Los enfermeros, no solo de Málaga, sino de toda Andalucía llevan semanas denunciando que este año no van a tener profesionales suficientes para atender con seguridad a la población en verano. Asimismo, desde el Consejo Andaluz de Enfermería señalan que la comunidad autónoma es la última en contratar a estos trabajadores, ya que en la ratio enfermera no ejerciente por cada mil habitantes, con un 5,47, siendo la media nacional 6,31 y la europea 8,73.
En este sentido, el Consejo sostiene que en el periodo comprendido entre enero y mayo de 2024, hasta 588 enfermeras y enfermeros de todas las provincias andaluzas se han dado de baja por traslado. Además, sostienen que si se cumplen los pronósticos, 2024 será un año trágico para la Enfermería andaluza, puesto que se llegará a superar la cifra de bajas del 2023 que asciende hasta los 1.151 profesionales.
Según los datos aportados por el Colegio de Enfermería de Málaga a EL ESPAÑOL de Málaga, hay colegiados 9.000 profesionales. El presidente de la institución, José Miguel Carrasco, asegura que uno de los problemas a los que se enfrenta a diario estos profesionales es a la falta de reconocimiento de su trabajo.
Esta carencia existe no solo a nivel personal, sino también a nivel social e institucional. “Nos falta mucho que conseguir para que desde las instituciones y las administraciones nos tengan en la consideración como al resto de profesiones”, remarca.
La falta de reconocimiento y de puestos de trabajo deriva en que muchos enfermeros dejan atrás su tierra, su Málaga y se trasladan a otros países donde ven que la labor del enfermero está mejor valorada. “Con el cambio de la política de contratación, muchos profesionales se han visto abocados al desempleo y están aceptando ofertas de empleo sobre todo de Noruega que está ofreciendo unas condiciones muy ventajosas”, explica Carrasco.
Entre los más escogidos están también Alemania y Holanda, aunque si se quedan dentro de España suelen escoger Navarra y País Vasco.
En cuanto a la vocación, Carrasco sostiene que más que vocación es una profesión “con una sensibilidad especial” en la que ahora “cada uno se tiene que buscar la vida para ejercer y desarrollar su vida profesional, social, personal y familiar”.
Asimismo, incide en que para hacer que los enfermeros se queden en Málaga y en Andalucía hay varias cuestiones fundamentales que se deben cambiar: las condiciones económicas, la duración de los contratos y la conciliación familiar. En España “necesitamos “una política donde todas las comunidades autónomas ofrezcan las mismas condiciones”.
Ámbito formativo
En el ámbito universitario, en la Universidad de Málaga se gradúan cerca de 165 estudiantes y unos 70 en el centro adscrito de Ronda. Asimismo, según Isabel Morales, profesora de Enfermería en la UMA, asegura que aumentar el número de plazas para esta carrera en la UMA “debe estar coordinado con los puestos de trabajo”.
Además, sostiene que “si se cubrieran las necesidades, sí que haría falta aumentar las plazas en las titulaciones de Enfermería”. En este punto, explica que durante la pandemia se cubrieron todas las necesidades y “hubo falta de profesionales”. En la actualidad, “no se está contratando al mismo ritmo que en la pandemia y a veces los profesionales, si no encuentran trabajo tienen que emigrar a otros países”.
El origen de la formación de Enfermería en Málaga se sitúa en 1972 en la antigua Escuela Universitaria de Enfermería de Carlos Haya y desde 2011 consta de cuatro cursos académicos y Morales destaca que los estudiantes suelen ser “motivados y participativos”. Eso sí, se enfrentan “al sufrimiento, al dolor y a veces a la muerte, y como contrapartida, son testigos de la mejoría en la salud de muchos pacientes”.