Algo más de 100 millones de euros. Esta es la mareante cifra que, si se cumplen todas las previsiones, acabará ingresando el Puerto de Málaga por la concesión a 50 años ya otorgada al grupo inversor Al Alfia, de Qatar, para la construcción del que está llamado a ser el Puerto Banús de la capital de la Costa del Sol.
La cuantía es el resultado de aplicar a todo el periodo concesional, en vigor desde finales del pasado mes de febrero, las tasas de ocupación y, sobre todo, de actividad ofertados por el consorcio empresarial, del que forman parte también Igy Marinas y Ocean Capital Partner, responsables de la explotación de la marina de megayates de Málaga.
En lo relativo a la tasa de ocupación, las arcas del organismo portuario obtendrán 503.602 euros anuales, lo que equivale a casi 25,2 millones para el periodo completo. Pero el valor más llamativo es el correspondiente a la tasa de actividad. El importe mínimo anual establecido era de 67.147,04 euros. La oferta del consorcio se dispara hasta los 1.514.739 euros, lo que supone más de 75,7 millones.
De acuerdo con estos datos, recogidos en la resolución publicada el pasado martes en el Boletín Oficial del Estado (BOE), las arcas de la Autoridad Portuaria recibirán un montante global superior a los 100 millones de euros en los próximos 50 años por este proyecto.
A cambio de estas aportaciones, el promotor recibe, conforme al acuerdo adoptado por el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria el pasado 17 de febrero, una superficie de 114.475 metros cuadrados de dominio público portuario. De ellos, 94.124 metros son de agua y 20.351, de tierra.
Un espacio donde dar forma a una marina deportiva con 506 atraques, así como un desarrollo comercial que aspira a ser puntero. La operación, de acuerdo con las estimaciones, va a suponer una inversión de 44 millones de euros.
Una vez validado el otorgamiento de la concesión, el consorcio empresarial dispone de un plazo aproximado de cuatro meses para redactar los proyectos constructivos. A partir de ahí, del orden de 24 meses más de obras.
A los puntos de amarre ofertados, para embarcaciones de entre 8 y 50 metros de eslora, hay que añadir un desarrollo comercial que, de cumplirse el plan empresarial diseñado, será un punto de referencia de "primeras firmas nacionales e internacionales".
Dentro del futuro complejo se dibuja el llamado Complejo Náutico, con 1.820 metros cuadrados, que aspira a ser "hito referencial de la actividad social" de la ciudad. La idea es que sea punto de atracción para reuniones, comidas, celebraciones, estancias...
La planta baja contará con tienda náutica, gimnasio‐spa, guardería‐espacio infantil, salón de belleza‐peluquería, oficinas, cocinas y cafetería‐restaurante. Y en la planta superior, un restaurante "más selecto con comedores VIP y amplias terrazas descubiertas".
A ello hay que agregar una zona de ocio con el Embarcadero Turístico, desde donde se podrían realizar "paseos en barco con otras zonas portuarias o incluso con la terminal de cruceros". Una de las innovaciones principales pasa por recuperar la noria-mirador que fue desmontada hace varios años en la zona de Muelle Heredia.
La propuesta recoge una instalación desmontable a modo de mirador turístico o noria de 45 metros de altura que se levantaría en la plaza urbana contemplada en la unión de los muelles oeste y sur.
Para dar respuesta a las necesidades de los futuros clientes del puerto deportivo de San Andrés, el proyecto elaborado por José Seguí, incorpora 439 plazas de aparcamiento, 305 de ellas en superficie y 134 en un sótano previsto bajo los edificios comerciales.