Cualquier malagueño ha pasado decenas de veces, a pie o en coche, por el túnel de la Alcazaba. Es un paso directo que comunica la plaza de la Merced con el parque y la zona este de la capital malagueña y que supone un importante ahorro de tiempo. Parece que lleva toda la vida ahí, pero realmente se inauguró en 1999. Ahora se va a remodelar para quitar un carril, dejar aceras más anchas e insonorizarlo porque es realmente molesto para el oído.
La primera vez que se intentó hacer ese túnel, un auténtico obrón teniendo en cuenta que tiene encima La Alcazaba, fue hace más de un siglo. El ingeniero Joaquín Almellones le presentó un proyecto al Ayuntamiento de Málaga en 1905 en el que hablaba de construir un túnel de 125 metros y una inversión de 140.113 pesetas.
Pero no fue hasta casi una década después, en 1913, cuando el concejal Joaquín Cabo presentó una moción en el pleno del Consistorio malagueño pidiendo que se llevara a cabo el túnel. La moción fue aprobada y, directamente, se guardó en un cajón como se sigue haciendo en la actualidad con muchas de las mociones que se aprueban en el Pleno municipal. Malas costumbres que se mantienen un siglo después.
A finales del siglo pasado fue cuando se tomó en serio hacer el túnel bajo la Alcazaba. Para ello se expropiaron y demolieron 59 fincas urbanas tanto en la calle Alcazabilla como en el parque y se hicieron ocho sondeos arqueológicos.
El proyecto, el segundo de la historia, incluía un túnel de 16 metros de ancho (lo mismo que calle Larios) y una longitud de 182,7 metros. En total, si se mide desde la calle Alcazabilla hasta la intersección de los ejes de la calle Guillén Sotelo y de la avenida Cervantes, hay 404 metros.
Se hicieron dos carriles por sentido de tres metros de anchura y dos aceras de 1,75 metros. Un hecho trascendente es que, además del túnel en sí, se proyectaba la creación de un aparcamiento subterráneo, el parking de Alcazaba, con capacidad para 550 vehículos y que hoy en día es uno de los más demandados de la capital por su céntrica ubicación.
El túnel, un proyecto como vemos histórico, fue inaugurado en 1999 por la entonces alcaldesa Celia Villalobos, aunque en la fotografía del corte de cinta también vemos a Francisco de la Torre, que entonces era concejal de Urbanismo y que pasó a ser alcalde en mayo de 2000; al entonces presidente de la Diputación Luis Vázquez Alfarache; al ex concejal Antonio Garrido; o al actual presidente de la Autoridad Portuaria de Málaga Carlos Rubio, que en 1999 era subdelegado del Gobierno en Málaga.
Después de 24 años se va a proceder a una remodelación. El Ayuntamiento de Málaga acaba de licitar las obras por un importe de 2,8 millones de euros y un plazo de ejecución previsto de 8 meses. Las aceras laterales pasarán a tener 2,6 metros -dando más holgura porque las actuales son muy estrechas-, se van a poner pantallas acristaladas para reducir el impacto auditivo del tráfico rodado y que haya una separación con la acera, y se reduce de cuatro a tres carriles. El pavimento será el mismo de la plaza de la Merced para que esté todo integrado.
A Joaquín Almellones no le hicieron caso. Pero si hoy levantara la cabeza vería que su proyecto sí se hizo realidad a finales del siglo en el que lo presentó y que va a tener una nueva versión en el siglo XXI. Quien sabe si será la última o si habrá que hacer más cambios en las próximas décadas.