La que un día fue una de las ciudades romanas más prósperas de la provincia hoy está totalmente olvidada. El yacimiento romano de Singilia Barba en Antequera engrosa desde julio la Lista Roja del Patrimonio por su "estado total de abandono". La Asociación Hispania Nostra incluyó el pasado 27 de julio el conjunto arqueológico con 2.000 años de historia, catalogado como Bien de Interés Cultural.
La Junta de Andalucía sostiene en un informe al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL de Málaga que "el estado actual del yacimiento romano sufre cierto nivel de abandono". La institución lo pudo comprobar sobre el terreno el pasado seis de mayo tras una inspección. Dicho abandono, señalan en el escrito de la Junta, "se ve reflejado en la gran cantidad de vegetación en áreas como el foro romano y el teatro"; y en "el deterioro y desaparición de las protecciones de los restos arqueológicos, como el soterrado con elementos de cubrición".
A ello, hay que sumar la acción erosiva provocada por los agentes climáticos, naturales y antrópicos que, según el Gobierno andaluz, "afecta directamente al estado de conservación de los restos de las estructuras arqueológicas que con el paso del tiempo y sin el tratamiento de protección adecuado está contribuyendo a la eliminación y destrucción irreversible del patrimonio arqueológico".
Una queja de un particular, el origen del informe
La Junta elaboró el informe tras la petición del Defensor del Pueblo andaluz el pasado cinco de abril para conocer el estado de situación del yacimiento y las medidas de protección del mismo. La institución dirigida por Jesús Maeztu había recibido antes la queja de un particular por el deficiente estado del conjunto arqueológico. La Delegación Territorial de Cultura de Málaga le remitió el 28 de julio el citado informe.
En el documento también aluden a una denuncia registrada por la Policía Nacional en Málaga donde se comprobó que "en una zona del yacimiento se habían realizado acopios de materiales arqueológicos que aparecían a modo de majanos en la superficie, junto a uno de los caminos que bordean el Cortijo del Castillón".
Estos acopios ya se habían detectado con anterioridad hacía unos años pero, durante la inspección, pudieron observar depósitos más recientes que cubrían la parte superior y laterales de los majanos, consistentes en materiales constructivos como mampuestos, fragmentos de tégulas, algunos sillares, partes de columnas con algún tramo de fuste o basa.
A Maeztu le preocupa "la acreditada existencia de actividades de expolio que se recogen en el mismo informe cuando se añade que "se comprobó que en una zona del yacimiento se habían realizado acopios de materiales arqueológicos que aparecían a modo de majanos en la superficie, junto a uno de los caminos que bordean el Cortijo del Castillón".
El documento supone "la constatación de los ataques que padece el yacimiento con una cierta continuidad ya que, a las evidencias descubiertas en esa inspección, se suman otras que ya habían sido advertidas hace años", asegura el Defensor del Pueblo andaluz, que habla de "expolio y de absoluta regularidad de unos comportamientos de despojo de esta riqueza patrimonial prolongada en el tiempo y que se sigue perpetrando con nuevos intentos para acrecentar el expolio".
Asimismo, también se observó durante la visita al conjunto arqueológico de Antequera que "la realenga que cruza la finca al norte del cortijo en dirección oeste-este, en su tramo junto al circo romano, había sido recientemente reparada, observándose desbroces y movimientos de tierra de limpieza en los perfiles, lo que pudo haber arrastrado o desprendido materiales arqueológicos de esta construcción".
La ciudad romana llegó a ostentar la categoría de municipium, que dentro del contexto de la República y del Imperio se establecía en los territorios más intensamente romanizados. Incluso en la época del emperador Vespasiano se le otorgó la condición de civitas libera dotándola así de autonomía legislativa y financiera.