Adrián Maldonado, el conductor de VTC que el pasado domingo 28 de enero evitó una presunta violación a una joven de 28 años de madrugada en la calle Cuarteles de Málaga capital, no se arrepiente de la exposición mediática que está teniendo pese a los comentarios que recibe de su familia y de sus amigos. Pero la realidad es que comienza a temer que los dos investigados le busquen para matarlo.

Los hechos ocurrieron sobre las cinco de la madrugada. La chica había estado en una reunión con compañeros de trabajo y se acababa de despedir de una de sus amigas después de bajarse de un taxi. Tras tan solo unos metros caminando, se topó con dos personas, que según Adrián eran delgados, que vestían ropa oscura y llevaban sus rostros tapados. Comenzaron a seguirla y, cuando quiso darse cuenta, los tenía encima, con la intención de introducirla en un portal. 

Tras percatarse Maldonado de lo que estaba ocurriendo, detuvo su furgoneta justo al lado para dar auxilio a la chica, que logró zafarse. Le invitó a que se montara y, aunque de inicio no confiaba en él, creyendo que estaba compinchado con los autores de la presunta violación, finalmente, se montó en el VTC. 

Dentro, Maldonado echó los pestillos y llamó a la Policía Nacional, que no respondía, para a continuación dar parte al 112, y en un acto de desesperación, a la Policía Local. Mientras tanto, decidió seguir a los dos chavales para no perderles de vista. Y dicho y hecho, a los minutos la Policía Local, que desplegó varias patrullas, les dio el alto por Correos. 

Según su versión, se trata de dos chicos de origen marroquí, de 21 y 24 años. Maldonado ha recibido varios mensajes de otras chicas que, presuntamente, en los últimos días, han sufrido casos de acosos de personas de perfil similar al de los dos investigados. "Creo que no son los mismos, hay una chica que ha contado un caso en la Alameda de Capuchinos y hablaba de mayor corpulencia. Estos eran delgados", prosigue.

Aún es incapaz de olvidar cómo les dio igual su intervención. "No temían a nada", dice. Es por ello por lo que cree que ambos pueden reconocerlo en televisión o prensa y que su vida, "cualquier noche, puede correr peligro". De hecho, él mismo relata cómo los dos jóvenes se resistieron a los agentes de la Policía Local. No llegaron a agredirlos, explica, pero sí que tuvieron que reducirlos. 

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