Faltan menos de 230 días para que se celebren las elecciones municipales de 2023. Ocho meses que, de algún modo, ya marcan la agenda interna de los partidos. Todos buscan la estrategia que les lleve a la victoria de unos comicios que, en función de la foto final, utilizarán de distinta manera en las elecciones generales.
El caso del PSOE resulta especialmente significativo. Los datos cosechados en 2019 ofrecen diferentes lecturas. Los socialistas consiguieron ponerse en cabeza en el ránking de concejales (483 frente a los 397 del PP). Sin embargo, descendieron a la segunda posición en el porcentaje directo de voto (31,4% en contraposición del 36,6% de los populares). Aun así, la clave no se encuentra siempre en las cifras, sino en lo que se puede hacer con ellas. Los del puño y la rosa, al frente de 51 municipios, gobiernan sobre 350.000 malagueños. Es decir, sobre el 21,2% de todos los ciudadanos de la provincia.
Pese a que los números no son opinables, sí que requieren cierto contexto: el hecho de que el Partido Popular mantenga la Casona del Parque ya les adjudica, de base, al 34% de todos los ciudadanos (la capital supera los 560.000 empadronados).
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Con este punto de partida, la estrategia que plantea el partido socialista pasa por organizar la campaña en base a una pirámide estratificada de prioridades, según explica el secretario general del partido, Daniel Pérez, en conversación con este periódico. El target principal no es otro que consolidar los territorios conseguidos en 2019.
Pretenden asegurar las plazas de Álora, Mijas, Cártama, Benalmádena o Vélez Málaga, donde ya están tocando poder. Precisamente, estas tres últimas son las únicas grandes ciudades (de más de 20.000 habitantes) que están bajo el mando de los socialistas. El mapa político inicial también incluía Torremolinos, pero la moción de censura encabezada por Margarita del Cid en diciembre del año pasado acabó prosperando, produciendo una variación en los colores.
Prioridad 2
Es aquí donde entra en juego el segundo piso de la jerarquía: los territorios de prioridad 2. Aquellos que, pese a estar en manos de otras formaciones, son "factibles de conseguir". El caso más paradigmático es el de la capital, donde la suma de PSOE con Unidas Podemos se quedó a un concejal de la mayoría absoluta. Las miradas, como es lógico, están puestas en la sexta ciudad de España que lleva en mano de los populares desde 1995.
No es la única. Los socialistas confían en dar la vuelta a algunos ayuntamientos clave en la provincia. Entre ellos, destacan Rincón de la Victoria (cuyo regidor es Francis Salado, actual presidente -del PP- en Diputación) o Torrox.
Además, se ponen como goal recuperar Torremolinos. "Hay muchas posibilidades de volver", afirman. Precisamente, fue en este municipio costasoleño donde Maribel Tocón se impuso a Antonio Ruiz (117 votos frente a 76). El único, junto con Nerja, en el que han tenido que celebrarse primarias, aunque aquí será necesaria una segunda vuelta tras producirse un empate entre candidatos.
Pérez habla de Ronda como "el municipio revelación". Francisco Cañestro será el candidato a alcalde. La historia personal del socialista desempeñará un papel clave durante la campaña. Fue detenido en el marco de una investigación por un presunto caso de corrupción urbanística cuando era teniente de alcalde. 11 años después, el fiscal anunció la retirada de todos los cargos constatándose su inocencia: "Tiene un gran relato personal".
Entre los objetivos más ambiciosos se encuentra Marbella (el más grande después de la capital). En 2019, el PP consiguió la mayoría absoluta tras obtener 14 concejales. (cuatro más que el PSOE). Sin embargo, no olvidan que fue uno de los consistorios conquistados en 2015, por lo que la esperanza de volver a él no se ha perdido.
El último factor a tener en cuenta es la presencia de partidos independientes en Coín o Alhaurín el Grande: "Son grupos que están en los márgenes de suma y pueden alterar las mayorías".
Estrategias a futuro
¿Qué pasa con los territorios de prioridad 3? Es aquí donde se tiene en cuenta la mirada a largo plazo. Aunque en el partido evitan pronunciarse sobre ellos, ganar en Estepona o Fuengirola es una misión que difícilmente desembarcará en buen puerto. José María García Urbano gobierna cómodamente con una absolutísima mayoría: de 25 concejales, 21 son del PP. Esta cifra no es tan amplia en el segundo de los casos, pero el equipo de Ana Mula está compuesto por 15 concejales, frente a los 6 del PSOE.
En ambos casos, la línea marcada presenta una dualidad. Por un lado, pensar a futuro para que el cambio se pueda producir en 8 a 12 años. Por otro, contar con el desgaste de los regidores correspondientes. Para ello, necesitan cuadros "potentes", con candidatos y concejales que contribuyan a la extensión del proyecto.