Hace unos días, la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, advertía de que el verano, y más en concreto el mes de julio, “es una época comprometida y hay que estar especialmente alerta ante la violencia de género más extrema". En los 31 días que tiene el mes, ocho mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas, una de ellas en Málaga. En las dos primeras semanas de agosto, ya son tres.
El aumento de las actitudes machistas se manifiesta también en grados inferiores. En esas cuatro semanas, creció el número de víctimas con seguimiento policial en Málaga en casi un centenar. Según los últimos datos del Ministerio de Interior, a 31 de julio, hay en la provincia 3.962 casos activos registrados en el Sistema de Seguimiento Integral en los Casos de Violencia de Género (VioGén), 86 más que a finales de junio.
Este dato es sustancialmente superior al de los meses anteriores: en junio, las víctimas bajo seguimiento aumentaron en 55, en abril en 60 y en febrero en 14. En los meses de marzo y mayo, los casos activos descendieron ligeramente.
Este crecimiento no es casual. De hecho, hay estudios que señalan el calor como uno de los factores que disparan las conductas machistas. Según un estudio del Instituto de Salud Carlos III publicado en 2018, el riesgo de feminicidios de pareja crece tres días después de producirse una ola de calor, lo que hace pensar que el incremento de las temperaturas podría estar asociado con el aumento de la violencia de género.
Los datos apuntan también en esta dirección: en 2019 y 2010, se produjeron 10 asesinatos machistas en un solo mes; en 2015, fueron nueve. La media entre julio y agosto suele estar en cinco o seis homicidios. “Los meses de julio son aquellos en los que se producen más víctimas de toda la serie histórica”, aseguró Rossell.
Con esta perspectiva, el Ministerio de Igualdad reunió a principios de este mes su comité de crisis. Precisamente, fue una reacción en cadena tras confirmarse el asesinato de Carmen, la tercera víctima mortal de la violencia machista en Málaga en lo que va de año. En el conjunto del país, son ya 35 homicidios en 2023; desde que arrancó la estadística oficial en 2003, son 1.219.
Carmen tenía 54 años, vivía en Humilladero, era madre de tres hijos y trabajaba de forma eventual en el campo. En septiembre de 2020, denunció a su pareja por violencia de género, pero no le impusieron medidas judiciales. El pasado 20 de julio, presuntamente, la asesinó.
Fue ella misma quien contactó con los servicios de Emergencias porque tenía dificultades para respirar y, cuando los sanitarios llegaron a su domicilio, la encontraron con un fuerte golpe en la cabeza y bajo nivel de consciencia. Ingresó en el Hospital comarcal de Antequera con un traumatismo craneoencefálico, pero tuvo que ser evacuada poco después al Regional de la capital, donde horas después falleció. Los agentes encontraron desde un primero momento indicios de que las lesiones que sufría podían ser consecuencias de una agresión y, al parecer, ella misma lo ratificó antes de fallecer.
Su presunto asesino fue detenido y el fiscal solicitó su entrada en prisión, pero el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Antequera, que estaba en funciones de guardia, decretó su libertad dos días después, imponiéndole la obligación de comparecer ante la autoridad judicial siempre que se le requiera. La Fiscalía especializada en Violencia de Género recurrió la decisión.
Este crimen no ha sido el único caso de violencia de género que salió a la luz en las últimas semanas. En Mijas, una joven fue atacada por su pareja y, tras ello, salió despedida del coche en el que ambos viajaban y, a finales de junio, en Torrox, otra mujer de 66 años fue tiroteada por su exmarido, un militar jubilado que se suicidó tras intentar matarla.
"Por eso insistimos tanto en el silencio del entorno como algo cómplice o encubridor de esta violencia, porque no son ellas las que muchas veces pueden tomar estas decisiones o están en condiciones", deslizó Rosell, poniendo el foco en la responsabilidad como sociedad que cada persona tiene individualmente para poner freno a esta lacra.
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