Estudiantes universitarios realizan trabajos de excavación en el yacimiento fenicio del Cerro del Villar en Málaga.

Estudiantes universitarios realizan trabajos de excavación en el yacimiento fenicio del Cerro del Villar en Málaga. EFE/ Jorge Zapata

Málaga

Las catástrofes del Cerro del Villar: un gran incendio, continuas inundaciones y un temporal marino

Arqueólogos de las universidades de Málaga, Chicago (Estados Unidos) y Marburgo (Alemania) concluye la tercera campaña de excavación en el enclave. 

20 septiembre, 2024 07:00

El Cerro del Villar, uno de los yacimientos más importantes del Mediterráneo occidental, debido a su accesibilidad y al excepcional estado de conservación de sus estructuras, se vio afectado por importantes catástrofes a lo largo de su historia. 

A la hipótesis manejada sobre la posibilidad de que el final de este asentamiento llegó de la mano de una especie de tsunami, hay que sumar ahora las continuas y periódicas inundaciones fluviales, procedentes del cercano río Guadalhorce, así como un "importante" incendio, que, a ojos de los arqueólogos responsables de la tercera campaña de excavaciones ahora completada, fue un "episodio catastrófico, presentándose como un auténtico contexto tipo Pompeya".

El mismo, según José Suárez, director del equipo arqueológico, que ha contado con un amplio contingente procedente de las universidades de Málaga, Chicago (Estados Unidos) y Marburgo (Alemania), tuvo lugar hace unos 2.700 años. 

Las evidencias han llegado a la actualidad en forma de vigas de madera quemadas. La incidencia que tuvieron las llamas han sido claves, destaca el profesor de la UMA, para que esos restos se hayan conservado.

"Lo que en el pasado fue una catástrofe, para los arqueólogos hoy es una oportunidad", ha resaltado Suárez, quien este jueves ha presentado las conclusiones principales de la tercera etapa de los trabajos en un enclave de 8 hectáreas de superficie.

Dos fases arquitectónicas

Una de las aportaciones de esta tercera campaña es que ha permitido distinguir dos fases arquitectónicas dentro del siglo VII antes de Cristo. Una de ellas corresponde al momento en que tuvo lugar el incendio. En el edificio afectado por las llamas se han localizado grandes ánforas completas, cuyo contenido está siendo analizado, así como semillas de vid y cebada, lo que ayuda a entender más sobre la alimentación de la época.

A ojos de este especialista, los últimos hallazgos "abren unas posibilidades de investigación extraordinarias". De hecho, se ha observado cómo los moradores de la segunda mitad del siglo VII a. C. construyeron estructuras con potentes zócalos de piedra local que superar más del metro de altura.

¿Por qué esa medida? Según apuntan los arqueológicos pudo ser una respuesta del todo lógica para contrarrestar los episodios cíclicos de inundaciones que sufría el enclave, en la desembocadura del Guadalhorce.

Vídeo del hallazgo de un ungüentario que puede datar de los los siglos III y II a. C. en el Cerro del Villar de Málaga

"Han quedado al descubierto calles y edificios, con más de una decena de estancias, poniendo de manifiesto cómo en este nuevo proyecto urbanístico subió la cota de los suelos de la fase previa de forma considerable, previsiblemente para evitar la afectación de las inundaciones", ha explicado Suárez.

Pese a las evidentes adversidades con las que toparon los ciudadanos de Cerro del Villar, el asentamiento tuvo la consideración de estratégico para sus habitantes. No obstante, se cree que un nuevo episodio catastrófico, en forma de temporal marino fuerte, obligó a su traslado a finales del siglo VII antes de Cristo, a la margen izquierda del río Guadalmedina, origen de la Málaga actual.

Una especie de polígono industrial

Esto no evitó que el Cerro del Villar se mantuviese como un espacio de actividad, aunque de carácter más secundario. "Vino a ser como un polígono industrial para la producción de ánforas", remarca el director de la excavación, quien insiste en que tras los fenicios, los romanos utilizaron el emplazamiento para una fábrica de salazones. 

En la parte más occidental de la excavación se ha encontrado parte de un horno de producción alfarera con sus testares (depósitos con restos de cerámica desechada o defectuosa, en particular ánforas y otras vasijas de gran formato) que pueden fecharse a finales del siglo VI a. C.

Otro de los descubrimientos más significativos es el de una pequeña cabeza femenina de terracota en las proximidades del lugar donde en la campaña pasada fue encontrado un ungüentario y una jarrita. Esto refuerza la idea de la continuidad de las prácticas de culto en este entorno en momentos ya avanzados del siglo III a. C.

Asimismo, el equipo ha documentado el límite del gran edificio de época romana tardía (siglo IV d. C.) dedicado a la producción de salazones, así como la presencia de otras estructuras perimetrales coetáneas, que pueden formar parte de inmuebles auxiliares de este completo.