Los problemas, como tantas otras cosas, van por barrios. En las zonas donde viven las rentas más bajas en Málaga capital, los conflictos por ruidos, suciedad o delincuencia son considerablemente mayores que en los entornos donde habitan personas con mayores ingresos. Sin embargo, en esos barrios ricos perciben más molestias relacionadas con las zonas turísticas o los locales de hostelería... aunque aún muy lejos de los grandes problemas acuciantes de los pobres.
Son algunas de las conclusiones a las que llega la Encuesta de Características Esenciales de la Población y las Viviendas, recientemente publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Sus datos permiten lograr una visión panorámica de cuáles son las principales preocupaciones de los malagueños respectos a las zonas que habitan.
El resultado es que, cuanto menor es el nivel de ingresos mensuales en el hogar, mayores son los problemas que los encuestados encuentran en su entorno: en las viviendas que perciben menos de 1.000 euros, casi la mitad nota ruidos exteriores (46%), poca limpieza en las calles (44%) o pocas zonas verdes (41%).
La delincuencia, que se sitúa como la cuarta preocupación para las rentas más bajas (35%), es claramente la que más varía según el nivel de ingresos. Tan solo el 16% de los hogares que ingresan más de 3.000 euros notan que esa criminalidad sea un problema en su zona.
También se nota el descenso de las problemáticas en el caso de los ruidos exteriores, hasta un 10% menos para las rentas más altas; la suciedad en las calles —un 17% menos, aunque con un repunte en el tramo de entre 2.000 y 3.000 euros por hogar—; y la falta de zonas verdes, que es conflictivo para un 7% menos en las zonas con más ingresos.
Por el contrario, tan solo hay una problemática que claramente aumente en Málaga capital en los barrios ricos respecto a los pobres: las molestias relacionadas con las actividades turísticas o los locales de hostelería. Apenas afecta a un 10% de las viviendas con menos ingresos, dato que sube a un 22% en las zonas de los hogares con rentas más altas.
Por su parte, los problemas de contaminación o malos olores se mantienen estables independientemente de la renta en torno al 20%, uno de cada cinco encuestados; mientras que las malas comunicaciones fluctúan entre el 5 y el 10%, pero sin una relación clara con el nivel de ingresos.
Los barrios ricos y los barrios pobres se diferencian más por la suciedad y por la turistificación en Málaga capital que en el resto de la provincia.
Si se toman los datos a nivel provincial, todos los porcentajes bajan y se muestran más equilibrados independientemente del nivel de ingresos. La mayor variación se produce entre el 35% de los hogares de entre 1.000 y 1.500 euros que perciben problemas de ruidos en su zona y el 25% que los notan en las viviendas con ingresos de más de 3.000 euros; y entre el 20% de las rentas más bajas que encuentran delincuencia frente al 9% de las más altas.
Curiosamente, tanto la falta de limpieza en las calles como las molestias derivadas de la turismo o la hostelería están mucho más retribuidas por los distintos niveles de renta a nivel provincial que a nivel municipal. Es decir, los barrios ricos y los barrios pobres se diferencian más por la suciedad y por la turistificación en Málaga capital que en el resto de la provincia.