El Español de Málaga se desplaza a Torremolinos, a un lugar verde, más específicamente, un campo de golf. Es la escuela de Miguel Ángel Jiménez. Hemos quedado allí con él apenas dos días después de su regreso del este de Suiza, donde participó en su última competición. La fama de Jiménez no se limita a los campos verdes; también es conocido por su inconfundible hábito de llevar un puro siempre en la boca, que él mismo considera "parte de su imagen". Y así se presentará minutos más tarde a nuestra cita, con su característica coleta y un puro dominicano encendido.
A sus casi 60 años, el golf ha sido una constante en más de la mitad de su vida. Mientras los trabajadores del lugar nos hacen esperar a su llegada en la cafetería de su escuela, Jiménez se hace de rogar. Sin embargo, el ambiente es agradable. Hace calor, pero entre los jugadores de su campo resuenan saludos y comentarios cariñosos. Incluso varias personas se acercan y preguntan: “Venís a hacerle una entrevista al maestro, ¿no?”.
Finalmente, Miguel Ángel aparece, con su coleta y su puro. Se disculpa por su tardanza, mencionando que estaba renovando su pasaporte. Llega cargado de bártulos, con dos bolsas y decenas de palos en ellas. Los trae de todo tipo, drivers, putters, irons, etc. En busca de una sala adecuada para realizar la entrevista, Jiménez habla con los trabajadores de la escuela, quienes nos conducen hasta un pequeño gimnasio en la planta de arriba.
"Aquí se suele hacer musculación, pero nunca hay nadie", aclara. La solución para nuestra entrevista alejada del ruido de su escuela de golf son dos sillas comunes y a modo de mesa, un cajón de salto típico en Crossfit. Entre risas, trata de que estemos lo más cómodos posibles en aquella sala, con vistas a una gran extensión verde. Desde hace más de 35 años, él es feliz en campos verdes y lleva el nombre de Málaga, España y Andalucía por todo el mundo mientras los visita para competir en ellos.
¿Qué fue lo que le adentró en el golf?
Tenía 15 años. En mi casa hacía falta dinero, había que comer. Empecé trabajando como caddie, asistiendo a los jugadores. A partir de ahí lo fui probando y me aficioné. Yo encontré el golf, posiblemente por la necesidad. Después, poco a poco me fue bien y descubrí que esto era a lo que yo quería dedicarme. Comencé profesionalmente al golf en el año 1982, justo antes de empezar la mili. Acabé el servicio militar en el año 1984 e inicié la competición de verdad, ya que era lo que quería. Y empecé todo el trabajo de preparación, entrenamiento, etcétera. Cogí la tarjeta del circuito con 24 años, en el año 1988 y con 25 años empecé a jugar en el circuito europeo.
¿Cuál considera que ha sido el logro más destacado en su carrera?
Deportivamente, la verdad que todos los campeonatos fueron muy importantes porque estaban haciéndome el futuro de otra manera. Es verdad que hay momentos inolvidables, como fue en el año 92 que gané el Open de Bélgica. Además, pude ganar jugando con el mejor del mundo, que en aquel momento era Nick Faldo. Todas las victorias para mí son importantes. Hay algunos torneos que me llenaron mucho, por ejemplo, el Open de Andalucía en el Parador de Málaga en frente de toda mi gente, de toda mi familia y amigos. Luego está, evidentemente, la victoria que tuve en el PGA, el buque insignia del circuito europeo en el año 2008. También está cuando gané en Senior Open Championship en St. Andrews en 2018. Me gustaría poder volver a ganar en St. Andrews.
Málaga es su ciudad natal ¿Qué significa para usted llevar al mundo del golf, Málaga y España por bandera?
Málaga es donde yo nací, en Churriana, al lado del aeropuerto. Soy andaluz y español. La verdad es que llevar a Málaga por todos sitios durante tantos años me enorgullece mucho porque la tierra la siento desde dentro.
¿Cuál es el recuerdo más bonito que guarda de Málaga?
En Málaga tengo todo tipo de recuerdos, desde andar con mi madre de la mano cuando íbamos a hacer compras, coger el autobús para ir al centro. De esa época a ahora Málaga ha cambiado espectacularmente bien. La verdad es que tengo que darle las gracias a Paco de la Torre por hacer la ciudad bonita y atractiva en todos los aspectos, es una labor impresionante. Todos los museos, la restauración, la historia, las instalaciones del Muelle Uno, bueno, no tiene desperdicio ninguno.
