El apellido Casero ha regresado a la Gerencia de Urbanismo. Tras Juan Ramón, político al que muchos añoran en la Casona del Parque, su hija, Carmen, tiene ahora la responsabilidad de dirigir una de las grandes maquinarias administrativas de la ciudad. Un ente que es objeto de controversia y crítica en los últimos años. Uno de los principales retos que tiene ante sí Carmen Casero es justamente ese, activar los mecanismos necesarios para que la tramitación de licencias y planeamiento sea mucho más rápido.
Le confieso que el primer pensamiento que tuve cuando se anunció su nombramiento como concejala de Urbanismo fue de su padre, Juan Ramón Casero. ¿Qué cree que diría si la viese ahora en este cargo?
No sé si me diría algo, porque no daba muchos consejos si no los pedías. Creo que estaría orgulloso, contento y también, imagino, un poco preocupado porque es un área con mucha envergadura.
No le diría eso de '¿En qué lío te has metido?'
No, no, no se metería en eso. Era muy prudente mi padre, no era meticón. Y mira que todos los padres tenemos esta tentación. Yo no soy así, al revés, siempre voy diciendo a mi hija… Estaría contento y esperando a ver si necesitaba algo.
De todo lo que pudo aprender de su padre, ¿con qué se queda ahora?
Lo tengo súper, súper, súper arraigado en mi carácter: el valor de ser una persona honorable y honesta. De hecho, es lo que más me molesta en la crítica y en el debate político, que pongan en duda mi honorabilidad. Cuando en el debate político alguien empieza con ‘esto huele mal, esto suena fatal’... No lo soporto, porque en mi casa he vivido lo mucho que importa ser una persona honesta. Por eso me molesta mucho que alguien ponga en duda que tome una decisión tratando de obtener un beneficio propio o queriendo saltarme la norma. Para eso soy súper cumplidora. Es algo que tengo de mi padre porque él era así.
Le toca un tiempo complicado, porque parece que el debate político va mucho por ese camino.
La crítica política fácil es esa. Los políticos, en general, estamos mal vistos y es muy fácil que le digas a un adversario eso de ‘esto huele muy mal o esto es muy oscuro’, porque automáticamente hay gente que piensa que algo debe haber. Es una crítica poco trabajada, facilona.
"Algo que aprendí de mi padre y que tengo súper arraigado en mi carácter es el valor de ser una persona honorable y honesta; lo que más me molesta es que pongan en duda mi honorabilidad"
Cuando usted toma la decisión de entrar en política…
Mi padre se negó tajantemente. De hecho, me afilié a Nuevas Generaciones y él no lo sabía. En aquel momento la presidenta era Mariví Romero. Me afilié cuando había acabado la carrera y un máster de Prevención de Riesgos Laborales. No es que no quisiera que nos dedicáramos a la política, sino que quería que estuviéramos bien asentados profesionalmente y luego tomásemos la decisión. Pensaba que en algún momento nos podíamos sentir esclavos de lo que estábamos haciendo. Cuando se enteró no me regañó, pero sí me dijo que lo pensase.
Recuerdo que en una ocasión su padre me dijo que quería que supiese lo que era trabajar en la calle. ¿Es de las que se plantea la política a corto plazo?
Disfruto mucho de lo que hago. No veo por qué hay que denostar o criticar a la gente que se dedica a la política mucho tiempo. Me parece que aportamos nuestra experiencia. Hay excelentes profesionales que luego no son buenos políticos. Esto no es fácil. Estar en distintas administraciones, adaptarte a cada normativa, a cada equipo técnico.
¿Cómo fue su primer día en la Gerencia de Urbanismo?
He cambiado tantas veces de sitio que estoy muy acostumbrada a ello y, además, me gusta. Lo asumo muy en positivo. Incorporarme a la Gerencia de Urbanismo es un reto espectacular. Cuando el alcalde me lo propuso me pareció maravilloso. No me lo esperaba en absoluto. Sí quería volver al Ayuntamiento, sentía que volvía a mi casa. La sensación de verdadero vacío en todo este tiempo la tuve cuando me incorporé a la Junta de Andalucía.
¿A la Delegación de Cultura y Fomento?
Fue una sensación de vacío enorme, porque el Partido Popular nunca había formado parte de la gestión en la Junta. Iba a puerta fría. Tengo que decir que los delegados nos recibieron de manera encantadora y nos explicaron todo.
A eso se suma una base de funcionarios que llevaban décadas trabajando con la anterior Administración…
Todos los funcionarios tienen una tendencia política. La clave está en que trabajen de manera profesional.
¿Le han salido muchos amigos desde que es concejala de Urbanismo?
