los vehículos con motor de combustión en favor de los vehículos eléctricos. En estos momentos, solo quedan dos automóviles en la flota que sigan requiriendo esta fuente de alimentación: un cambión bivial y una furgoneta de "gran capacidad de carga".
En cuanto al gasto de agua, su totalidad procede de la red municipal, aplicada principalmente para tareas de limpieza de las instalaciones, los trenes, en aseos y duchas. El sistema de "alta eficiencia" contribuye a un consumo responsable. Como ejemplo, señalan el túnel de lavado de trenes, que recicla hasta el 70% en cada lavado.
Los números
Desde 2019, el consumo de la electricidad ha descendido en más de dos millones de kWh. De los 12.886.172 alcanzados entonces a los 10.789.507 registrados en el último curso. Esa reducción también se ha producido en el gasto de propano, pasando de los 514 kilos a los 16 actuales, dentro de la misma horquilla temporal
Del mismo modo, el uso de gasolina ha pasado de 732 a 300 litros, quedando en menos de la mitad en tres años. No así con el gasoil, que ha aumentado en comparación al año pasado: 2.989 en 2021, 2.918 en 2020 y 4.098 en 2019.
Considerando el consumo total de energía como la suma de electricidad y combustibles fósiles, se ha pasado de 12.940.628 kWh en 2019 a 10.822.315 en 2021. Por su parte, en este periodo, la evolución en la cifra de viajeros tuvo su pico en 2019 (más de 6.800.000), quedándose casi en la mitad en 2020 para subir a los 4.6 millones el año pasado. El consumo de energía que cada viajero utiliza por viaje se ha situado en 2,34 kWh (3,00 en 2020 y 1,88 en 2019).
Lograr los objetivos
Para poder adaptar la gestión de la empresa a las condiciones medioambientales actuales, Metro Málaga ha dado una serie de pasos para poder cumplir con los objetivos previstos. Entre las acciones acometidas, destacan:
Energía verde. Por quinto año consecutivo, toda la energía eléctrica utilizada procede exclusivamente de fuentes renovables, garantizada a través de los correspondientes certificados de garantía de origen emitidos por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.
Eficiencia energética. Los trenes utilizados han sido especialmente diseñados para obtener una reducción en el consumo energético. Además de su fabricación con materiales ligeros, están equipados con sistemas de recuperación de energía en el frenado a través de frenos regenerativos, lo que permite ahorrar hasta un 20%, devolviendo a la red lo recuperado.
Instalación fotovoltaica. Se han instalado sobre la cubierta del taller de mantenimiento de material móvil. En total, 218 paneles solares con potencia máxima de 47 kW y una producción de alrededor de 80.000 kWh cada año. A corto plazo, está prevista la construcción de una nueva planta fotovoltaica en el recinto de talleres y cocheras, capaz de producir 700.000 kWh al año.
Instalación solar térmica. Con nueve paneles en una superficie total de casi 20 metros cuadrados, la producción media generada es de 1.875 litros de agua caliente sanitaria al día.
Emisiones
En cuanto a las emisiones de gases de efecto invernadero, se aprecia un incremento con respecto a lo registrado en 2019. Así, la evolución en los últimos tres años ha pasado de 52 toneladas de CO2 a 101 en 2020 y 91 en 2021.
En el informe, la empresa explica que el 87,4% estas emisiones procede de fugas puntuales de gases refrigerantes de frío y climatización: "Aunque disponemos y aplicamos rigurosamente un plan de mantenimiento conforme a la legislación, las fugas de gas en este tipo de instalaciones son difícilmente evitables", variando cada año y con un "gran peso" sobre el total.
Sin embargo, destacan que a finales de 2021 cosiguieron uno de fines marcados, tras convertirse en una organización neutra en carbono al compensar las emisiones inevitables propias.
Otro aspecto medioambiental que alegan es que la propia utilización del metro contribuye a la reducción del tráfico rodado, algo que mejora la calidad del aire en la ciudad y consigue que la movilidad sea más sostenible: "El uso del metro es la gran solución para descarbonizar las ciudades y reducir extraordinariamente las emisiones de CO2, uno de los principales gases causantes del efecto invernadero", apuntan.