El campo malagueño continúa sufriendo las consecuencias de la falta de agua. La última damnificada ha sido la aceituna de Alozaina. El motor económico del municipio corre peligro, ya que este año prevén que van a perder más de un 90% de la cosecha. 

“Por primera vez hay olivares que se están secando”, asegura a EL ESPAÑOL de Málaga Antonio Pérez, alcalde de Alozaina. En este sentido, añade que la situación del municipio no es diferente a la de otro pueblo de la zona, pero remarca que el olivar es lo que da de comer a la gran mayoría de los vecinos. 

Cada año suelen recoger, de media, cinco millones de kilos, dos millones de aceitunas verdes y tres millones de aceitunas para molino. Este año, la falta de agua ha hecho que la cosecha vaya a ser de 300.000 kilos. 

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Esta caída tan drástica de la cosecha va a afectar a la economía local, sobre todo a la de los agricultores y los 30.000 jornaleros que cada año trabajan en la campaña. Asimismo, hace hincapié en que debido a esta caída estiman que se van a perder más de siete millones de euros. 

Los pecheros lo notaran en sus bosillos porque, según el regidor, “es raro la familia que no tiene un trozo de olivar, por tanto, se va a perder gran parte del motor económico de Alozaina y sus vecinos”.

Con respecto al agua que les queda, Pérez asegura que para la población tienen el suministro garantizado, el problema está en que los acuíferos de la zona no se recargaron lo suficiente en las lluvias de Semana Santa como lo pudieron hacer los de la Axarquía, por ejemplo.

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Como consecuencia "para nuestro olivar no tenemos agua y es tal la situación que no sería suficiente con que mañana cayeran 200 o 500 litros".

Por ello, mientras están "a la espera de un milagro" que haga que las precipitaciones lleguen y la situación cambie, el Consistorio ha decidido solicitar al Gobierno Central, la Junta de Andalucía y la Diputación de Málaga que aprueben alguna medida que pueda ayudar a los trabajadores del campo de su municipio y de otras localidades andaluzas.