Los comensales del restaurante del Club 2000, situado en la playa de las Cañas de Marbella, no olvidarán jamás lo que vivieron este pasado domingo. Uno de ellos se percató de la presencia de un cuerpo a cierta distancia de la orilla. Cuando llamaron a los servicios de emergencia alertando de lo que acababan de observar pensaban que era una persona ahogada. La realidad era aún más cruel cuando el cuerpo fue arrastrado por la marea hasta el rebalaje de la playa. En un vídeo grabado en esos instantes los testigos dudaban incluso de si lo que estaban viendo era el cuerpo de una persona.
El cadáver se encontraba completamente mutilado, sin cabeza, sin manos y con un corte profundo en el abdomen que le hizo que casi estuviera destripado. La víctima de este asesinato es una mujer joven que no está identificada, algo bastante complicado y que resultará clave para resolver las pesquisas. No hay huellas dactilares, rostro ni tampoco dientes, porque quien haya cometido este macabro asesinato no pensaba poner fácil su identificación y lo ha realizado a conciencia. En una investigación tan inicial como es la de este suceso, no se descarta ninguna posibilidad. Todas las hipótesis están abiertas e incluso se baraja la posibilidad de que haya sido un caso de violencia de género.
Se deberá efectuar un estudio de ADN y, si hay suerte y consta en alguna base de datos policial mundial, se podrá identificar rápido a esta joven. Si no, el proceso se alargará algo más. La Interpol creó en 2021 un banco de datos que puede ayudar a resolver un suceso como el ocurrido en Marbella, todo ello apoyado por la colaboración de los 195 países que forman esta organización. Su nombre es I-Familia, se fundamenta en los datos de ADN que proporcionan los familiares de personas desaparecidas, que al año pueden ser unas 12.000 en todo el mundo. Es un proyecto novedoso que permite identificar con el cotejo de perfiles genéticos entre familiares a desaparecidos que pueden llevar décadas en paradero desconocido. Para poder entrelazar todas estas referencias se usa un sistema de software forense llamado Bonaparte creado por la empresa Smart Research y que en España se ha utilizado por ejemplo para identificar a víctimas del franquismo.
Bonaparte aprovecha los algoritmos estadísticos avanzados para calcular la probabilidad de coincidencia genéticas de dos cuerpos, cimentado en un manual de interpretación creado por la Interpol para que sea un reconocimiento eficaz. Este sistema logró que en 2020 se identificara un cadáver encontrado en 2004 en el Mar Adriático. Ese cuerpo resultó ser el de un hombre italiano que fue reconocido gracias a que sus hijos añadieron su ADN a la base de datos que creó Interpol. El cuerpo encontrado en Marbella a simple vista no tiene tatuajes, ni grandes detalles en la piel que destaquen. Por eso será clave esa comparación de ADNs.
La Guardia Civil se está encargando de resolver este difícil homicidio ya que el cadáver se encontró en el mar y tiene las competencias sobre los delitos en él. La única certeza que hay por ahora es que la occisa no llevaba más de 48 horas arrojada al mar.
Este último crimen de Marbella tiene grandes similitudes con otro hecho sombrío sucedido el año pasado también en la provincia de Málaga. El cadáver de un hombre fue hallado en la maleza cerca de la A-92 a la altura de Villanueva del Trabuco, a esta persona le habían cortado también la cabeza, las manos y le seccionaron los genitales. A día de hoy no se ha detenido a ninguna persona ni se ha identificado ese cuerpo. Al hombre lo asesinaron en un lugar ignorado y luego lo trasladaron hasta arrojarlo en un cruce de la A-7202 junto a la A-92. Las mafias internacionales se cuidan mucho de cometer asesinatos tan tétricos porque captan demasiada atención mediática, y si se realiza un hecho tan brutal es con el único objetivo de lanzar un mensaje a sus enemigos.