“Podríamos ofrecer rutas en aerotaxis entre Málaga y Marbella por menos de 100 euros por persona”
La empresa Crisalion Mobilty se ha marcado el reto de empezar las operaciones comerciales con sus aeronaves en 2030.
18 junio, 2024 17:36Noticias relacionadas
El futuro que algunos imaginaron como ciencia ficción ya es presente. Al igual que la inteligencia artificial ha irrumpido con sorprendente celeridad, la manera de movernos en las ciudades y en los territorios entra de lleno en una dimensión hasta ahora desconocida. Y lo hace de la mano de aeronaves de pequeño tamaño, capaces de transformar con eficiencia y rapidez a pasajeros y mercancías.
Esa es justamente la aportación de la empresa Crisalion Mobility, una firma española que trabaja desde hace años en hacer realidad lo que no hace demasiado era un sueño. ¿Recuerdan las imágenes futuristas de Blade Runner, en las que se veían decenas de taxis surcando sobre los edificios? Pues eso, está casi “a la vuelta de la esquina”. Para hablar de ello EL ESPAÑOL de Málaga se sienta a la mesa con Manuel Heredia, director general de Crisalion.
Viendo los avances que se vienen produciendo en los últimos años, ¿moverse por carretera tiene los días contados?
Creo que no. Vamos a seguir moviéndonos por tierra, por supuesto; vamos a ir a más multimodalidad. Ahora mismo el transporte en las ciudades es fundamentalmente por tierra porque la única alternativa de hacerlo por aire es un helicóptero. Ahora aparecen tecnologías de digitalización y avances en baterías que dan la oportunidad de hacer algo que antes no podías. Puedes hacer algo parecido a un helicóptero, pero que no contamina, casi no hace ruido y que es mucho más barato para el usuario.
A esto se suma que las nuevas aeronaves van a operar desde vertipuertos, una infraestructura más barata y más sencilla de integrar en una ciudad que un helipuerto. Se puede hacer encima de una estación de tren, de un edificio, en una rotonda… Y eso permite que rutas aéreas que a día de hoy no son viables, pasen a ser viables. Esto hace que se pueda pensar en tres dimensiones ante un problema como el de moverse por la ciudad, que hoy en día es en dos dimensiones. Se abre una posibilidad adicional que no viene a sustituir, sino a complementar lo que tenemos.
¿El proyecto de las aeronaves de Crisalion Mobility para quién está pensado?
Cuando hablamos de transformar la movilidad aérea urbana requiere un proceso progresivo. Dentro de 15 años sí imagino nuestras aeronaves y otras similares sobrevolando ciudades y que sea una parte integral de la movilidad. ¿Esto va a ser mañana? No. Porque necesitas poner varias piezas en su sitio. Tienes que tener la aeronave y el proceso de certificación es largo y tiene que ser así.
Eso llega a su tiempo. En nuestro caso, tenemos en mente certificar la aeronave y empezar la operación comercial en 2030. Es un objetivo ambicioso y exigente. Porque además se necesita la infraestructura. Puedes tener un coche eléctrico maravilloso, pero si en la ciudad no hay una red de cargadores, el uso va a ser un poquito limitado. Puedo tener una aeronave magnífica, pero si se han creado los vertipuertos… Hay que progresar en soluciones de control de tráfico aéreo. Todas estas piezas hay que trabajarlas al unísono. Y eso será más ágil en determinados sitios y habrá regiones que avancen más rápido que otras.
¿A qué se refiere con regiones?
Me refiero a regiones globales. Probablemente en Oriente Medio será más sencillo, porque tienen clientes, financiación, infraestructuras muy modernas… Esa determinación se traduce en que tienes alfombra roja. Probablemente lo veremos en esos países en primer lugar, pero al final acabará implantándose en todos sitios. Europa tiene muchas condiciones y dentro del continente habrá sitios en los que será más fácil por el clima, la orografía… Para nosotros Málaga es un sitio estratégico, porque cumple también con muchas condiciones y por eso estamos aquí.
¿Ve en 15 años aeronaves surcando los cielos en algunos países de Oriente Medio?
Sin ninguna duda. Y antes. Algunos de esos países pueden tener puestas todas las piezas en dos o tres años. Ya hay varios proyectos a los que todos estamos intentando llegar. Algunas empresas como ACS o Ferrovial están muy metidas porque ven que hay un montón de negocio. Una vez están todas las piezas se abre una fase de 10 o 15 años; hay tal apetito por este tipo de soluciones que todo el que sea capaz de certificar una aeronave la va a tener vendida antes de fabricarla. Hay bases de datos en las que puedes consultar cuántas aeronaves de este tipo hay. Y son más de 9000 aeronaves vendidas o con preventas.
¿No todas de Crisalion, no?
Tenemos firmadas varias. Pero por respeto a cada uno de los clientes iremos anunciándolo en las próximas semanas.
"Hay tal apetito por este tipo de soluciones que todo el que sea capaz de certificar una aeronave la va a tener vendida antes de fabricarla"
¿La idea es que haya particulares que compren ese tipo de aeronaves para su propio uso? ¿O más bien de empresas que quieran usarlas para el transporte de viajeros y de mercancías?
La idea original de toda esta industria era ser capaz de meter drones, de quitar el piloto, abaratando muchísimo el transporte. Era como si todos fuésemos a tener un coche volador en casa. Esto llegará, pero en 10 o 15 años; lo podrá hacer en 20 o en 30. Es un poco lo que ha pasado con el coche autónomo, que iba a ser ya y, al final, tarda un poquito más.
