Cada verano en las playas de Málaga aparece una criatura marina que, dependiendo de la especie, puede llamar la atención por sus colores, dar miedo por su tamaño o hacer daño hasta el punto de necesitar asistencia médica por una picadura. Se trata de las medusas, una de las criaturas marinas más antiguas del planeta.
Estos cnidarios llegaron mucho antes que los dinosaurios y llevan habitando los océanos de todo el mundo al menos 500 millones de años. Actualmente, la Costa del Sol es uno de sus hogares y se pueden observar durante todo el año. Eso sí, dependiendo de la época, las especies de medusas que surcan el litoral malagueño varían.
La pelagia noctiluca, rhizostoma pulmo o la aurelia aurita son algunos de los tipos de medusas que se encuentran en las playas de Málaga. Algunas pueden medir 20 centímetros y ser muy venenosas y otras varios metros y no perjudicar con su picadura.
Esta especie marina pertenece al grupo de los cnidarios y son conocidas por su forma gelatinosa y sus tentáculos, los cuales emplean para capturar presas y defenderse. No tienen cerebro, ni corazón, ni huesos y en un 95% están compuestas por agua.
Su cuerpo gelatinoso se llama umbrela y sus tentáculos contienen células urticantes llamadas cnidocitos, que liberan toxinas para capturar presas. De igual forma, se desplazan a través de contracciones rítmicas de su umbrela.
Cabe señalar que en los últimos años, la presencia de estos cnidarios ha aumentado por todo el mundo. Los expertos aseguran que esto se debe a diferentes factores, entre los que está el cambio climático, ya que al calentar los océanos crea condiciones más favorables para la reproducción y supervivencia de las medusas.
Por otro lado, mencionan la sobrepesca que ha hecho que los depredadores de medusas, como peces y tortugas, disminuyan sus poblaciones. También sostienen que el incremento de los nutrientes en el agua causado por la contaminación agrícola y urbana ha beneficiado a la reproducción de las medusas.
Tipos de medusas en Málaga
Con unos 160 kilómetros de litoral, el ir a la playa en Málaga es una actividad que la mayoría de los malagueños y viajeros realizan durante el verano y también en invierno.
La medusa más vista en verano y con mayor incidencia de picaduras, según Lucrecia Souviron, coordinadora de desarrollo de proyectos de la Fundación Aula del mar Mediterráneo, asegura a EL ESPAÑOL de Málaga, es la pelagia noctiluca, también conocida como la medusa clavel.
“Se reproduce durante todo el año, vive mar adentro y cuando las corrientes le favorecen se acerca a las playas”, según la experta. Además, añade que pueden llegar a medir hasta 20 centímetros y tienen una peligrosidad alta porque “su picadura es muy dolorosa, aunque raramente son graves”.
En cambio, las rhizostoma, también conocidas como medusas gigantes, “pueden llegar a medir un metro de diámetro y sus tentáculos varios metros de longitud. Se ven desde lejos, suelen asustar a los bañistas y entran en pánico, pero su picadura es bastante más leve que la de la pelagia noctiluca”.
En Málaga se pueden encontrar la rhizostoma pulmo y la rhizostoma luteum. En ambos casos su nivel de urticante es medio, pero la pulmo aparece en invierno a verano y la luteum de primavera a verano.
En el caso de la pulmo, su color es blanco, amarilla o rosácea y el borde es de color azul, llegando a superar los 60 centímetros de diámetro y ocho brazos que se unen por su parte superior. En cuanto a la luteum, con un diámetro de 55 a 77 centímetros, posee tentáculos terminados en color café y aparecen de manera solitaria o en pequeños grupos.
Al final de verano, según Souviron, empieza a aparecer la medusa huevo frito que, como su nombre indica, tiene una umbrela con la apariencia de un huevo frito. Esta especie también conocida como aguacuajada es considerada una serie “endémica” del Mediterráneo y no mide más de 35 centímetros.
Asimismo, “su picadura es muy leve y pasa desapercibida. Hay personas que las cogen con las manos, pero se recomienda cogerlas con guantes”, según la experta.
Por otro lado, la aurelia aurita (medusa común) que “antes era muy común, pero por motivos que desconocemos, cada vez se ve menos”. Con un tamaño medio de 25 centímetros, su picadura también es leve y supuestamente aparecen en primavera y verano.
En cuanto a la medusa de compases conocida como chrysaora hysoscella, tiene un diámetro de 30 centímetros y su color es blanco amarillento. En este caso su picadura sí es dolorosa, ya que tiene cuatro tentáculos con abundantes pliegues y largos.
Pólipos especializados
Por otro lado, la physalia physalis (Carabela portuguesa) y la velella velella (Vela de mar) son menos comunes, pero ha habido algún que otro avistamiento por la provincia.
En cuanto a la primera, Souviron sostiene que es muy pequeña y “es la especie más peligrosa que tenemos”. Su picadura “raramente es mortal, pero sí que te puede llevar al hospital”. Además, tampoco son muy comunes, el año pasado solo se reportaron tres calaberas en Málaga.
Por otro lado, al igual que la calabera portuguesa, se trata de una colonia de pólipos que suele aparecer en primavera y en invierno. Eso sí, su picadura es “muy leve” y mide entre uno y ocho centímetros con un disco azulado redondo u oval que encierra el flotador y contiene el esqueleto córneo equipado con una vela.