Mario Palamara tiene una historia detrás que tendría un gran éxito en la gran pantalla. Físicamente pasaría desapercibido para cualquier persona, precisamente por eso es un miembro clave para la mafia calabresa. Fue detenido en Fuengirola por agentes de la Policía Nacional mientras paseaba tranquilamente en bicicleta el 11 de octubre, pero la realidad que escondía ese ciclista era la de una fuga que se prolongó durante siete largos años. Palamara está condenado a 14 años y 4 meses de cárcel por narcotráfico y blanqueo de capitales por la Corte de Apelación de Venecia, y debido a esta causa estaba entre los cien fugitivos más buscados por las autoridades italianas.
También se le detuvo por unas pesquisas de la Dirección Distrital Antimafia de Florencia, ya que hay miembros de la Ndrangheta investigados en otra operación que está involucrado. Mario Palamara es el pequeño de una de familia de 4 hermanos con vínculos con el narcotráfico internacional desde 1980. Nació en 1969 en Melito Porto Salvo, es el municipio situado más al sur de Italia sin contar a Sicilia y pertenece a la provincia de Reggio Calabria que es la cuna de los principales clanes de la Mafia Calabresa.
En Melito Porto Salvo viven unas 11.000 personas que comparten espacio con los clanes ndranghetistas de los Iamonte, Zavettieri, Maesano, Pangallo, y Favasuli. Todos ellas son organizaciones criminales familiares involucradas en el narcotráfico, la corrupción institucional y están especializados en la extorsión sistemática. Los cientos de clanes mafiosos que forman la Ndrangheta la convierten en la organización criminal más importante de Europa, y aunque Palamara no es miembro de ningún clan es imprescindible para las potentes familias mafiosas de Gallace, Mulè, Pesce-Bellocco, y los Morabito para quienes trabajaba habitualmente.
Para medir la fuerza de la Ndrangheta hay que buscar un símil con España, la fuerza de esta mafia es tan sorprendente como si en Almayate se radicara una organización criminal capaz de conseguir una licitación pública para realizar parte del trazado del AVE o de conseguir ingresar más de 1.000 millones de euros tras un gran alijo de cocaína. Algo que desde nuestro país se percibe como algo surrealista, es la realidad de Calabria y su principal yugo. El conjunto de todos estos clanes mafiosos calabreses que se reparten sobre todo por Italia, Canadá, Alemania, y Australia ingresan anualmente según las estimaciones de las autoridades italianas más de 40.000 millones de euros.
Es la mafia con la presencia internacional más repartida del planeta, tienen contactos hasta en la ciudad de Peshawar (Pakistán). Es un lugar inhóspito para cualquier grupo criminal, pero para los clanes calabreses no hay sitio inalcanzable. El miedo que estos clanes de la Ndrangheta pueden influir en pequeñas localidades ofrece ejemplos como el de Lona Lases. Es un pueblo de 1.000 habitantes situado muy lejos de Calabria porque se encuentra en el Trento, pero aún así los clanes mafiosos se han instalado. En Lona Lases nadie se quiere presentar para convertirse en alcalde, y a consecuencia de ello hace 2 semanas se suspendieron por tercera ocasión las elecciones ya que la Ndrangheta tiene intereses en la zona.
El agente infiltrado
Mario Palamara como tantos calabreses emigró al norte de Italia. Concretamente a la Toscana, y se dedicó a establecer nexos entre el puerto de Livorno, las organizaciones criminales de Sudámerica y con clanes de la Ndrangheta. Cayó en 2015 gracias a Francesco Giraldi, era el nombre ficticio del agente encubierto 8067 de la Guardia di Finanza de Venezia. Para el grupo de narcos que colaboraba con Palamara el agente era un empresario veneziano interesado en importar cocaína desde países sudamericanos. A 8067 lo presentaron a la banda de narcos de Palamara en 2014 como un experto en el narcotráfico internacional.
Estas personas eran Antonio Vadala, Leo Zappia y Vittorio Attilio Violi. Vadala nació como Palamara en Melito Porto Salvo, es un importante narco que fue investigado y luego absuelto por el asesinato del periodista eslovaco Jan Kuciak. Zappia es el sobrino del capo Giuseppe Morabito alías u tiradrittu, y Violi es un miembro consagrado del clan Morabito de la Ndangheta. Ostenta el cargo de Santista porque ya pertenece a la Societá Maggiore, la Ndrangheta se gestiona como una pirámide jerárquica y para ocupar ese cargo debes tener una experiencia criminal extensa. Violi cuenta con antecedentes por tentativa de asesinato, extorsión, tenencia de armas y asociación de tipo mafioso.
