La relación de la ciudad con su patrimonio histórico ha ofrecido, a lo largo de los años, imágenes tan incomprensibles como el derrumbamiento de la casa de Porfirio Smerdou, el Schlinder malagueño. Afortunadamente, no todo es así; también existen ejemplos en los que la rehabilitación y conservación de los inmuebles es una realidad. Es el caso del convento de San Andrés, la antigua cárcel en la que el general Torrijos pasó su última noche antes de ser fusilado, y que ahora ha sido inaugurada como espacio cultural. 

El centro, situado en el corazón del Perchel, fue erigido por los Carmelitas descalzos de la capital en el siglo XVI sobre una ermita ya existente y consagrada a este santo, conocido por haber sido ejecutado en una cruz con forma de aspas.

Durante las centurias venideras, el inmueble sufrió distintas reformas y ampliaciones, hasta llegar al turbulento siglo XIX. La orden religiosa no pudo esquivar las consecuencias de la Desamortización de Mendizábal, especialmente dañina en los casos de Mijas, Antequera, Ronda y El Burgo.

[El renacer del convento malagueño del siglo XVI donde Torrijos durmió antes de ser fusilado]

En Málaga, los perjuicios más directos llegaron un año después de la promulgación de la ley. En 1836, los bienes fueron requisados y los miembros de la orden del Carmelo acabaron siendo expulsados.

Sin embargo, este convento ha pasado a la historia por algo que ocurrió unos años antes. Concretamente en 1831. Las paredes que todavía lo mantienen en pie fueron las que cobijaron del frío a José María Torrijos la noche antes de ser fusilado. El militar liberal había sido condenado a muerte, junto a otras 50 personas, por encabezar el pronunciamiento contra Fernando VII y su poder absoluto.

En aquella prisión, Torrijos escribió sus últimas cartas, cuyo mensaje ha llegado hasta nuestros días convertidas en un ejemplo de valentía y defensa de los principios morales: "Amadísima Luisa mía: voy a morir, pero voy a morir como mueren los valientes", comenzaba la misiva. 

[La visita 'fugaz' del cuadro 'Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas' a Málaga en 1931]

Algunas otras frases recogidas en esas últimas horas de insomnio han quedado guardadas para la posteridad: "De la vida a la muerte hay un solo paso y ese voy a darlo sereno en el cuerpo y en el espíritu". En el encabezado se puede leer Málaga. Convento de Nuestra Señora del Carmen, el 11 de diciembre de 1831 y último de mi existencia

De la oscuridad a la luz

A través de los siglos ha sufrido diversos daños, consecuencia de los cambios de uso de cada época, lo que ha ocultado pinturas murales figurativas, como un escudo Carmelo, motivos florales o un aljibe en perfecto estado sin datar. El complejo histórico ha llegado a ser usado, incluso, como taller de coches, dejando tras de sí un evidente deterioro en el patrimonio histórico.

Tras conseguir evitar la demolición del edificio, se propuso y acometió su reacondicionamiento para conservar, de esta forma, uno de los recintos carmelitas más importantes del país.

El antiguo Convento de San Andrés se convertirá, una vez dotado de mobiliario, en el espacio de la nueva biblioteca pública municipal Jorge Guillén, de la Asociación de Torrijos y de la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen. Ambas entidades participaron este lunes en el acto simbólico de la entrega de llaves. 

De este modo, en el conjunto de las instalaciones rehabilitadas, que suman un total de 3.117 m2 divididos en planta baja más 2, se instalará en 709,92 m2 la Biblioteca Jorge Guillén; la Asociación Torrijos en 418,13 m2, la Fundación Carnaval de Málaga, instalada ya en la primera fase, en 403,90 m2 y la Cofradía del Carmen en un total de 602,64 m2. El edificio también cuenta con un salón de actos de 252,55 m2 con capacidad para 100 personas y espacios polivalentes para uso ciudadano.

Inversión

La inversión total de las dos etapas de estas obras de rehabilitación y restauración patrimonial ha ascendido a 5,6 millones euros, de los que el Ayuntamiento ha financiado 3,2 millones y el Estado 2,4, con cargo al 1,5% cultural a través del Ministerio de Fomento en 2015 y el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana en 2019.

Todas las intervenciones realizadas han tenido un profundo carácter conservador, diferenciando claramente los elementos añadidos para dotar de accesibilidad y seguridad a las instalaciones de las estructuras históricas rehabilitadas. Todas las intervenciones se realizan cumpliendo estrictamente lo reflejado en el Título II de la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, ya que los propios restos existentes aportan precisa información sobre su configuración arquitectónica, formal y constructiva.

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