Durante varias décadas, el número 14 de la calle Real de Genalguacil estuvo ocupado por una oficina bancaria de Unicaja. Años después de su cierre, este edificio tiene una nueva vida: Lab Genalguacil, un espacio de innovación rural para apoyar el emprendimiento y atraer inversiones que fomenten la vida en los pueblos y aseguren su futuro. "Queremos hacer las cosas de manera diferente, trabajar desde el territorio para decidir cómo queremos vivir", explica a EL ESPAÑOL de Málaga la codirectora del centro, Marta Calvente.

La idea de este laboratorio enlaza con el concepto de Genalguacil Pueblo Museo, una marca cultural que ha conseguido posicionarse a nivel internacional: impulsa un modelo de crecimiento generador de oportunidades y valores para los habitantes del pueblo. Este proyecto cuenta con respaldo internacional, donde se incluyen diferentes universidades europeas y la Federación Andaluza de Municipios y Provincias.

Así, este espacio trabajará para la creación de proyectos entre diferentes actores incluyendo empresarios, funcionarios, productores, investigadores, estudiantes y ciudadanos. Entre sus acciones está el apoyo al emprendimiento y asesorar en todo lo necesario a aquellos que quieran llevar a cabo una iniciativa en la localidad. "Con todo ello se persigue el objetivo fundamental de fijar la población al territorio a la vez que se recupera talento local y se captan nuevos talentos que deseen trasladarse al municipio", apunta Calvente, que dirige el Lab junto a Joe Lockwood.

Con esta iniciativa se busca ofrecer una idea piloto para que las zonas rurales desarrollen e implementen sus propias herramientas de innovación, con el conocimiento local como base. Algunas de las áreas que destacarán en este proceso de creación rural serán el arte, la cultura, la sostenibilidad, la eficiencia y autosuficiencia energética, la agricultura, los servicios a la ciudadanía, la ganadería o la transformación de las materias primas, entre otros.

Interior del Lab Genalguacil.

Algunas de las acciones que ya se han desarrollado a lo largo de estos años en el proyecto del Pueblo Museo y que continuarán en 2024 son las escuelas de primavera, en las que estudiantes internacionales acuden al pueblo para conocer sus procesos creativos. 

El laboratorio también recuerda a sus antiguos inquilinos: su nombre rinde homenaje al que fuera director de la sucursal de Unicaja durante 30 años, Francisco José Piñel Galache. "Era el lugar donde los vecinos guardaban sus ahorros, el sustento de sus familias. Ahora también queremos hacer de este lugar un espacio al que acudir y generar riqueza", señala la codirectora del Lab.

Entre sus socios, la universidad de Noruega (Norwegian University of Science and Technologyes de las más activas y las que más visitan el pueblo, según explica Calvente. Junto a ella, cuentan con todo tipo de colaboradores, que llegan desde diferentes puntos de Europa, como Reino Unido, Italia, Alemania o Polonia.

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