Mmm. Yo presto poco a eso. Mucha gente sí me escribió para darme la enhorabuena; muchos me mandaron mensajes recordando que habían trabajado con mi padre en determinados sectores y lo recuerdan con cariño. Me da mucha alegría.Yo no tengo muchos amigos, es que en eso soy rara. Mi padre siempre me decía que se tienen muchos conocidos, pero amigos no tantos.
"Quería volver al Ayuntamiento, sentía que volvía a mi casa. La sensación de verdadero vacío en todo este tiempo la tuve cuando me incorporé a la Junta de Andalucía"
Lleva unos seis meses en el cargo. ¿Qué le ha dado tiempo? Y, sobre todo, ¿qué hoja de ruta tiene en mente para solucionar los problemas de Urbanismo?
Me ha dado tiempo a sobrevivir (risas), a estudiar muchísimo y a conocer un montón de proyectos de ciudad. Me ha dado tiempo a sentarme con muchos promotores públicos y privados. Tengo infinidad de reuniones diarias y me ha dado tiempo a ver qué cosas puedo mejorar.
Ya lo tengo meridianamente claro y es uno de los objetivos del mandato. Los proyectos de ciudad están claros y son públicos. Y hay que incidir en los distritos. Tengo que mejorar bastante en la atención a los concejales de distrito. Yo vengo de ahí y soy muy sensible a las peticiones que hacen mis compañeros. Los distritos son la trinchera.
La sensación es que la preocupación del vecino no es si se hace o no la Torre del Puerto, sino en tener bien las aceras.
Estoy muy volcada en atender a los concejales de distritos. Esa es la base del secreto de Paco de la Torre, esa micropolítica y es algo que nos ha enseñado a todos. Tiene que haber un plus de cercanía con los distritos. Y hay que mejorar los procedimientos internos de la Gerencia.
El mandato pasado fueron muchas y duras las críticas vertidas sobre la gestión de Urbanismo. Arquitectos, promotores… Ahora que está dentro ¿entiende que eran críticas ajustadas a la realidad?
Lo que creo es que si alguien de la calle se queja de la calle, si se quejan los promotores, si se quejan los colegios profesionales, si se quejan los particulares está claro que tenemos que mejorar. La Gerencia de Urbanismo tiene muy buen equipo técnico, muy solvente y solamente hay que ajustarlo a la realidad de lo que estamos viviendo. Y lo que vivimos es que Málaga se ha convertido en una ciudad de primer nivel.
La Gerencia se tiene que adaptar a esa velocidad que el sector privado nos demanda. Porque si no lo hace no seremos un servicio público. Y estamos aquí para serlo. Hay que mejorar la fluidez, la comunicación con el Colegio de Arquitectos, con los Aparejadores… Estamos en ello. No cuestiono las capacidades de los técnicos de Urbanismo, pero si hay quejas hay que cambiar. Todo el mundo tiene que estar abierto al cambio.
Los cambios de los que habla ¿ya están planteados?
Hay una puesta de ideas sobre la mesa. Pero hay una auditoría que está elaborándose y que no está completa porque falta el análisis de los procedimientos administrativos.
¿Uno de los problemas que tiene Urbanismo para alcanzar la velocidad de crucero de la que hablaba antes es su estructura?
Falta personal, como en todas las administraciones, pero bueno, hay 319 almas trabajando, que no son pocas. No creo que sea el único problema. Pese a ello cada año estamos sacando las plazas que reglamentariamente nos corresponden. Y si la estructura está adaptada o no, creo que tenemos que hacer ajustes, aunque no se trate de una remodelación profunda.
El primero de ellos pasa por la incorporación del coordinador general. Hace falta una persona que nos ayude a impulsar desarrollos que tenemos pendientes. Uno de los objetivos que el alcalde me encomendó es el desbloqueo de todos los sectores que llevan aparejado un porcentaje de vivienda protegida. Esta figura va a ayudarnos a establecer un criterio de interpretación en la aplicación de la LISTA.
"La base del secreto de Paco de la Torre es esa micropolítica; es algo que nos ha enseñado a todos. Tiene que haber un plus de cercanía con los distritos"
Hablaba antes del crecimiento que está experimentando Málaga en estos años. Ahora que está dentro. ¿le ha sorprendido?
Muchísimo. Más de lo que se cuenta. Es impresionante. Desde el primer día viene gente que necesita suelo logístico, suelo para oficinas, para vivienda… Exagerado, brutal.
¿Y le preocupa?
Me siento muy responsable, pero no me preocupa. Es verdad que tenemos que tener una cuestión muy clara en este mandato, que es que hay que empezar a tener una visión metropolitana, no local. Los localismos hay que dejarlos, porque necesitamos de nuestra conurbación para todo.
