La segunda gran transformación del puerto de Málaga avanza con el objetivo de encajar todas sus piezas en el transcurso del próximo lustro. La envergadura de la operación, dotada de un componente de colaboración público-privada sin parangón en la urbe, así como de una vertiente de apertura definitiva del recinto portuario a la ciudad, queda confirmada en los casi 500 millones de euros de inversión que lleva aparejada.
Este es el montante económico que, tras una evidente revisión motivada por el alza de los costes de construcción, va a requerir la ejecución de sus retos inmediatos, que van desde la ejecución de la polémica Torre del dique de Levante, pasando por una marina deportiva para medio millar de atraques (ambas impulsadas por un grupo inversor catarí), pasando a la ampliación de la superficie de uso empresarial con el nuevo muelle 8 hasta llegar al largamente reclamado complejo de oficinas de Muelle Heredia.
El presidente de la Autoridad Portuaria, Carlos Rubio, ha aprovechado este lunes un encuentro organizado por la asociación Civisur, en el que ha estado presente también el Puerto de Sevilla, para apuntar el estado de cada uno de estos proyectos, iconos del ambicioso propósito por completar el plan especial diseñado hace ahora casi 25 años para ordenar suelo portuario.
De acuerdo con sus explicaciones, el conjunto de actuaciones pueden dividirse entre aquellas que tienen en los fondos públicos su sustento, enmarcadas dentro del plan de inversión 2023-2027, tasadas en unos 135 millones de euros. Este volumen crece sustancialmente respecto a los 75 millones en los que se planteó hace apenas unos meses.
Atendiendo a los datos oficiales del Puerto, el muelle 8 y la prolongación del 9, esencial para garantizar la competitividad del recinto desde el punto de vista empresarial en los próximos años, es el elemento principal, con unos 45 millones de euros. El valor crece exponencialmente respecto a los 20 millones en los que inicialmente se presupuestó. Su materialización, que se cree podría acometerse a lo largo del año que viene, permitirá ganar unos 60.000 metros cuadrados de zona logística.
Otro de los compromisos de mayor calado es el de la construcción de la nueva sede de la Agencia Tributaria más allá de la Puerta de Colón, con un valor de 8,5 millones de euros. Igualmente pesada es la losa que va a suponer el arreglo del espaldón del dique de Levante, que se dispara ya a unos 9 millones de euros.
Estas son todas las intervenciones programadas:
- Muelle 8 y prolongación del 9: 45.0000.0000
- Nuevas dependencias de la Agencia Tributaria: 8.500.000
- Nuevos desarrollos pesqueros: 5.100.000
- Nuevo puente carretero sobre el Guadalmedina: 4.400.000
- Electrificación de los muelles (Ops): 10.500.000
- Nuevo edificio de la Guardia Civil: 2.275.000
- Nuevas dependencias PCF: 5.800.000
- Nuevo faro: 1.500.000
- Refuerzo del espaldón del dique de Levante: 9.000.000
- Puerto verde. Fase III: 3.000.000
- Otras actuaciones: 39.925.000
A los 135 millones de esta faceta más pública hay que sumar otros casi 400 millones a desarrollar por agentes privados. Dentro de esta segunda bolsa de proyectos, la Torre catarí es, sin duda, la de mayor peso. Si bien en las estimaciones portuarias se manejan del orden de 135 millones de inversión, no es descartable que la suma alcance los 200 millones incorporando todo el equipamiento propio del que está llamado a ser el hotel de más lujo de la capital de la Costa del Sol.
Sobre este proyecto, marcado por la polémica desde el minuto uno, en el seno del Ayuntamiento no se descarta que pueda llevarse a aprobación definitiva el ajuste urbanístico necesario para su desarrollo a lo largo del mes de julio. De no ser así iría a septiembre. En cualquier caso parece factible pensar que la iniciativa, garantizada por la mayoría absoluta del PP en la Casona del Parque, estará en la mesa del Consejo de Ministros antes de acabar el año. Ese será el momento clave para saber si habrá o no hotel en el dique de Levante.
La iniciativa empresarial que puede alargarse más de lo esperado es el complejo de oficinas de Muelle Heredia. Los 28.000 metros cuadrados de edificabilidad previstos, conforme al planeamiento vigente (23.400 de oficinas y unos 4.600 comerciales), sólo podrán ser puestos en el mercado cuando se sepa cuándo estará terminado el nuevo edificio de la Agencia Tributaria. En un escenario conservador, Rubio admite que la licitación del complejo podría necesitar aún de año y medio o dos años.
Su materialización, según los datos dados oficiales, podría necesitar de unos 50 millones de inversión. Pero ¿está cerrado el debate sobre el futuro de esta estratégica pastilla? Es posible que no. Durante años, el alcalde, Francisco de la Torre, ha sido partidario de dar una vuelta de tuerca al destino final de la misma, tanto en materia de usos, como de techo edificable y diseño de inmuebles. Una solución de la que el Puerto trata de huir para evitar nuevos alargamientos de los plazos que necesitaría la preceptiva modificación del Plan Especial del Puerto.
Sin embargo, el interrogante no desaparece tras oír a Carlos Lanzat, técnico de peso en la Gerencia de Urbanismo, que ha admitido este lunes que, desde su punto de vista personal, sería preciso "remirar un poco el tema de los usos" de Muelle Heredia, de manera que al de oficinas y comercial pueda añadirse espacios relacionados con la Universidad, la tecnología o la innovación.
También el puerto deportivo de San Andrés, epicentro de la nueva centralidad que se va a generar en este punto de la ciudad, es clave en el listado de proyectos privados. En su caso, aunque la inversión programada por el fondo catarí ganador del concurso alcanza los 35 millones de euros, en el Puerto admiten que la cifra podría rozar los 45 millones incluyendo todos los equipamientos planificados.
Estas son las piezas que tienen en los agentes privados sus impulsores:
- Hotel plataforma de Levante: 135.000.000
- Complejo de oficinas de Muelle Heredia: 50.000.000
- Marina San Andrés: 35.000.000
- Auditorio de San Andrés: 120.000.000
El riesgo "crítico" en el futuro del puerto
El presidente del Puerto ha defendido que los actuales accesos viarios y ferroviarios de los que dispone el recinto son adecuados para responder a la demanda. Pero no ha ocultado su preocupación con que en los próximos años, la propia evolución de la urbe y del tráfico marítimo los convierten en insuficientes. "Que la situación no sea crítica en este momento no quiere decir que no lo sea en el futuro", ha afirmado.
De hecho, el propio Rubio ha advertido de la trascendencia de que el recinto disponga de un acceso soterrado por ferrocarril, operación que se viene retrasando desde hace años, sin que parezca estar entre las prioridades del Gobierno central. A la apuesta de las empresas por una movilidad más sostenible, que tiene en el tren un referente, se suma la falta de conductores.