A priori, tenía todo lo que un bingo usual ha de tener. Contaba con casi una veintena de mesas, rotuladores y cartones, bolas de bingo y hojas de cuentas. Una cámara enfocaba las bolas que iban saliendo y que once televisores mostraban a todos los usuarios distribuidos por el local. También contaba con una máquina de cafés e infusiones para tomar algo entre cada partida. Sin embargo, sus propietarios, que daban servicio a casi un centenar de personas, carecían de permisos para tener el bingo abierto pese a su profesionalidad.
Estaba ubicado en la barriada de La Virreina, en el marco del distrito de Palma- Palmilla hasta hace apenas unos días, cuando efectivos del Grupo de Investigación y Protección (GIP) y del Grupo Operativo de Apoyo (GOA) de la Policía Local de Málaga lo desmantelaron al completo.
Los agentes iniciaron la investigación después de que pudieran comprobar que en el interior del local se estaban jugando partidas ilegales de bingo. Acompañados del GOA, accedieron al establecimiento encontrando en su interior a 50 personas jugando en el interior, así como a sus dos responsables, un hombre y una mujer de 48 años respectivamente. Ninguno tenía autorización para celebrar estas partidas.
En la inspección al establecimiento, los policías locales comprobaron con exactitud que el local contaba con 19 mesas con sillas, lo que le daba capacidad para unas 80 personas, así como con una máquina de hostelería que servía cafés e infusiones, interviniendo a los responsables un total de 2.701,02 euros, una caja de caudales, 22.302 cartones de bingo, 333 rotuladores y bolígrafos, 269 bolas de bingo y hojas de cuentas de las partidas.
Todo estaba cuidado al detalle como si de un bingo profesional se tratara. Contaban con un sistema artesanal automatizado para llevar a cabo la práctica del juego, disponiendo en el mostrador de atención al público de una máquina de fabricación casera de la que se extraían las bolas, tratándose de un mueble de madera con vitrina transparente en el frontal para permitir ver las bolas que iban saliendo al elevarse en el interior mediante un mecanismo de aire a presión, disponiendo de un tablero con agujeros en el que se iban colocando las bolas extraídas en su lugar correspondiente.
Según la información de la Policía Local, ello se sumaba que las bolas que iban saliendo eran enfocadas por una cámara de vídeo que emitía las imágenes a las once pantallas de televisión repartidas por el local. También los números de cada bola se cantaban a través de un micrófono conectado a un amplificador que emitía el sonido a través de un total de siete altavoces igualmente ubicados en distintos puntos del interior del establecimiento.
Todo el material audiovisual fue en primera instancia precintado, y posteriormente intervenido, levantándose la correspondiente acta y quedando depositado en dependencias del Servicio de Juegos y Espectáculos Públicos de la Delegación de Gobierno de la Junta de Andalucía en Málaga
Finalmente, los policías locales procedieron al desalojo y cierre del establecimiento, confeccionando las correspondientes denuncias por infringir lo dispuesto en los artículos 4 y 5 de la Ley 2/1986, de 19 de abril, del juego y apuestas, de la Comunidad Autónoma de Andalucía, por carecer de declaración responsable para la actividad de establecimiento de juego, así como para la actividad de hostelería sin música y sin cocina, carecer de hoja de reclamaciones y carecer de seguro de responsabilidad civil.
Este cierre no es el primero que ocurre en Málaga en lo que va de año. Cada vez es más común este tipo de intervenciones de la Policía Local en locales de juego clandestino. Los dos primeros estuvieron relacionados con el dominó chino 'Mahjong' y el póker, en sendos locales ubicados en el polígono Guadalhorce.