Los reguladores han sido muy claros y han dicho que no quieren ni oír hablar de montar personas en drones sin piloto hasta por lo menos 2030. Esto significa que necesitarás un piloto con tu licencia de piloto. ¿Cuántas personas van a querer sacarse un título de piloto para esto? Pues, probablemente, algunos, pero no va a ser el uso fundamental. Nos estamos enfocando a operadores de aeronaves o de flotas de taxis o, por ejemplo, aplicaciones de transporte de carga. Aplicaciones de logística en regiones con población más dispersa, vuelos turísticos, servicios de emergencia.
¿Qué diferencia a Crisalion del resto de empresas?
No vamos a ser los primeros en entrar en el mercado. Somos conscientes de eso. Nuestra hoja de ruta es certificar en 2030, en seis años. Pero no estamos preocupados por no ser los primeros, sino que además queremos aprovechar la ventaja que eso supone. Si comparamos la velocidad a la alcanzamos los hitos y lo que nos está costando en términos financieros con otras compañías, vemos que estamos haciendo un uso muy eficiente de los recursos. No es tanto un tema de llegar el primero, sino de llegar con la solución correcta. Por eso hemos diseñado el avión de dentro hacia afuera, viendo los requisitos de la cabina para poder meter una camilla o una silla de ruedas… Y alrededor de eso construyes el fuselaje que necesitas. Algunos de los pioneros no han tenido ese lujo porque lo que intentaban era conseguir algo que volase ya.
¿Con cuántos clientes pueden estar en conversaciones?
Diría que varias vamos decenas.
Hablaba antes del valor estratégico de Málaga. ¿Por qué?
Hay varios elementos que son especialmente atractivos. Primero, porque jugamos en casa. Estamos trabajando mucho en Oriente Medio, pero hacerlo en Málaga nos toca un poquito el corazoncito. Es una ciudad que por orografía es muy apropiada. Estás en el litoral y puedes plantearte hacer las cosas de forma progresiva. Puedo empezar con rutas sobre el mar, pero es que en el interior tienes montañas, lo que hace que el transporte por carretera no sea muy práctico.
"Estamos enfocando a operadores de aeronaves o de flotas de taxis o, por ejemplo, aplicaciones de transporte de carga; aplicaciones de logística en regiones con población más dispersa, vuelos turísticos, servicios de emergencia"
A eso se suma que hay clientes en toda la Costa del Sol. Eso permite atraer clientes muy adecuados para las primeras fases de este transporte. Porque aunque pueda bajarse el precio, la realidad es que, al menos inicialmente, el precio seguirá siendo elevado. A esto hay que sumar la conexión clara que tiene la Costa del Sol con todo el Oriente Medio. Algunos de nuestros socios y clientes de allí veranean aquí. Luego está el hub tecnológico y de innovación, que es de primer nivel.
Por lo que dice, Málaga y la Costa del Sol son escenarios ideales para esta apuesta por aeronaves.
Efectivamente. Algunas de las rutas que estamos explorando son entre el aeropuerto de Málaga y Marbella o entre el aeropuerto y La Zagaleta, o el circuito de Ascari en Ronda. Cabe la opción de la conexión con el continente africano.
Teniendo en cuenta todas esas ventajas, ¿Málaga y la Costa del Sol serán unos de los primeros lugares de España donde se va a implantar este sistema?
Creo que cumple con todas las condiciones. Estamos trabajando para que sea así. Estamos intentando ordenarlo todo y alinear a todos los que participan en esto. Por nosotros no va a quedar. Estamos aquí porque queremos que suceda y queremos que pase aquí. ¿Por qué tiene que empezar en Munich o en otro sitio cuando aquí tenemos todas las condiciones?
¿Es posible pensar que en diez años el transporte aéreo urbano esté asentado en la provincia de Málaga?
Diez años, sin ninguna duda. Por supuesto que sí. Cuando imaginas algo tienes que trabajar en tres ejes. En la tecnología, porque tenemos que certificar la aeronave; en la percepción social, porque tienes que transmitir el mensaje de qué es lo que ofreces y por qué es bueno y necesario. Y finalmente tienes que conseguir la confianza del regulador y eso es consecuencia de la madurez tecnológica y de la demanda social.
¿Si quisiera comprar uno de sus dispositivos cuánto tendría que pagar?
Por política de empresa no se puede decir. Nosotros entramos en un proceso de negociación, nos sentamos con el socio, con el cliente y analizamos para qué quiere usar la aeronave, de manera que la podamos configurar. Y eso tiene un impacto muy grande en el coste de operación. Hemos hecho el ejercicio de comprar una ruta concreta en helicóptero y la misma ruta con una de nuestras aeronaves. Hemos mirado un helicóptero para ir desde el aeropuerto a Marbella.
Cuatro pasajeros salen a 1.600 euros. Si se hace la misma ruta con nuestros dispositivos, viendo costes reales a día de hoy, podríamos ofrecer el billete por menos de 100 euros por persona. A lo mejor no todo el mundo se lo puede permitir, pero es una diferencia sustancial y abre un montón de posibilidades, porque no es lo mismo 40 minutos en coche que 10.
¿Habrá que esperar mucho para que las ciudades sean como Blade Runner?
Está a la vuelta de la esquina. Es como lo que ha pasado con la inteligencia artificial.
¿Con qué compararía el salto que supone la puesta en marcha de un sistema de transporte aéreo urbano?
Veo el calado de la transformación que estamos planteando. Mirando cifras del Banco del Banco Mundial, la mitad de la humanidad vive en grandes centros urbanos. Pero la proyección es que en 2050 sea el 70% de la población, disfrutando de los atascos. En Madrid te puedes pasar horas metido en el coche o en el Metro o lo que sea. Al final esto va sostenibilidad, de reducir la contaminación, de reducir el ruido, pero también de recuperar el tiempo que perdemos en los transportes.