Valentina solo tenía cuatro meses cuando su vida se acabó el 24 de septiembre de 2021 a las 00.10 horas, una fecha que sus padres no son capaces de sacar de su cabeza.
Según la familia, la bebé, de grandes ojos y sonrisa infinita, estaba teniendo un desarrollo correcto. Todo iba bien hasta el 17 de septiembre, cuando su estado de salud empezó a preocuparles. La pequeña comenzó a tener fiebre alta y Carmen y Juan Carlos, sus jóvenes padres, decidieron llevarla al día siguiente a las Urgencias del Hospital Quirón de Málaga viendo que no conseguían bajarle la temperatura. Era la primera visita médica de un total de ocho en menos de una semana antes de que la niña falleciera. Ese mismo día, el profesional que les atendió les comunicó que la pequeña tenía una infección respiratoria que debía de aminorar gracias al Apiretal cada ocho horas.
La segunda visita médica fue el 19 de septiembre, también en el Hospital Quirón de Málaga. Allí, los pediatras le hicieron a Valentina una prueba de orina, le sacaron sangre y le realizaron una placa de pecho donde le vieron una manchita en el pulmón y, en la analítica, observaron cómo la niña tenía la proteína reactiva C alta -un biomarcador cuyo valor alto es signo de inflamación aguda que puede deberse a una infección grave-. La familia volvió con la pequeña a casa tras un nuevo cambio de medicación, pero los médicos no prestaron atención a ese importante detalle.
La tercera parada en hospitales malagueños con Valentina fue la madrugada del martes 21 de septiembre. En esta ocasión, en primer lugar, acudieron a Quirón porque la niña tenía la fiebre casa vez más alta. Además, vomitaba y "estaba lacia". Tras una revisión de oídos, la niña fue mandada de vuelta a casa sin realizarle ningún tipo de prueba más.
Sin embargo, esa misma noche se trasladaron al Hospital Materno Infantil de Málaga en busca de un segundo diagnóstico. Allí tampoco le realizaron más pruebas pese a que la niña no paraba de vomitar y presentaba dificultades para respirar.
A primera hora de la mañana de aquel 21 de septiembre probaron suerte en el Centro de Salud de Puerto de la Torre. Allí, al ser un simple ambulatorio, y ante la falta de material y recursos, la pediatra de guardia deriva a Valentina al Materno y le da a sus padres un "P10 urgente" para acudir a hacerle unas pruebas que en el Materno Infantil no le hicieron.
Tras el caso omiso de las peticiones de esta pediatra de Puerto de la Torre por parte del Materno, los profesionales de este hospital público de Málaga les indicaron que simplemente debían seguir dándole el mismo tratamiento a la pequeña y que si le veían las costillas marcadas, los labios azules o problemas de respiración volviesen al hospital.
El día 22, Carmen y Juan Carlos volvieron a llevar a su niña al centro de salud de Puerto de la Torre. Allí sospechan por primera vez en todos los días pasados de que la pequeña Valentina pudiese tener neumonía en vista de su tos, mocos, fiebre, diarrea y vómitos incortables. El mismo profesional que les atendió en esta ocasión les llamó un día más tarde para preguntar por el estado de la pequeña, que ya estaba ingresada.
El jueves 23 de septiembre la niña entra a las once menos cuarto de la mañana a la UCI del Hospital Regional de Málaga. Con infección en la sangre y "con los ojos vueltos y totalmente lacia", en palabras de su madre, la pequeña entraba a la UCI en brazos de su abuela. Allí mismo murió a las 23.50 horas tras realizarle varias pruebas como una hemodiálisis y tener que ser entubada. Pese a todo, la pequeña trató de aferrarse la vida como podía, sufriendo tres paradas cardíacas.
Todo apuntaba a que la menor habría sufrido una septicemia, una infección en la sangre, a causa de un virus o bacteria no detectado tras tantas idas y venidas al hospital sin mejoría alguna.
Los padres de la pequeña Valentina pusieron el caso en manos de la justicia -denunciaron el mismo 24 de septiembre de 2021, cuando Valentina fallece-, por un presunto delito de homicidio imprudente o posible caso de negligencia médica con el objetivo de "evitar que ninguna madre pierda a su hijo" igual que la perdieron ellos. "El hecho de ser madre primeriza no nos quita la razón, no deben dejarnos de lado", añadía Carmen.
Vía judicial
Ahora mismo el caso se encuentra en el Juzgado de Instrucción número 13 de Málaga. El abogado de la pareja, Juan Manuel Medina, explicaba en abril a este periódico que se encontraban entonces "a la espera" de diligencias solicitadas por el Juzgado.
Así, añadía que "todo dependía de las pruebas toxicológicas y el informe, que podía tardar entre seis meses y un año", panorama similar al habitual. Cuando se ha cumplido un año del fatídico fallecimiento de Valentina, aún no ha llegado este informe toxicológico del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, pero sí lo que podría ser un adelanto "muy concluyente", en palabras de Medina; un informe complementario al definitivo.
En él, se revela que la pequeña tenía una neumonía por citomegalovirus en ambos pulmones que, en este caso, sería el primer eslabón de la cadena que provocó ese shock séptico que la llevó a la muerte.
Dicha afección es común y, según el abogado de la familia, difícil de detectar en pacientes no inmunodeprimidos como era Valentina, pero Medina ha reconocido a este periódico que si a la pequeña "se le llega a atender de la manera adecuada, ingresándola y no haciendo corta y pega de los diagnósticos de pediatras anteriores y mandándole a casa en ocho ocasiones" hubiesen captado a tiempo este virus que tiene un pronóstico "óptimo" en personas sanas.
De hecho, en el informe figura que "a pesar de ser una afección potencialmente mortal si el diagnóstico se realiza de manera oportuna, la neumonía por CMV puede curarse potencialmente con la terapia antiviral adecuada (ganciclovir)".
A nivel judicial, el juez que lleva el caso sigue esperando el informe completo del Instituto Nacional de Toxicología y todo sigue judicialmente 'parado', como el primer día. Cinco médicos han sido informados de que se encuentran en la órbita del procedimiento, pero no se les ha tomado declaración ni tienen la condición de investigados, precisamente porque dicho informe definitivo aún no está disponible para determinar si hubo, o no, negligencia o mala praxis. De igual forma, tampoco figura la versión de los centros hospitalarios en la investigación por este mismo motivo.
El tiempo y este informe completo arrojarán luz a este caso aclarando la causa de la muerte de Valentina y si pudo hacerse algo por salvar la vida de esta bebé de solo cuatro meses.