Entiendo que la mayor parte de los inversores lo que quieren son suelos finalistas. Y de esos hay pocos.
Por eso tenemos que trabajar mucho en poner en carga todo el suelo que tenemos. Es cierto que los planeamientos son muy lentos. Tenemos que trabajar mucho en agilizar trámites. Todos empiezan buscando suelos finalistas, pero no renuncian a la opción B. La clave está en que consigamos resolver las cosas en un plazo razonable.
Me decía antes que el asunto de la vivienda es tema central para el alcalde. ¿Cómo se da respuesta a eso, porque los promotores no parecen muy interesados en hacerlas?
Lo que tengo entendido es que el tema de los módulos se va a revisar.
¿Están en ello?
Sí, creo que sí. Y si se revisa a corto plazo el asunto va a dar una vuelta. No creo que los promotores no quieran hacer VPO, lo que pasa es que no son una ONG. Necesitan hacer frente a unos gastos y tener una rentabilidad. Si se revisan los módulos y empiezan a ver rentabilidad en la VPO, las harán.
"No creo que este tema (la Torre del Puerto) suscite tanto debate en la ciudad como para que se haga un referéndum. Hay un ruido politizado"
Uno de los muchos fondos de inversión que en estos años ha puesto sus ojos en Málaga es el que está detrás de la Torre del Puerto. Cuando ha tenido oportunidad de entrar de lleno en este expediente, ¿le ha generado dudas?
La Torre de Puerto la trabajé en su momento desde Cultura. Que si era conjunto histórico, que si había expolio, que si la Farola era BIC… Me parece una apuesta valiente y no veo por qué no debe hacerse. Ni siquiera es que seamos innovadores, porque hay muchas ciudades que tienen torres. Al final no deja de ser un sitio más o menos icónico, atractivo, en la que se va a generar una actividad muy buena para la ciudad. Respeto absolutamente que haya a quien no le guste. A mí sí me gusta.
¿No cree que era un proyecto que hubiese merecido un debate ciudadano más amplio?
Es que no creo que este tema suscite tanto debate en la ciudad como para que se haga un referéndum. Me parece que a la gente le preocupan más otras cosas de su día a día, de su entorno más inmediato. Los grandes proyectos de ciudad, en todos los momentos, generan simpatía o antipatía, gustan más o menos, pero no creo que formen parte de la preocupación de los malagueños en su día a día.
¿Y entiende que el ruido que se ha generado en relación con la Torre va en consonancia con ello?
Es un ruido politizado. Tan politizado como que cuando el PSOE no gobernaba con Podemos estaba a favor. Es ahí cuando empieza a fracturarse la opinión que tenía con respecto a la Torre y otros proyectos de ciudad. No creo que la gente vaya por la calle pensando en torres.
Esa misma alianza política de la que antes hablaba es la que va a tener en sus manos la decisión final sobre el hotel del dique de Levante. ¿Tiene la sensación de que el Consejo de Ministros puede frenar esta operación?
Ni creo que tenga que dar una opinión sobre eso. El expediente está bien trabajado y en él ha trabajado activamente Puertos del Estado. A nivel administrativo está impoluto, no tiene ninguna pega. Lo que hagan ya en el seno del Consejo de Ministros… Pues no lo sé. Al final es una tramitación administrativa, no sé hasta qué punto tienen capacidad de revocarla o de frenarla.
"Correos va a ser hotel. Tiene que ser hotel. Espero que esto salga pronto adelante. Diría que sí al 100%"
A diferencia de lo ocurrido con las torres de Repsol, con la Torre del Puerto nadie ha dado el paso de activar la vía judicial.
Pero en el caso de Repsol la gente debería saber que el contencioso impide que haya 400 viviendas más de VPO en el sector. No hay que agarrarse a todas las pancartas. A veces también hay que meditar un poquito las decisiones que se toman.
De momento la subasta de los terrenos de Repsol sigue sin quedar cerrada.
Estamos resolviendo cuestiones legales, internas, de tramitación que han planteado.
Antes mencionamos el hotel de la Torre del Puerto. Otro de los proyectos que tiene sobre su mesa es el del viejo Correos. ¿Va a ser hotel sí o sí?
Va a ser hotel. Correos va a ser hotel. Tiene que ser hotel. Espero que esto salga pronto adelante. Diría que sí al 100%, pero es verdad que no tengo la verdad absoluta.
¿Cuál diría que es el gran proyecto que le hace falta a Málaga?
Lo que le falta es el Auditorio. Hay muchos proyectos en los que se está trabajando que van a engrandecerla ciudad, pero si algo va a ser icónico y singular es el Auditorio. Con el Puerto hemos avanzado mucho. Todo va muy bien.