Gracias a sus contactos con el clan del Golfo colombiano, Mario Palamara estableció una ruta entre Colombia y el puerto de Livorno, esta no era la primera conexión para importar cocaína que había realizado. Lo hizo antes con los puertos de Rotterdam y Amberes, y en 2013 ya tenía buenas referencias en el narcotráfico internacional. La labor de Palamara como bróker de cocaína es la de asegurarse que las rutas de envío que establece sean seguras, por eso descartó una que le ofrecieron desde el puerto de Guayaquil (Ecuador). Estas conexiones necesitan de colaboradores, y un importante socio de él era Rocco Morabito. Es de los pocos capos de la Ndrangheta que vivían fuera de Calabria y durante más de 20 años estuvo fugitivo en Uruguay.
Las reuniones
El grupo de narcos de Palamara inició reuniones en Venecia desde 2014 para decidir la forma de introducir un envío de 243 kilos de cocaína por Venecia en un cargamento de yucas. Esas reuniones que se formalizaron en 2015 se convocaban entre Venecia y Milán, y a ellas acudía el agente infiltrado Francesco Giraldi que grababa absolutamente todas las conversaciones y que realizaba informes exhaustivos. En uno de sus escritos alertaba de que el grupo de narcos comenzaba a dudar de él por una serie de incautaciones que se habían realizado. Y estaba en lo cierto porque en unas conversaciones intervenidas Mario Palamara indicaba a sus socios que no se fiaba del agente 8067 porque era el único del grupo que no era calabrés. Ese miedo de Palamara se produjo porque se había incautado en noviembre de 2015 unos 30 kilos de cocaína en Milán en un vehículo y otros 30 kilos de polvo blanco en Venecia que formaban parte del alijo de 243 kilos que habían importado ellos mismos semanas antes.
Así que Palamara decidió poner a prueba al agente encubierto decidiendo que trasladara 30 kilos de cocaína restantes que el grupo de narcos calabreses guardaba aún en unos almacenes en Venecia. Los investigadores aprobaron dar luz verde a ese traslado que tenían como destino Milán, y que lo haría en un vehículo Francesco Giraldi. Guardia di Finanza y Carabineri organizaron una entrega controlada que se saldó con éxito, y el agente 8067 volvió a ganarse la confianza de Palamara y compañía. La vida de este agente corrió un serio peligro durante al menos dos semanas, y la operación también estuvo a punto de fracasar pero al final la Guardia di Finanza consiguió sus objetivos.
Pero tras 18 meses de infiltración se acercaba el momento de lanzar la operación contra este grupo de narcos con importantes vínculos con la Ndrangheta. Ese día llegó el 3 de diciembre de 2015, cuando cientos de agentes de Guardia di Finanza detuvieron a la mayoría de miembros de la banda menos a Palamara, que comenzó unos días antes su huida. En los arrestos también se incluyó al agente infiltrado Francesco Giraldi, y la incautación de los más de 200 kilos de cocaína que el clan del Golfo de Colombia había enviado a Venecia. Giraldi vive ahora con su verdadera identidad, y consiguió una de las infiltraciones con más éxito en la Ndrangheta.
En la Costa del Sol
Mario Palamara fue ubicado después de 7 años de fuga en la Costa del Sol, como otros narcos y mafiosos italianos pero él no lo solo estaba aquí para mantenerse alejado de las autoridades italianas. Palamara con sus contactos con el clan del Golfo colombiano y otros Carteles ha seguido su actividad en el narcotráfico y el vivir tan cerca de Marbella facilita todos estos nexos. La Ndrangheta es la mafia que mejor cobertura ofrece a sus fugitivos, y si se encuentra un miembro importante para ellos en un entorno como la Costa del Sol es porque les interesa que un individuo como Palamara esté presente. Cuando un activo cercano de la mafia calabresa está siendo buscado por las autoridades la propia organización criminal se encarga que su actividad delictiva no cese. Málaga es la única provincia española en la que están presentes clanes de todas las mafias italianas, y noticias como esta detención seguirán durante mucho tiempo porque es un punto clave tanto para sus inversiones en negocios legales como en el narcotráfico.