El golf requiere mucha dedicación, ¿cómo se ha mantenido activo y motivado durante tantos años?
Muy posiblemente ha sido porque descubrí que esto era lo que quería hacer con mi vida. Para mí es una manera de vivir. He dedicado toda mi vida al golf, que me ha compensado. Estoy en deuda con él. Lo principal es que estoy haciendo lo que me gusta. No me cuesta venir, ponerme a entrenar, es un gusto para mí. Evidentemente, trabajo también bastante lo que es la elasticidad. Tengo 59 años y sigo teniendo bastante elasticidad. Porque sigo trabajando en ella. De vez en cuando está bien tomar un buen vino, tomar café, o un buen whisky. Disfrutar de los placeres en la vida. Pero también hay que trabajar. Lo más importante de todo esto es la dedicación y el amor a lo que haces. Es lo que hay, ¿no?
Bueno, además, también tiene interés por el diseño de campos de golf.
Sí. En República Checa tengo diseñado un campo de golf. Aquí también estoy pendiente de algunos proyectos. En República Dominicana también. Pero vamos, lo que más me sigue motivando es la competición. Con 59 años sigo compitiendo. Compito en torneos Senior y un par de veces al año hago un par de torneos regulares. Pero ya me dedico a lo que es el Senior. Me encanta la competición y aquí continuamos. Espero que durante muchos años más. Ojalá que sí, ja,ja,ja.
¿Qué fue lo que le llevó a abrir esta escuela?
Bueno, pues yo le he dado todo al golf y el golf me lo ha dado todo a mí, como ya he dicho. Me siento en deuda con él. Entonces tuve la oportunidad. El ayuntamiento de Torremolinos me cedió estos terrenos por un tiempo y abrí la escuela, donde decidí acercar el golf a precios módicos. Al final, no hay ninguna afición que sea barata y el golf en específico menos. Pero en esta Academia damos clases grupales y acercamos el golf a la gente. Es una fábrica de hacer golfistas. De hacer deportistas, en definitiva. Luego también tenemos entre 80 y 90 niños entre diferentes edades y niveles de juego. Ahora empezamos a mitad de septiembre con las clases de los niños y también para los mayores.
¿Cómo se siente al ser la inspiración de los niños que estudian aquí en esta escuela golf?
Hombre, siempre es bueno, para mí es un gusto. Llevamos 10 años. Abrimos en el 2013. El deporte es salud, es vida y hace que las mentes sean sanas. Y empezar el deporte a temprana edad es muy bueno. En este caso el golf tiene las cualidades en los críos de que se van dando cuenta que entrenando vas mejorando. Tienen la satisfacción de estar esforzándose. Les da la información de que a más esfuerzo tienen mejor rendimiento, mejor resultado, etcétera. Crea muchos valores y les hace que a futuro sean personas bonitas, de mente abierta y que hagan deporte y se mantengan activas.
¿Dónde vive actualmente?
Actualmente vivo en República Dominicana. Llevo ya unos años viviendo allí, desde que me dediqué a jugar oficialmente el circuito Sénior en América. Antes de eso, viví en Austria, viví allí 4 o 5 años, ya que en 2014 me casé con mi mujer Susanne, que es austriaca. Mis hijos ya eran mayores y me venía mejor vivir en República Dominicana. Es un país que me ahorra horas de vuelo, te quitas pérdidas de tiempo en los aviones, en los aeropuertos, cambios de horario, etc. Echo de menos España, pero vivir, quiero vivir en República Dominicana. La llaman aún La Española. Hay gente agradable, buena comida, buena bebida y buen tiempo todo el año. Cuando tengo mi semana de descanso, pues estoy allí. Cuando ya cuento con más tiempo, vuelvo a España. Ahora vengo de competir en Suiza, para ver a mis hermanos, ver cómo está la academia. Pronto vuelvo a competir una semana a América, después dos semanas a República Dominicana y otra semana a competir. Por conveniencia es mejor vivir cerca.
¿Cómo se siente cuando vuelve a Málaga?
Cuando llego me siento estupendamente bien. Es mi tierra. En cuanto llego me tomo unas gambitas y unas sardinitas con unos tomatitos de los nuestros que están excepcionalmente buenos. Es lo primero que hago nada más aterrizar. Eso y estar con mi familia y mis hermanos. Tomando unas copas y echando unas risas.
