La última edición del CIS andaluz, publicada el 30 de enero, dejó constancia de un factor clave: el acceso a la vivienda es uno de los principales problemas que los malagueños destacan en la ciudad, según el 7,8% de los encuestados. La cifra, aunque lejos de la primera posición del ranking (la limpieza, con un 30%), evidencia la preocupación que los habitantes de la capital y provincia muestran por esta materia.
La dificultad para poder acceder al mercado inmobiliario resulta especialmente reseñable entre la población joven (16-29 años). ¿El motivo? Se trata del grupo de la sociedad con los salarios más bajos. Según datos recogidos por el Observatorio de Emancipación (OdE), la media se sitúa en los 12.640 euros anuales; 190 menos que en diciembre de 2021.
Esta cuantía imposibilita que se cumpla la “regla del 30%”. Es decir, destinar un tercio de los ingresos al alquiler o la compra para mantener un cierto equilibrio entre lo que se percibe y lo que se gasta, tal y como recomiendan los expertos. El desigual ritmo de crecimiento entre el coste y los salarios hace que esta proporción sea imposible.
Esta realidad no mejora si se analiza en clave local: Málaga es una de las seis provincias españolas en las que los jóvenes asalariados tienen que destinar un porcentaje más alto de su nómina a la compra, tal y como refleja el informe del OdE. Junto a Vizcaya, Guipúzcoa, Barcelona, Baleares y Madrid, la Costa del Sol se integra en ese núcleo de territorios en los que hace falta invertir más de un 70% para adquirir una vivienda en propiedad.
Joven y en alquiler
El acceso a la vivienda por parte de las personas jóvenes se produce, mayoritariamente, a través del alquiler: 630.000 ciudadanos optan por esta modalidad (el 57,50 %). Con la última subida semestral, a este grupo se les encareció el alquiler en un 4,16% en el último año hasta suponer el 85,10 % de su salario neto.
El primer semestre de 2022 empezó con un incremento generalizado de los precios de la vivienda en el mercado libre. Los alquileres aumentaron un 4,67 % en un año y los precios de compraventa un 5,55 %, el mayor incremento anual desde 2007.
“Este contexto netamente expansivo de los precios en el sector inmobiliario mantuvo las opciones de acceder al mercado de la vivienda fuera del alcance de la mayoría de las personas jóvenes en España”, subraya el informe.
Alquilar una vivienda libre suponía prácticamente el mismo esfuerzo económico que en el año anterior (85,1 % del salario neto) y la compra, mediante un préstamo hipotecario, el 55,2 % del salario individual (el 53,3 % en 2021), sin tener en cuenta que, antes de poder formalizar una hipoteca, una persona joven debería haber ahorrado una cantidad equivalente a 49.609,95 euros o lo que es lo mismo, 3,9 veces el salario anual neto según su franja de edad.
De hecho, los dos principales escollos que impedían a la población joven adquirir una vivienda libre eran, por un lado, el importe necesario para la entrada y, por otro lado, acreditar la estabilidad y solvencia de su fuente de ingresos. Una manera de visualizar la inviabilidad económica de estas cifras es que, con el 30% de su salario, el límite máximo de los ingresos mensuales que se deberían destinar al pago de las cuotas hipotecarias según la recomendación del Banco de España, una persona joven solo podría alquilar una vivienda de 28,2 metros cuadrados o comprar una vivienda de 54,4 metros cuadrados.
El caso de Málaga
A finales de enero, EL ESPAÑOL de Málaga analizó el precio de las 10 viviendas más baratas de cada distrito de la capital para poder plantear las posibilidades que ofrece la ciudad para fijar una residencia. Los precios recogidos en Idealista reflejaron una idea clara al respecto: tan solo había cuatro pisos cuyo coste mensual fuera compatible con la regla del 33%.
La tasa de esfuerzo de compra subió, en comparación con la de alquiler, en 35 ciudades durante el último trimestre de 2022. Málaga fue una de las capitales que sufrió un mayor auge, con 5,5 puntos más según el último informe de Idealista publicado a principios de año. En el caso del alquiler, el incremento fue de 6,6 puntos.
Metodología: esta edición del Observatorio de Emancipación no recogió los potenciales efectos del Bono Alquiler Joven, pues si bien la propuesta fue incluida en los Presupuestos Generales del Estado para 2022, la medida no empezó a aplicarse hasta la segunda mitad del año. Sin embargo, desde el Consejo de la Juventud de España han realizado una aproximación sobre la eficacia de la ayuda: esta ayuda está destinada para jóvenes de 18 a 35 años que vivan en régimen de alquiler, lo que supone aproximadamente un millón y medio de potenciales beneficiarios. Esto significa que, según las previsiones del gobierno (65.000 personas), la ayuda llegaría tan solo al 4 % de las personas emancipadas en régimen de alquiler. Pero, más importante aún, llegaría solo al 1 % de la población joven que aún no se ha emancipado y a quiénes hay que ayudar.