Entre el 1 de enero y el 1 de noviembre del presente año han muerto por disparos de arma de fuego 54 personas en Suecia, una cifra que la convierte en la más alta de toda la historia del país. La gran mayoría de estos homicidios se producen por los conflictos que el crimen organizado mantiene en el país nórdico. 96 personas fueron también heridas a tiros, toda esta violencia provoca que los propios líderes de las organizaciones criminales mantengan muchas medidas de autoprotección.
Una de ellas puede ser la de vivir en otro país, como decidió un importante narcotraficante buscado como objetivo prioritario por las autoridades suecas y que fue detenido el 26 de octubre en un domicilio de Torremolinos tras una nueva colaboración entre la Policía Nacional española y la sueca. Muchos de estos criminales ya no solo huyen de la justicia de su país, también lo hacen de sus enemigos porque saben que no les van a ofrecer una segunda oportunidad.
En Suecia tras 345 tiroteos confirmados hasta el 1 de noviembre no hay día que no se efectúen disparos entre miembros de pandillas, contra establecimientos a los que se pretende extorsionar o dirigidos a empresas que sirven para blanquear dinero del narcotráfico. En los enfrentamientos entre bandas no solo se disparan tiros, también se usan explosivos. En concreto 83 artefactos de diversa intensidad han sido detonados por grupos criminales en varias ciudades suecas como método de intimidación y 60 fueron desactivados por los técnicos de bombas de la policía. Por esta violencia que ellos mismos generan, los propios líderes de las pandillas más importantes de Estocolmo, Malmo y Goteborg están pasando temporadas en un lugar como la Costa del Sol. Que un narco sueco sea detectado en Torremolinos no es nuevo ya que desde finales de 2017 estas organizaciones están actuando aquí. La opinión pública conoció la existencia de estas mafias porque cometieron crímenes muy mediáticos como el del Maradona, cuando fue asesinado a quemarropa a la salida de la comunión de su hijo en San Pedro de Alcántara el 12 de mayo de 2018.
Ese crimen fue la muestra para las autoridades españolas que el sicariato sueco podía cometer cualquier tipo de crimen en nuestro país, a Diego Ávila “El Maradona” lo ejecutaron como a un gran capo del narcotráfico. Fue una señal para el crimen organizado internacional de que grupos de asesinos llegados de suburbios de Estocolmo o Malmo eran capaces de realizar acciones propias de veteranos criminales que trabajaban para Carteles colombianos o mafias serbias. Marbella es un punto para darse a conocer dentro de ese submundo, y estos pandilleros convertidos en criminales de referencia a nivel europeo lo hicieron. En la provincia de Málaga se han desarticulado al menos tres bandas de sicarios de pandillas suecas con bastante sangre en sus manos, hay sicarios detectados entre Barcelona y Málaga que están siendo juzgados por siete asesinatos en Estocolmo.
Las bombas en Helsingborg
En Suecia la actividad del crimen organizado es frenética entre pandilleros de los suburbios y las bandas de moteros como Bandidos, Hells Angels o Satudarah MC. Solo en la última semana ha explotado un potentísimo coche bomba en Helsingborg que fue oído a varios kilómetros de distancia y que no dejó a nadie herido, y han ocurrido tiroteos en Vasteras, Örebro, Göteborg, Töreboda, y Estocolmo. Centrándonos en la idílica ciudad de Helsingborg, situada en el sur de Suecia, desde septiembre han ocurrido 5 atentados con bomba y no son los únicos que han sucedido este año. En mayo una bomba reventó un céntrico restaurante de la ciudad, estos atentados en esa ciudad están dirigidos contra un mismo clan familiar. Se desconoce si las bombas son para intimidar a la familia para que paguen una extorsión, o para solicitar el pago de una deuda de droga.
En la capital del país la situación no es mejor porque en los últimos dos años es la ciudad con más tiroteos con diferencia, en Estocolmo operan 30 bandas dedicadas al narcotráfico y las autoridades suecas tienen identificados al menos a 673 miembros de los que una parte han tenido presencia en España. A una de estas organizaciones se le intervino este jueves armas automáticas y algunos explosivos en un vehículo detectado en Mariefred, un pueblo a 65 kilómetros de Estocolmo. Se evacuó una vivienda cercana al lugar donde se localizó el coche, y tuvo que intervenir el escuadrón de desactivación de explosivos. Estos agentes suecos están continuamente realizando salidas para intervenir en este tipo de situaciones. En Europa solo en Países Bajos y Bélgica sucede algo similar con tanta regularidad.
Dentro de este fenómeno, ya de por sí preocupante, las organizaciones criminales de Suecia están utilizando cada vez más a menores para cometer hechos delictivos. Un ejemplo de ello fue el asesinato a tiros de un niño de 16 años el pasado 25 de octubre en Sandviken. Por ahora la policía de Suecia tiene identificado a niños de 13 años plenamente integrados en organizaciones que usan frecuentemente armas automáticas y explosivos, por eso no es extraño que un chico de 25 años ya sea considerado un capo en Suecia. El detenido la semana pasada en Torremolinos tiene esa edad, y en otro tipo de mafias le sería imposible ser considerado de tal manera. Pero el país nórdico es el lugar de Europa donde más jóvenes mueren a tiros entre 18 a 30 años y dentro de las pandillas se asciende cada día más rápido porque estos muchachos solo tienen dos destinos: acabar en la cárcel o asesinado a tiros.