¿Ve futuro para el golf en Málaga?
Hombre, en Málaga tenemos muy buenos jugadores. Está ahora esta chica, Ana Peláez, que es espectacular. Tenemos 55 o 60 campos de golf en toda la Costa del Sol, somos un referente y un gran destino turístico en Europa. A la Costa del Sol, se la llama también ‘Costa de Golf’. Es lo mejor que tenemos, trae riqueza porque el deportista, el turista que es deportista de golf tiene poder adquisitivo y eso es lo que queremos. Con respecto a todo tipo de turistas, pero tenemos que hacer hincapié y fomentar este tipo de crecimiento. Consumen hoteles, restaurantes, alquileres de coches, taxis, etcétera. Es muy importante, y tenemos que verlos con la mente abierta hacia ellos. Lo digo porque hay mucha gente que se está quejando por el uso del agua en los campos de golf. Habrá que analizar lo que produce cada litro de agua en cada cosa. Los campos de golf producen mucho bienestar y muchísimos puestos de trabajo en todo lo que es Andalucía y especialmente aquí en Málaga.
¿Cuál es la lección más importante que ha aprendido a lo largo de su vida?
Cuando yo empezaba a jugar, mi hermano Juan me dijo: “Si te pones delante de este muro que tienes aquí sólo tienes que dar un par de pasos. Pero fíjate en todo el camino que tienes que recorrer para llegar a ese otro muro que se ve a lo lejos. Trabaja”. En eso consiste todo, en tener ambiciones, en poner metas y trabajar para conseguirlas. Currar para que todo mejore. Porque todo se hace con el trabajo. No hay nada que caiga del cielo, sólo agua cuando llueve. Y en Málaga poca. Todo es esfuerzo, ambición, sacrificio, constancia y perseverancia. Porque es lo que luego te aporta satisfacción cuando logras los objetivos o parte ellos. Porque en esta vida, cuando logramos algo siempre queremos más. Así somos los humanos. Queremos ir subiendo escalafones y peldaños de la escalera. Es algo sin fin.
¿Prefiere las metas a corto o a largo plazo?
Yo me pongo mis metas siempre a corto y largo plazo. A corto plazo el objetivo es vivir el momento y disfrutarlo porque es lo que te va a hacer que mañana consigas los objetivos a largo plazo. Aunque si viviendo el momento te vas a distraer de los objetivos a largo plazo y vas a pasar todos los días en la playa tampoco es lo suyo. Hay que disfrutar porque el cuerpo también quiere un poco de ocio y eso es bueno. Pero hay que ser consciente de que el trabajo y el sacrificio es lo que te va a llevar a conseguir las metas que tienes.
¿Hay algún otro golfista que en sus inicios o a día de hoy le motive?
Para mí mi inspiración fue Severino Ballesteros, José María Olazábal, Jack Nickclaus, Phil Mickelson, etcétera. Actualmente Jon Rahm, que está en la mitad de sus 20, es un referente espectacular para la juventud y que tengamos otro jugador que como hizo Severiano llegue, sobrepase y se supere a él mismo, es maravilloso. Espero que sea un referente importante, que creo que lo está siendo para lo que es el deporte español. Evidentemente, pues bueno, se van teniendo diferentes referentes. Yo en los 35 años que llevo en el circuito dando vueltas al mundo, he tenido la suerte de llegar a jugar con Arnold Palmer. He jugado con golfistas de distintas generaciones, de todos los países. Para mí es una satisfacción ver distintas generaciones. Y quiero seguir viéndolas. No sé por cuánto tiempo ya, porque en esta vida todo se acaba.
¿Cómo es su rutina de entrenamiento?
Normalmente, cuando estoy de campeonatos, entre lunes, martes y miércoles trabajo todo lo que es musculación, donde trabajo todos los músculos del cuerpo. Y a partir del miércoles es todo gomas elásticas y algo de cardio. Como me rompí la rodilla hace 11 años esquiando, no puedo correr, hago cardio en elíptica o bicicleta. Las gomas elásticas son lo más fácil, es muy difícil que te vayas a lesionar. Para prepararme para las competiciones, trabajo con mi hermano con el que comento las cosas del swing. Cuando estoy por ahí, grabo vídeos y analizo mi técnica.
