El gran solar de la Costa del Sol que esconde una factoría romana del siglo I parece haber encontrado finalmente un comprador. Tras quedar desierta una primera subasta del inmueble el pasado mes de abril, el segundo intento de enajenación se ha completado. Y, por los datos recogidos en la web Subastas Procuradores, el resultado es más que sorprendente.
La puja máxima ha alcanzado los 4 millones de euros, cifra en las antípodas de los 16 millones en los que está valorado el bien. Es decir, la cifra ofertada por esta privilegiada parcela, situada en primera línea de mar en el municipio de Manilva, es cuatro veces inferior.
Queda por ver si esta oferta económica responde a las condiciones marcadas en el concurso judicial que pesa sobre la empresa propietaria de la parcela. Sobre este suelo el planeamiento urbanístico autoriza la construcción de 143 viviendas, 146 plazas de garaje y 105 trasteros.
Pero más allá de estos detalles, lo realmente llamativo de la finca es su valor histórico, dado que bajo sus 18.700 metros cuadrados se localizan los restos de una antigua factoría de salazones de origen romano, que hunde sus raíces en los siglos I y II d. C.
Las imágenes que acompañan al anuncio de subasta dejan en evidencia la riqueza del pasado desenterrado. El expediente incorpora el informe favorable emitido el pasado mes de febrero por la Consejería de Cultura, validando el desarrollo residencial contemplado en la Unidad de Ejecución El Hacho.
En los informes autonómicos se hacen hincapié en que las obras se localizan sobre un sector de la zona arqueológica, en el que se identifican "una villa a mare romana, datada entre los siglos II al V d. C. y constituida por una zona residencial, unas termas, una necrópolis y una factoría de salazones".
Se precisa, no obstante, que el proyecto residencial objeto del análisis de los técnicos, planteado en su día por la empresa Ros y Falcón, S. A., se desarrolla sobre la factoría, "que en su momento de máximo apogeo, entre los siglos I y II d. C., estaba constituida por una edificación de planta ortogonal de grandes dimensiones, con los espacios articulados alrededor de tres patios porticados que definen distintos espacios: un mercado con las tabernae, la zona de transformación del pescado que contiene las baterías de piletas para el garum y espacio de despiece, y una zona de almacenamiento constituida por diversas dependencias".
Atendiendo a la exposición de Cultura, la propuesta residencial, concentrada en una edificación plurifamiliar de 5 plantas de altura más bajo-cubierta y dos plantas de sótanos, recogía en la planta baja "una zona libre destinada a la exposición pública de esta parte del yacimiento arqueológico". Para ello, se fijaba una cimentación especial que permitía "cubrir grandes luces de un máximo de 12 metros y alturas de entre 3,5 y 4 metros, posibilitando la musealización del sitio".
La previsión es que sea el Ayuntamiento de Manilva el que asuma la gestión del futuro museo arqueológico que se cree en el espacio una vez se desarrolle esta parcela privada.
Así lo desveló hace unos meses el entonces alcalde, Mario Jiménez, quien puso en valor que la licencia de obras que fue otorgada estaba condicionada a la obtención del informe favorable de Cultura, entidad que ha establecido cómo debe desarrollarse este futuro proyecto para poner en valor los restos arqueológicos. En este sentido, es el promotor de la operación el que tendrá que poner en marcha esa instalación creando el futuro desarrollo inmobiliario con una cimentación especial.
Esta venta viene derivada de un procedimiento concursal dictado por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Madrid. En la descripción de la oferta, se subraya que la parcela está situada en las proximidades del puerto deportivo y de la playa del Castillo.
"El hecho de estar situada colindante con el Castillo de la Duquesa y de disponer de ruinas romanas en su interior, añade un atractivo especial a la parcela y la hacen única en la zona y en toda la costa española", se destaca.
Aunque se precisa que el inmueble se encuentra gravado con hipoteca, se transmite libre de cargas y gravámenes, salvo aquellas que sean inherentes a las fincas. Sí existen deudas en concepto de IBI, por valor de 265.030,39 euros, y el importe de la plusvalía es de 918.110,19 euros.