¿Cómo es que le ha inculcado la pasión por el golf a sus hijos?
Los dos son profesionales del golf. El mayor quería competir, pero actualmente se está dedicando más a lo que es inmobiliaria. Ambos estudiaron la carrera en Florida, estudiando y jugando al golf. En cuanto a la competición, el pequeño, que tiene 24 años, ha terminado los estudios y se está dedicando a competir. Está intentando jugar en tours y empezar a subir peldaños de la escalera. Vamos a ver lo que le depara el destino. Los dos empezaron en el golf gracias a mí, yo tenía que ir al campo y les preguntaba si querían venir. Evidentemente, como yo viajaba, cuando estaba con ellos querían pasar tiempo con su padre. Venían conmigo, jugaban, aprendían y se lo pasaban bien con los palos. No les obligaba, con cuatro o cinco años venían conmigo y cogieron la afición. Es la manera. Yo no les forcé. También probaron otros deportes como el fútbol. Dejaron esto del golf durante un par de años y después volvieron a jugar.
¿A futuro, cuáles son sus metas?
Por ahora mi futuro es seguir viviendo el momento y disfrutarlo, ese es el mejor futuro que tengo, o que espero. Porque lo que hago ahora, me repercute para el futuro. Evidentemente, cada vez que voy a competir mi meta es ganar. Pero para ganar hay que trabajar y disfrutar mientras lo haces. Así que mi futuro es seguir viviendo el momento.
¿De todos los lugares a los que ha viajado gracias al golf, cuál ha sido el destino que más le ha gustado?
Vamos, todos los destinos me han gustado mucho. Todas las partes de España han sido espectaculares. República Dominicana, donde vivo, es también espectacular. Luego las ciudades de centroeuropa son preciosas: Praga, Viena, París, Londres. En Asia, Shanghái es muy dinámico, Hong Kong es espectacular. Me encanta Hong Kong, allí he ganado cuatro veces el open. Aunque evidentemente, como mi tierra ninguna. La llevo y la siento dentro. Pero estoy muy a gusto también en República Dominicana, tengo una cantidad de amigos muy buenos. Durante la pandemia yo estuve allí. Y la verdad que espectacular, porque luego encima, estaba jugando todos los días, entrenando y pasándolo bien.
¿Qué desafíos u obstáculos ha enfrentado en su carrera y cómo los ha solventado?
Obstáculo si se puede llamar obstáculo, la rotura de mi rodilla en diciembre de 2012. Me caí esquiando en Sierra Nevada. Y allí por un momento pensé: con 48 años, a punto de cumplir 49, a ver cómo nos recuperamos. Fue desde lo alto de las pistas, además. Llamé al doctor Oliver, me hice una radiografía en el centro de Sierra Nevada. Y me dijo que fuera directamente a Málaga, al Quirón. Eso fue por la mañana y a las seis de la tarde ya estaba operado. Después vino la recuperación con mi preparador físico. Cada 6 u 8 meses me pongo una inyección de ácido hialurónico en la rodilla para que lubrique el cartílago. Pero obstáculos no hay, tiene que haber ambición. Para que tú no seas un obstáculo para ti mismo.
¿Piensa en algo cuando está a punto de dar el golpe final?
Pues no, no, no hay pensamiento ninguno. Tengo en mi cabeza cuál es la meta y el golpe. Pienso los metros y cómo tengo que golpear. No puedes tener pensamientos de ningún otro tipo. Si piensas en cualquier otra cosa no estás preparado para competir. Cuando te vienen pensamientos externos es el momento de decir que estás saturado de competir y necesitas un descanso. Tienes que focalizar y mantener la concentración, saber lo que quieres hacer.
Háblenos un poco de su pasión por el puro y por el vino.
Vamos, los vinos me han gustado desde siempre. Después de la mili fui probando y me fueron gustando más. Y con esto de los puros empecé en los 2000. Pasé por un resfriado muy malo que pensé que no se me curaría nunca. Llegué a la conclusión que era por los químicos de los cigarrillos. Los puros son más sanos. Sigue sin ser sano, pero hay tantas cosas que no son sanas. Es parte de mi imagen, una coleta y un puro en la boca, pero yo no oculto quién soy. Empecé con los puros Habanos y ahora están infumables. Mis favoritos a día de hoy son dominicanos, los Arturo Fuente, Litto Gómez. No deja de ser mi imagen.
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